Gary Bolles es presidente adjunto de The Future of Work en Singularity University y autor del bestseller The Next Rules of Work (Las próximas reglas del trabajo), ensayo en el que ofrece una nueva visión sobre el trabajo y el aprendizaje. Fue uno de los invitados principales en el Congreso Internacional de Innovación Educativa del Tec de Monterrey, donde dio una conferencia sobre cómo la educación y el trabajo deben estar más entrelazados, bajo la premisa de que ya no se puede pensar en un trabajo único ni en un único tipo de aprendizaje, sino en un “portfolio” donde cada persona se dedique simultáneamente a diferentes ocupaciones.
Esa, en la práctica, es la situación que actualmente se da en la mayoría de las personas, por lo cual negarla sería ser poco realista. Pero, además, este panorama multifacético contempla un abanico de posibilidades que le permite a cada uno sintonizar con mayor nitidez sus pasiones y deseos, e incluso estar preparado para situaciones complejas como la cuarentena global que vivimos hasta hace muy poco. Después de la conferencia, Bolles habló con Ticmas y respondió unas preguntas sobre este modelo que combina educación y trabajo.
—¿Cómo se cambia de mentalidad para no preocuparse en el salario sino en los deseos y necesidades?
—Yo hablo de un portfolio de trabajo para pensar cuántas combinaciones puedes hacer en tu vida. Si acabas de tener un bebé o tienes a tus padres enfermos, probablemente no tengas el ancho de banda para decir: “Oh, pero yo quiero cambiar el mundo”. Mi padre cuando aconseja a la gente, le dice: “Escuché todos los desafíos en tu vida: ¿cuál es el porcentaje de control que tienes sobre ellos? ¿Cuánto tiempo podrías dedicarle a hacer eso que crees es importante?” Tal vez sea una hora a la semana, tal vez sea una hora al mes. Pero ¿cómo piensas en eso a lo largo del tiempo? ¿Te imaginas cómo sería tu vida si tuvieras un trabajo bien pago que haces bien y te encanta y que además produjera impacto en el mundo?
—¿Cómo se logra llegar hasta ahí?
—Para la mayoría de nosotros, se trata de entender algo muy importante: el permiso. El permiso tiene una serie de círculos. El primero es darse permiso para soñar, darse permiso para tener una visión de lo que podría ser ese futuro. El siguiente círculo es el permiso de tu familia y tus amigos, de la gente te quiere. Y el tercer círculo es la sociedad. Bueno, nunca obtendrás el permiso de la sociedad, así que olvídalo. ¡Olvídalo! Concéntrate en tu mentalidad y en la mentalidad de aquellos a quienes amas. Si pueden lograr una coalición, entonces no es una cuestión de tal vez, sino de cuándo.
—¿La mentalidad es más importante que las habilidades?
—Absolutamente. Hay gente que te dice: “¿Ya no amas tu trabajo? Sigue haciéndolo, tal vez el amor regrese”. Me formé como consejero profesional y fui mentor de personas durante décadas, y no solía ver que las ganas y el amor volvieran de repente. La mentalidad (mindset) se come las habilidades (skillset) para el almuerzo. Todo tiene que ver con lo que piensas que puedes hacer, no sobre las habilidades que tienes.
La mentalidad (mindset) se come las habilidades (skillset) para el almuerzo
—Una frase típica dice que tenemos escuelas del siglo XIX con maestros del siglo XX enseñando para estudiantes del siglo XXI. Entonces: ¿son los docentes un obstáculo para los niños?
—No tiene por qué ser así. Si el sistema tuviera recursos ilimitados y capacitación ilimitada para los maestros, ¿qué habría que hacer? Donde muchas personas fallan no es en que no aman la visión, sino en que no saben cómo llegar hasta allí. La primera pregunta es cómo puede contagiar a los maestros o al director o a la escuela con una visión que quieran construir. Y luego, ¿cómo se puede unir el ecosistema para sustentarla? Dentro de cualquier grupo de profesores hay una variedad de mentalidades: están quienes tienen una mentalidad más fija y otras con capacidad de crecimiento. Hay que comenzar con esas personas, y luego buscar las formas de reunir a las otras, para mostrarles cómo pueden tener éxito en este enfoque. Siempre habrá maestros que tengan mentalidades fijas que nunca cambiarán. Ok: no los vas a cambiar: serán los impedimentos. Hay que crea un nuevo sistema que otros los que quieren continuar desarrollándose. Los otros, eventualmente, tendrán que avanzar o retirarse.
—Una de las ideas de su conferencia en el Tec fue que la pandemia provocó un gran reinicio. ¿Cómo puede la educación prepararse para el próximo?
—Suelen hacerme esta misma pregunta en una variedad de contextos. los padres me preguntan cómo pueden sus hijos estar preparado para un mundo de grandes cambios; los directores ejecutivos de grandes corporaciones me preguntan cómo puede se puede preparar a la empresa; en comunidades devastadas por el shut down de la pandemia me preguntan cómo hacerse más resistente y adaptada. Entonces, es importante que los educadores se den cuenta de que no es solo ellos quienes tienen ese desafío. Pero, nos guste o no, el sistema educativo viene de la era industrial y está basado en lo que se podíamos hacer en los edificios del siglo XIX. Y a menudo se enseña de la misma manera. ¿Cómo se puede imaginar un sistema más adaptable? Antes que nada, hay que alfabetizarse digitalmente, porque si no se comprenden las tecnologías, no se las puede aprovechar y uno va a estar continuamente atrasado respecto de sus estudiantes.
Desafortunadamente, muchos educadores se formaron con la idea de que debían meterle los conocimientos en la cabeza a los niños y así es cómo hay que juzgarlos
—Poner en un segundo plano la transmisión de contenidos para apoyarse en las habilidades.
—Desafortunadamente, muchos educadores se formaron con la idea de que debían meterle los conocimientos en la cabeza a los niños y así es cómo hay que juzgarlos: si los estudiantes fallan en los exámenes, entonces falla el maestro. Si seguimos usando ese modelo, todo el mundo falla. Hay muchos ejemplos de escuelas que cambiaron: con grados que no se organizan por edad de los estudiantes, aprendizaje basado en la pasión, con aprendizaje basado en proyectos.
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