(Monterrey, México. Enviado especial). El TPrize es una de las acciones más importantes del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey. Es un premio dedicado a las startups con gran potencial de impacto educativo en Latinoamérica y el Caribe. Entrega 15.000 dólares a las cinco propuestas ganadoras, aunque el monto no es lo más significativo: “El financiamiento es una ayuda”, decía hace unos meses Sara Segundo, coordinadora de TPrize, “pero creemos que el valor añadido está en el programa de acompañamiento de Growth”.
Los elegidos, entonces, además de tener el prestigio de haber sido seleccionados por el Tec, participan en mentorías con destacados referentes que identifican los puntos más fuertes y las áreas de mejora de su proyecto. A lo largo de los años, el TPrize ha sido otorgado a equipos de México, Perú, Estados Unidos, Chile, Guatemala, Brasil, Colombia. En cada edición se presenta un reto y el de este año fue “¿Cómo pueden los y las jóvenes adquirir habilidades y crear su plan de desarrollo personal y laboral para acceder a mejores oportunidades y participar activamente de la transformación de sus entornos?”.
La semana pasada, en el marco del 9° Congreso Internacional de Innovación Educativa del Tec, se conocieron los nuevos ganadores. Ellos son: Swarmob (Chile), una plataforma web de gestión de la enseñanza, con metodologías en red y desarrollo sostenible; Skalo (Colombia), un desarrollo de software que busca facilitar la inclusión y la diversidad de aprendizaje en el aula; la plataforma Wonderly (Venezuela), que está dirigida a estudiantes de entre 8 y 18 años y que, a través de un enfoque de gamificación, enseña programación, robótica y otras destrezas digitales; Kimple (Argentina), que potencia habilidades y conocimientos en los jóvenes para reducir la brecha de acceso a metodologías de aprendizaje activas; y 1Mentor (Ecuador), que promueve la colaboración entre colegios y universidades para preparar a los estudiantes y desarrollar en ellos las habilidades que les servirán en el mercado laboral.
Una característica para destacar del TPrize es que la participación ya forma parte de un proceso que necesariamente mejora a la compañía. “Esta fue la primera vez que nos postulábamos”, dice Luisa Vélez, de Skalo, “y fue bastante larga y muy interesante porque las preguntas nos pusieron a pensar muchas cuestiones sobre nuestra solución”. Leandro Finol, de Wonderly, participó en un webinar con los diseñadores del reto del TPrize que fue “muy grato por lo metódico” y que le permitió analizar en profundidad su emprendimiento. “Fue como hacer una tesis de grado”, dijo. “Participar”, sigue Vélez, “te lleva a hacerte nuevas preguntas porque generalmente contestas alrededor de tu producto, pero aquí te preguntabas cómo se adaptaría tu producto para solucionar un problema global”.
En el transcurso de la premiación hay sucesivas etapas con diferentes acciones a realizar, que, en última instancia, abren la posibilidad a vínculos con otros ganadores, con otros emprendedores, con los jurados. “Los startups exitosos vienen de ecosistemas exitosos”, dice Finol, “es muy difícil ser el Llanero Solitario”. “Por el hecho de venir al Congreso ya he generado un montón de contactos”, dice Felipe Prado, de Swarmob, “y me ha dado un montón de ideas de cómo seguir trabajando a largo plazo”.
El jurado de este año estuvo compuesto por Félix López, director de Sek Lab EdTech Accelerator, Elena Ortiz, especialista senior de Educación del BID, Cristina Nolasco, experta en vinculaciones estratégicas, Jordi Castells, director de Edutech Emprende de la UOC, Agustín Porres, director regional para Latam de Fundación Varkey, Enzo Cavalie, asociado en Reach Capital, Daniel Uribe, director en VélezReyes+, Brenda Villegas, líder de Niñez y Juventud en Ashoka, y Ana María Aristizábal, asesora senior de JFF Ventures. Con todos ellos los finalistas tuvieron una sesión de quince minutos donde debieron presentar nuevamente su emprendimiento y responder nuevas preguntas.
Los ganadores van a continuar vinculados al Tec porque en breve comienza su participación en el programa de Growth. “Ese acompañamiento es vital”, dice Luisa Vélez, “porque tenemos un producto que sale de la fase de pilotaje y necesita es crecer”.
—¿Qué pensaron cuando en el acto de entrega mencionaron sus nombres?
—Estaba con mi equipo —dice Vélez—. Vine con dos personas de Colombia y fue muy emocionante compartir con ellos el triunfo. Y después empezamos las llamadas, las redes sociales, los mensajes de apoyo. El premio nos da mucha visibilidad.
—Yo voy a ser un poco más sensible —dice Finol —. Yo pensé en mi mamá, que murió hace dos años.
—Es una alegría inmensa —dice Prado— para nosotros y para las comunidades escolares con las que trabajamos. Yo me siento un representante de todas ellas comunidades. Hemos construido la startup con ellos desde el principio: cada funcionalidad, cada enfoque… También a ellos los hacemos parte de esto. Ganamos por toda la comunidad.
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