Los días en que la programación era propiedad exclusiva de expertos han quedado definitivamente atrás. La informática es una disciplina cada vez más inclusiva y abierta. Aquellas personas que desean dar sus primeros pasos, hoy tienen una oferta de cursos con enfoque más amigables que les permiten ingresar en este mundo apasionante sin temores. Además, dado que las empresas requieren cada vez más de programadores, este tipo de aprendizaje abre las puertas al mundo laboral.
Entre las propuestas formativas del plan “Argentina Programa” se destaca el curso online “Introducción a la programación”, que, con 60 horas de duración y organizado en cinco módulos que pueden cursarse según los tiempos, las necesidades y expectativas de cada persona, permite la incorporación progresiva de las temáticas relacionadas con los fundamentos de la programación, para pasar luego al diseño de un desarrollo web que pueda ejecutarse en Chorme o en cualquier otro navegador.
Con microcápsulas de video, infografías y textos claros y concisos, el curso parte de la lógica de programación, las estructuras principales, cómo se ordena el flujo de la información y los cálculos aritméticos y matemáticos, para llegar a diseñar un programa para la web con aplicación en la realidad.
Destinatarios y dinámica
El curso “Introducción a la programación: primeros pasos en Front-End” está destinado a quienes quieren iniciar un camino profesional tanto del sector tecnológico como del tradicional, pero que todavía no se animaban a hacerlo por considerarla una disciplina compleja o difícil.
Al ser online y autogestionado, el curso tiene la comodidad de ajustarse a las necesidades de cada persona que lo toma y por su claridad y simpleza, casi el 100% de los inscriptos terminan de cursarlo. El estudiante accede al contenido cuando quiere y cuantas veces quiere, aprendiendo a través de elementos multimediales y actividades interactivas, con evaluaciones parciales al cierre de cada módulo que le permiten reconocer los aprendizajes que ha realizado.
Se aprueba con la presentación de un proyecto final Integral, lo que le otorga a cada estudiante la libertad de ser el autor de su propia trayectoria, avanzando a su propio ritmo y en base a sus necesidades y tiempos. El proyecto final es evaluado por un experto, que, además de dar una devolución profunda de lo realizado —y, llegado el caso, plantear las correcciones que correspondan— , lo publica en un Portfolio de Experiencias que, al ser de acceso libre, funciona como una excelente carta de presentación al postularse en un trabajo.