Patrick Brothers, CEO de HolonIQ: “Este es el momento para invertir en tecnología educativa”

Invitado al congreso de innovación educativa que organizó el Tec de Monterrey, el codirector ejecutivo de HolonIQ habló sobre innovación, inversiones y la importancia de “dar el salto de rana” para que la educación latinoamericana pueda pasar a la vanguardia de la industria

Patrick Brothers

Patrick Brothers es codirector ejecutivo de HolonIQ, una plataforma de alcance global que aborda los mercados de impacto e impulsa decisiones que afectan en la educación, el ambiente y la atención médica. Miembro del Grupo de Trabajo sobre Educación y Empleo del B20 y del Foro Económico Mundial, es una de las personas más influyentes en la industria de la Educación.

Invitado al Congreso Internacional de Innovación Educativa que organizó el Tec de Monterrey, Brothers habló de innovación, inversiones y la importancia de “dar el salto de rana” para que la educación latinoamericana pueda pasar a la vanguardia de la industria.

Si, como usted dice, el mercado de las EdTech es muy difícil: ¿por qué habría que invertir en él?

—Hay dos modelos realmente interesantes en EdTech: B2B y B2C. Y en ambos hay dificultades. El modelo B2B le vende a escuelas y universidades, que, en su mayoría, son muy tradicionales. Muchas veces no tienen altos niveles de alfabetización digital y son bastante resistentes al cambio. O al menos así era antes de la pandemia. Y con respecto al modelo B2C, en América Latina hay muchos consumidores pero tienen un nivel más bajo en la capacidad de pago. En Estados Unidos es más fácil encontrar consumidores que tengan suficientes ingresos familiares para invertir y, por lo tanto, eso lo hace aún más difícil en el mercado como América Latina.

¿Pero…?

—Pero los empleadores también son parte interesada en la ecuación. En su mayoría valoran las credenciales tradicionales, aunque hemos visto el cambio con el aumento de los bootcamps. Un buen ejemplo: en América Latina, el gasto en ciencia de datos se duplica cada año. Las grandes corporaciones están tomando muy en serio los datos y no hay suficientes personas en América Latina que trabajen en el tema. Obtener credenciales formales les tomaría cuatro años. Pero qué pasa si les dices: “Dame a tu personal y yo en doce semanas te lo devuelvo con competencias en análisis de datos”. Sí, el mercado de las EdTechs es más duro que otros sectores y no creo que debamos tener miedo de decirlo. No es un secreto. Los inversores lo saben. ¿Qué podemos hacer? Podemos atraer inversores que entiendan esta dinámica, que quieran ser parte y que no estén buscando crear unicornios de la noche a la mañana. Porque no va a pasar en EdTech.

Patrick Brothers y Fernando Valenzuela en el congreso educativo del Tec de Monterrey

¿Cómo selecciona HolonIQ las cien mejores de EdTech del año?

—Todos los años convocamos a que se presenten las candidaturas. Pueden ser las mismas compañías que presentan su solicitud o pueden ser nominadas por un cliente o un inversor. Con la lista larga hacemos algunas investigaciones; tenemos una unidad que hace un gran trabajo y aborda a los candidatos en cinco dimensiones: 1) qué tan atractivo es el mercado en el que se encuentra la empresa, 2) qué tan único e inteligente es el producto, 3) qué tan experimentado y diverso es el equipo, 4) qué tan saludable es la empresa financieramente y, finalmente, 5) ¿está esta empresa mostrando un impulso positivo a lo largo del tiempo? Luego, cuando comenzamos a hacer la lista corta de doscientas o trescientas empresas, la compartimos con varios expertos en la región, que también nos brindan su parecer y así llegamos a las cien. Así que hemos lanzado tres ahora para América Latina.

¿El mercado de EdTech en América Latina está lo suficientemente maduro?

—Es la gran pregunta. De hecho, cuando le pedimos a la gente de América Latina que autoevalúe la madurez del ecosistema, responden que todavía está bastante inmaduro. Y, sin embargo, hay algunos mercados, como Brasil, que están más maduros y son interesantes. México todavía no está en la cima. Desde una perspectiva económica, México es obviamente mucho más grande, pero Argentina, Perú, Chile tienen ecosistemas proporcionalmente mayores y mucho más maduros que otras partes del mundo en comparación. Y, como tengo la suerte de pasar mucho tiempo alrededor del mundo, puedo decir con cierto nivel de experiencia que el latinoamericano es más crítico consigo mismo de lo que debería ser.

¿Cómo se puede quebrar esa forma de pensar?

—América Latina se acostumbró a pensar que va a la parte de atrás del grupo. Pero hay un gran ecosistema, más grande de lo que esperarías encontrar. En Latinoamérica hay más de mil empresas de EdTech. La gran oportunidad para América Latina es dar un salto de rana en la educación. Hay que pensar hacia dónde ir. No hay que continuar por el mismo camino tradicional, porque no tenemos ni los recursos ni el tiempo. Hay que pegar un salto hacia adelante. Por eso, las EdTech son importantes.

Usted habla de un tipo de inversionista “vago”. ¿Cómo lo caracteriza y por qué no sirve para EdTech?

—Un inversionista es alguien perezoso. Puede que suene mal, pero, en realidad, su trabajo es encontrar el camino de menor riesgo, con menor resistencia y mayores probabilidades. Si el inversor tiene opciones, ¿por qué elegiría una de probabilidades bajas y trabajo duras? Ahora bien, si su trabajo es crear impacto y un cambio masivo que se sostenga a largo plazo, entonces los atajos no son la ruta. Eso es lo que también desafía a las EdTech también. Muchos líderes de aquellas instituciones tradicionales están diciendo: “Ok, lo entiendo, tenemos que cambiar, ahora estoy listo”. Este es el momento para invertir en tecnología educativa.

Patrick Brothers en el congreso del Tec

El año pasado le hice esta pregunta a Maria Spies, su co-CEO en HolonIQ. Si tuviera diez millones de dólares, ¿en qué sector invertiría el dinero?

—Yo lo invertiría en primera infancia o educación para el trabajo y upskilling. Los niños son más inteligentes de lo que fuimos nosotros; tienen acceso a la información y a la tecnología. ¿Cómo podemos prepararlos mejor y acelerar el aprendizaje en los primeros años de la infancia? ¿Cómo podemos hacer eso y ayudar a la movilidad social y disminuir la pobreza? Y con respecto a la educación para el trabajo, la fuerza laboral es el motor que necesitamos construir para que las economías de América Latina sean más robustas. La tecnología educativa puede ayudar.

¿Invierte cinco y cinco?

—Probablemente haría 7.5 en la fuerza laboral y 2.5 en la primera infancia. A menudo me preguntan cuál es el factor disruptivo de la educación y una de mis respuestas es si empoderamos a la gente, automáticamente cambiará la educación.

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