La agenda educativa del 2023 comienza muy pronto este año, con el Congreso Internacional de Innovación Educativa, que organiza el Instituto para el Futuro de la Educación (IFE) del Tecnológico de Monterrey. La 9° edición del CIEE será del 16 al 19 de enero, con la presencia de conferencistas como Raquel Bernal —rectora de la Universidad de los Andes—, Gary Bolles —autor del influente ensayo The Next Rules of Work—, Patrick Brothers —CEO de HolonIQ— y Sara Custer —editora de educación superior del Times—, entre otros tantos referentes, junto con más de 300 ponentes dedicados a innovación y tecnología educativa.
“El CIIE es un espacio para conectar entre los que buscamos promover el cambio en Educación”, señalaba José “Pepe” Escamilla, director asociado del IFE, en el espacio exclusivo de diálogos que Ticmas montó en otro importante hito en la agenda educativa, como fue la feria Virtual Educa, que se realizó hace unos días en Medellín. “En ese espacio”, seguía Escamilla, “coinciden investigadores, profesores, emprendedores, gente que trabaja en políticas públicas y se encargan de las leyes y los reglamentos, también gente que trabaja con aprendizaje a lo largo de la vida con adultos, rectores, directores de escuelas, líderes, organizaciones de la sociedad civil que en los sistemas educativos son las que se encargan de hacer estas innovaciones”.
Para Escamilla, que todos esos actores se encuentren en un mismo lugar es de una riqueza enorme, porque permite que conecten quienes normalmente no se ven a lo largo y busquen alianzas para hacer cambios más sistémicos, más holísticos.
—¿Cómo se puede acceder al conocimiento que genera el CIIE?
—La convocatoria de ponencias de este año alcanzó a unas 750 participaciones, de las que un comité académico internacional escogió alrededor de 300. Por lo tanto, además de las conferencias centrales, hay una enorme cantidad de sesiones en paralelo que tienen que ver con temas de innovación educativa, tecnología educativa, gestión, etc. Eso, que es una especie de crowdsourcing, da una gran riqueza. Contestando a la pregunta, todas las conferencias, paneles, eventos, premiaciones, etc., de este año y de los anteriores, se publican en la web del congreso y están abiertas al público. Y también quedan grabados en redes sociales y en YouTube. De alguna manera puedes estar presente en el evento, aunque no estés presente en Monterrey.
—En el CIIE también se va a entregar el Tprize. Esta es la tercera edición del premio.
—El Tprize que tiene que ver con la inclusión de los grupos que no están bien atendidos por los sectores educativos tradicionales. Tiene que ver con cerrar la brecha de talento en América latina, que es la región del mundo con la mayor brecha de talento. Nosotros convocamos a innovadores, emprendedores, investigadores que pueden provenir de cualquier lugar del mundo, a que propongan soluciones que cierren la brecha de habilidades para el trabajo en América Latina. Los finalistas, que son 10, reciben 5.000 dólares. A los cinco ganadores les damos otros 10.000 —en total reciben 15.000— y luego, durante dos años, les ayudamos a que crezcan en sus soluciones, que tengan contacto con gobiernos e inversionistas. Algunos de los ganadores son startups, otros son organizaciones de la sociedad civil. Buscamos que crezcan en impacto.
—El IFE se ha convertido en el territorio para imaginar el futuro: el futuro de la educación es, en última instancia, el futuro de la sociedad.
—Es muy interesante porque, en realidad, yo creo que no es posible predecir el futuro. Al futuro hay que crearlo, y se crea a través de las señales que ves en el mundo, atendiendo a problemas importantes y trabajando en conjunto con otras personas y otras organizaciones. Estamos viviendo una etapa fascinante donde tenemos la opción de ser seguidores de una ola o de ser los que estamos surfeando en la cresta. Tenemos la posibilidad de ser los creadores de ese futuro de educación. Vivimos una época de transformación con la introducción de tecnología en la educación, pero también con todos los cambios que han venido después de la pandemia, y, entonces, la invitación es a crear juntos el futuro donde podamos predecir, imaginar y ver tendencias de la educación. Pero hay que arremangarse la manga de la camisa y ponerse a trabajar, crear cosas, probarlas y, a partir de la experimentación, escalar esas soluciones.
—Pensado en el futuro, ¿qué pueden tomar de la ciencia ficción?
—Es una inspiración. Hace tres años, el primer Tprize era imaginar el futuro de la educación a través de la ciencia ficción. Todas esas son herramientas que nos permiten imaginarnos, salir de la caja y pensar. Pero, repito, después hay que ejecutar, hay que hacer cosas y que las cosas sucedan.
—Con el CIEE y también con el Tprize, se nota en el Tec una vocación regional. ¿Por qué?
—Porque vivimos en un mundo globalizado y los problemas educativos son mundiales. América Latina tiene todo para ser un motor en innovación educativa. Hay muchas necesidades, pero también mucha invención: ante la carencia te vuelves muy inventivo. Tenemos la gente con el deseo y las habilidades para hacer las cosas. Y esas soluciones pueden ser exportadas a todo el mundo. Aunque salgan de Argentina o de Colombia pueden tener impacto en México. Los problemas educativos son globales y hay que buscar soluciones globales. Y luego adaptarlas localmente.
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