Un grupo de profesores de la Universidad Católica Argentina (UCA) reclama por el cierre de comisiones en distintas facultades de la institución. De cara al inicio del próximo ciclo lectivo, la casa de estudios lleva adelante una “reconfiguración de cursos” que hizo que los docentes perdieran horas de clase y, por ende, vieran afectados sus salarios.
En las últimas horas, comenzó a circular un borrador de una carta que los profesores de la Facultad de Ciencias Sociales enviarían al decano Roberto Aras, quien recién asumió sus funciones. “Nos dirigimos a Usted a fin de expresar nuestro rechazo y estupor ante el sistema de inscripción de los alumnos que deriva en el cierre de comisiones, con lo cual muchos profesores pierden sus horas de cátedra que, en algunos casos representa gran parte o todo su trabajo en la Universidad, justo antes del inicio del primer semestre 2023, con las consecuencias económicas y anímicas que ello implica, además de verse afectado el ambiente de trabajo en general. Es importante destacar que estas cátedras son nuestra fuente de trabajo y se lesiona la sustentabilidad de muchas familias”, dice el texto.
Según supo Infobae, la situación excede a Sociales y también alcanza a otras facultades. Es parte de un “proceso de transformación” que la universidad inició el año pasado por recomendación de una consultora, que sugirió rever la cantidad de comisiones dentro de las carreras.
“La universidad todos los años lleva adelante un proceso de reconfiguración de comisiones que depende del flujo de estudiantes que reciba cada cátedra. No hay nada fuera de lo habitual. Lo que sí ya no se hace es abrir comisiones con uno o dos alumnos porque no tiene un sentido pedagógico”, aclararon desde la universidad.
Las clases en la UCA comenzarán la próxima semana. Según los primeros guarismos, la inscripción tiene incluso más estudiantes que el año pasado. “Estamos viviendo un proceso de transformación, reviendo todas nuestras prácticas administrativas, académicas y organizativas”, explicaron.
Dentro de la comunidad, este proceso de cambios generó cierto disgusto. Los profesores, como en la mayoría de las universidades privadas, cobran por horas de clase y sus economías se resienten cuando se cierra una comisión que encabezan.
“En el inicio de este ciclo lectivo, se han cerrado en la carrera de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales dos comisiones (2° A y 3° D), dejando a los profesores sin opciones de reubicarse en otra actividad laboral”, puntualiza el borrador de la carta de los profesores de Sociales.
Los docentes denunciaron que hay un cambio en el sistema de inscripciones. Observan que se aumentó la cantidad mínima de estudiantes por cátedra de tal manera que muchos de ellos se ven forzados a perder horas de clase. A su vez, los cursos que quedaron multiplicarán sus alumnos, lo que también dificultaría el proceso de enseñanza-aprendizaje.
“Entendemos que, en general, una disminución en el número de los alumnos puede tener como consecuencia el cierre de comisiones, pero el sistema de inscripción vigente nos deja a los profesores, al comienzo de cada cuatrimestre, a merced de las volátiles elecciones del alumnado y en un estado de incertidumbre angustiosa”, continúa la carta.
En el mismo texto, los docentes cierran aduciendo que el proceso de transformación está derivando en una visión más “empresarial” de la educación. “Se está promoviendo -consciente o inconscientemente- una lógica empresarial y economicista de la Universidad, en la cual los profesores nos asemejamos a ‘vendedores’ de un producto (el conocimiento específico que contiene cada disciplina), donde el alumno o ‘cliente’ elige su ‘producto’, de acuerdo a criterios que, algunos casos, están regidos por conveniencias de diferente índole”.
Seguir leyendo: