¿Es posible ser efectivos sin ser afectivos?. En nuestros contextos cotidianos, ¿es posible comunicarnos haciendo llegar nuestro mensaje a los otros, sin apelar a esa capacidad de amabilidad que busca acortar distancias?
Cuando de vínculos interpersonales hablamos, parece que la respuesta es totalmente negativa.
El sabio neurólogo y psicoanalista Boris Cyrulnik lo puso en palabras de una manera exquisita: “La paradoja de la condición humana es que sólo logramos ser nosotros mismos bajo el influjo de los otros”. Entonces, definitivamente nos necesitamos. ¿Cómo no celebrar cada encuentro con otras personas desde la mirada de la posibilidad, valorando la instancia de práctica de cualidades del ser que no podrían nunca activarse sin otra impronta?
La capacidad que tenemos como seres sociales, gregarios, que somos, de comunicar nuestros sentimientos, ideas, necesidades y vivencias, nos permite tejer redes que visibilizan y fortalecen nuestra existencia. Gracias al intercambio con otras personas, nuestro ser se expresa, define y desarrolla. Nuestro impacto, el dar y recibir, es un circuito esencial para responder a ese llamado orgánico y vital, de ser con otros.
El entrenamiento en torno a la inteligencia interpersonal, nos posibilita adquirir habilidades sociales que son clave para la vida. Generar empatía, confianza, cercanía, cooperación, complicidades y pertenencia, desata un torrente de oxitocina en nuestro sistema, y esa hormona del apego y del afecto, nos regala profundo bienestar.
Aprender a comunicarnos de manera asertiva, saliendo del circuito de la duda, los supuestos y la confusión, soltando nuestra necesidad de “tener razón”, es la puerta de entrada para construir esos vínculos saludables que nos potencian, nos divierten y nos impulsan a ser mejores personas. Saber decir, qué decir y cómo decirlo, a quiénes, y en qué contexto, a través del lenguaje verbal y no verbal- que es el más revelador y nunca miente- enriquece nuestra experiencia humana. Efectivamente, de hecho, nos hace humanos.
Sin embargo, hay factores cotidianos que obstaculizan nuestra comunicación. El ritmo vertiginoso de cada día, la tendencia al multitasking pretendiendo poner atención a varias cosas a la vez sin lograr focalizar en nada en particular, el estrés con el que vivimos, nos exige que todo sea rápido, poco reflexivo y guiado por nuestros impulsos instintivo emocionales. Más allá de esto, desde la inteligencia emocional, sabemos que lo vincular requiere de tiempos y cuidados propicios para que las personas quieran escuchar nuestro mensaje utilizando palabras-puente- así las llamamos con nuestros adolescentes.
Si estamos presentes y disponibles, podemos medir nuestro impacto desde la mirada, la respuesta gestual, kinestésica y verbal que generan nuestras interacciones. Ajustar nuestro mensaje, diciendo lo que queremos transmitir, de la manera adecuada, es todo un arte. Y podemos desarrollarlo si nos comprometemos a ello.
El 5 de Mayo a las 15 hs compartiremos en la Feria del Libro, en el auditorio de Ticmas, un taller de Comunicación Efectiva, dinámico y práctico, abierto a todo público, con el objetivo de observar la manera en la que aprendimos a comunicarnos, y de ajustarla, con recursos aplicables, al impacto, al tipo de influencia que elijamos expandir en nuestro andar cotidiano.
*Silvina Fernandes es Neurosicoeducadora, Life Coach, Coach Vocacional, especialista en educación emocional, asesora educativa, capacitadora docente, autora de Educación en Positivo, Licenciada y profesora en Lengua Inglesa (USAL) con 23 años de experiencia trabajando con adolescentes. Creadora y directora de la Formación online “Educadores Influencers”, y de varias capacitaciones en torno a la educación emocional. Forma parte del equipo de mentores y creadores de contenidos de “Clubes TEDEd Argentina”. www.silvinafernandes.com / info@silvinafernandes.com.ar/ @silfernandes_edu