Dijo que esperaba lograr tres efectos en la audiencia: “Primero los voy a asustar, porque sólo así los humanos cambiamos; luego los voy a inspirar para que acepten el cambio; y finalmente los voy a entusiasmar para que pongan manos a la obra”. Así comenzó Gary Bolles la conferencia que dio en el m arco del 9° Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE) que organiza el Tecnológico de Monterrey.
Gary Bolles es presidente adjunto de The Future of Work en Singularity University. Es autor del bestseller The Next Rules of Work (Las próximas reglas del trabajo), ensayo en el que ofrece una nueva visión sobre el trabajo y el aprendizaje, y dicta nueve cursos en LinkedIn Learning con más de un millón de alumnos sobre temas como Agilidad de aprendizaje y Desarrollo de una mentalidad de aprendizaje.
La conferencia que dio en el CIIE tenía un provocador título: “El futuro del aprendizaje en el trabajo en un mañana exponencial”. A lo largo de 40 minutos que quedaron cortos, Bolles habló de cómo la educación y el trabajo deben estar más entrelazados, pero bajo la premisa de que ya no se puede pensar en un trabajo único ni en un único tipo de aprendizaje, sino pensando un “portfolio” donde cada persona pueda dedicarse simultáneamente a diferentes trabajos (dar clases por la mañana, trabajar en una oficina durante la tarde y desarrollar un proyecto personal durante la noche) y estudios, como en un paisaje en cambio constante.
Dando un paso más adelante, dijo que, si durante los últimos años se habló de la importancia de las habilidades frente al conocimiento enciclopédico, ahora hay que proponer un nuevo “rey”: para hacerle frente al trabajo del futuro (que no es más que el trabajo de mañana mismo) hay que provocar un cambio de mentalidad. “El mindset”, dijo, “se come a las habilidades en el almuerzo”. Es a través de un cambio de mentalidad donde un puede estar preparado para las situaciones de cambio como por ejemplo “el gran reset” que significó la pandemia del coronavirus. Ese cambio es de tipo exponencial: es una situación que modifica las reglas y las formas, que provoca que los cimientos se muevan de tal manera que cambian la disposición de todo el edificio.
El cambio de mentalidad hace que docentes, estudiantes y trabajadores entiendan a la inteligencia artificial (como el polémico ChatBCG) no como una compentencia amenazante sino como una herramienta para aprovechar. A diferencia de la empresa clásica y de línea de producción, hoy un trabajador debe ser una persona capaz de resolver un problema con condiciones adaptativas (al cambio exponencial), que sea creativo (para hacer frente a los problemas desconocidos de mañana) y que lo haga con un sentimiento de empatía (que sienta amor por su tarea).
Hay seis preguntas en torno al trabajo: qué, dónde, cuándo, quién, cómo y por qué. Como gran exponente de la tradición norteamericana, Bolles usa esquemas y define reglas fijas mnemotécnicas. Estas seis preguntas se pueden englobar bajo el signo de las 6 W (por sus siglas en inglés). Tal vez de todas estas la más importante sea la última. ¿Por qué se trabaja? La respuesta tradicional señalaría primero por el dinero y luego por ser bueno en la tarea. Otras dos razones más serían por la pasión que provoca el trabajo y finalmente por la necesidad de prestar ayuda a los demás. En este sentido, históricamente si uno trabaja en algo que no le gustaba, tal vez esperaba que con el tiempo apareciera la pasión... algo que raramente sucedía.
Pero las nuevas generaciones han invertido las razones. Muchos empiezan pensando en la empatía, lo que les provoca amor y por ese compromiso se hacen expertos, lo que finalmente implica que ganen dinero. Parece poco, pero es mucho: es un cambio de mentalidad.
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