La duración de las carreras es un problema en la Argentina. La mayoría de los planes de estudios son demasiado extensos y en la práctica los tiempos teóricos se estiran aún más. Con ese panorama, según supo Infobae, el Gobierno acordó con todas las universidades públicas del país que de ahora en más las carreras, tanto tecnicaturas como de grado, tendrán tiempos máximos de cursada.
Hoy solo las carreras tienen horas mínimas de cursada. Por ejemplo, una licenciatura dura como mínimo 2.600 horas, pero en las currículas de las universidades se puede extender hasta 4100 horas en las aulas. Obviamente se puede extender todavía más en caso de que el estudiante desapruebe y tenga que recursar alguna de las materias.
Otros ejemplos: una tecnicatura, es decir una carrera de pregrado en Argentina, dura mínimo 1400 horas por norma y en algunos planes de estudios ese plazo se duplica. En tanto, las ingenierías tienen estipulado un piso de 3600 horas de cursada, pero en algunas ramas alcanzan 5100.
Lo que aún no había en el sistema universitario era establecer un máximo de horas, algo habitual en los países desarrollados. El ministro de Educación Jaime Perczyk y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que nuclea a todos los rectores, consensuaron implementar plazos máximos de cursada en los próximos años. La intención es que una licenciatura, además de un tiempo mínimo de 2.600 horas tenga un tope cercano, de no más de 2.700.
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“En algunos casos Inflamos las carreras innecesariamente. Nuestro objetivo es que el estudiante termine la carrera y después, si lo desea, que siga un posgrado.”, explicó Perczyk, que en las últimas semanas viajó a París en representación de América Latina y el Caribe para participar junto a 12 líderes mundiales de una nueva reunión de la UNESCO en la que llamó a tener un “financiamiento sostenido y continuo en la educación”.
Las universidades argentinas siguen la tradición de Sudamérica de carreras de grado extensas. En Europa o Estados Unidos las licenciaturas suelen durar máximo 3 años y luego la especialización se produce en el posgrado. Lo que sucede es que por deficiencias propias del sistema, Argentina tiene una de las tasas de graduación más bajas y los tiempos de las carreras, que ya son largos en la teoría, se extienden aún más en la práctica.
El acuerdo con el CIN tiene distintos objetivos: subir las tasas de graduación, aumentar la producción científica de las casas de estudio, mejorar los estándares de las carreras. Además de lo vinculado a los tiempos de las carreras, pretende fortalecer la extensión y la internacionalización, suma la carrera de investigador universitario y promueve la certificación de tramos y trayectos, es decir, que se reconozcan las materias cursadas en otras universidades para que el alumno no pierda más tiempo.
“Hoy la acreditación de materias en el exterior se da casi de inmediato. En cambio, si cursás una carrera en una universidad y te vas a hacer cuatro materias a otra provincia, quizás demora tres años la acreditación. Lo mismo sucede para la misma materia dentro de una universidad. Por ejemplo, si apruebo Análisis Matemático 1 en la Facultad de Económicas de una universidad y me quiero cambiar a Ingeniería en Informática en la misma casa de estudios, te piden cursar la materia de vuelta. Es un proceso que tenemos que resolver. Los sistemas funcionan por inercia y si no intervenís, siguen su curso”, advirtió el ministro.
Otro de los puntos que se acordó es el de avanzar en la certificación de calidad de las carreras que integran el artículo 42, aquellas que no son de interés público. Hoy tan solo se validan los estándares de las que están dentro del artículo 43: la mayoría de las ingenierías, Medicina, Enfermería, Arquitectura, Abogacía, Contador público, entre otras. La intención es sumar al proceso de certificación carreras como Administración, Turismo y los profesorados que están por fuera de la regulación.
Al respecto, Perczyk consideró: “Los procesos de certificación de calidad no suman burocracia. Aseguran que los graduados argentinos sean reconocidos en el mundo. Los países vienen a buscarlos, no solo para que trabajen sino también para que hagan posgrados. En las carreras de interés público se pide que los profesores sean graduados al menos de la carrera que dictan, que un porcentaje de ellos tenga posgrados, que hagan investigación, que las universidades tengan el equipamiento necesario, que se propongan mejorar las tasas de graduación. La CONEAU le pide todo eso a las carreras que están dentro del artículo 43, pero no a las que están por fuera. Por eso queremos incluirlas”.
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