En la primera jornada de la 23° edición de Virtual Educa, Alexandra Agudelo Ruiz, secretaria de Educación de Medellín, visitó el espacio de diálogo que tiene Ticmas en uno de los mayores encuentros internacionales sobre transformación educativa desde la ciencia, la tecnología y la innovación.
En diálogo con Patricio Zunini, Agudelo Ruiz hizo foco en la transformación educativa que pone a Medellín como centro de innovación e inspiración para la región. “Ciudad del aprendizaje” fue como definió la UNESCO a este distrito colombiano que, tal como caracterizó la secretaria, se ha convertido en una ciudad referente en transformación educativa.
“Un estudiante primero tiene que ser feliz”, dijo, jerarquizando el lugar de las emociones en el proceso educativo y continúo: “Antes que saber de Matemática, de Ciencias o de Lenguaje tiene que ser un estudiante que pueda tramitar las emociones, interactuar con el mundo”. A su vez, destacó el rol fundamental de los docentes en la transformación, cómo la tecnología se debe poner a disposición del aprendizaje como “ventana al mundo” para los estudiantes, docentes y familias, y subrayó la importancia de construir sobre lo construido. “Qué mejor lugar para que surjan nuevos liderazgos que la Educación”, concluyó.
—¿Cómo influyó la educación en el camino de hacer de Medellín un distrito de innovación?
—La educación es todo. Así suene a retórica o a un lugar común, es imposible hablar de una innovación social y de transformaciones si no es de la mano de la Educación. Eso es lo que está pasando hoy en Medellín, que es una ciudad educadora, que aprende, que la UNESCO dijo que era y es la ciudad del aprendizaje y que lo estamos poniendo en marcha en cada uno de los colegios y en cada uno de los rincones de la ciudad. En una entrevista me preguntaban qué soñaba en Medellín y les decía que toda la ciudad fuera una ciudad de aprendizaje, que todo lugar fuera para aprender, no solo en los colegios. Eso tiene que ser la educación: un motor de la transformación social.
—En el discurso inaugural, la alcaldesa encargada María Camila Villamizar hablaba de cómo Medellín cambió la imagen de ser una ciudad violenta a ser una ciudad de la innovación y puso el acento, sobre todo, en la Educación.
—Creo que desde hace muchos años si hay algo que nos caracteriza en Medellín es que somos una ciudad resiliente. La resiliencia para nosotros ha sido muy importante. En un momento de la Historia nos dijeron que éramos la ciudad más violenta del mundo y de ahí nos hemos ido levantando poco a poco. Pasamos de ser la ciudad más violenta del mundo a ser una ciudad innovadora, una ciudad del aprendizaje por la UNESCO, el único centro de la región de la cuarta revolución industrial. También pasamos de ser un municipio a un distrito de Ciencia, Tecnología e Innovación. Todo eso ha venido a lo largo de los años y cada uno de esos momentos han sido de la mano de la educación.
—¿Cuál es el perfil de estudiante que le gustaría desarrollar en Medellín?
—Lo primero es que tiene que ser un estudiante feliz. Antes que saber de Matemática, de Ciencias o de Lenguaje tiene que ser un estudiante que pueda tramitar las emociones, interactuar con el mundo, que sepa qué pasa en el mundo pero que no se aleje de las problemáticas de su contexto, de su sociedad, de su colegio, de su comunidad. Un estudiante feliz puede aprender lo que quiera y hacer lo que quiera, y si quiere comerse el mundo, pues que pueda hacerlo.
¿Cuál es el perfil de estudiante que me gustaría desarrollar? Que sea un estudiante feliz
—¿Cómo hacen los docentes para acompañar en ese camino?
—Son fundamentales. El docente es el que se queda en el sistema educativo y es con ellos con quienes tenemos que hacer las transformaciones. Primero, hablar con ellos. Tengo una frase que es muy importante: “que a mí me importe lo que a la gente le importa” y hay que hacer con esos maestros toda esta transformación educativa. También hablar de emociones y cómo tramitarlas. Después de la pandemia nos hemos ocupado mucho de hablar con los estudiantes pero también con los maestros, qué pasaba en sus casas, en sus familias y qué está pasando hoy. Hablar con ellos y ponernos a nivel, qué les está pasando en cada una de las aulas es muy importante.
—En el día de ayer se entregaron computadores y ya suman casi 90 mil, ¿de qué forma la tecnología tiene que ser implementada para que sea educativa?
—De la mano del programa “Computadores Futuro”, que ya llevamos más de sesenta mil computadores entregados a estudiantes de colegio, otros veinte mil a estudiantes de universidades y, ayer, a cinco mil maestros de ciudad, la tecnología es parte de esa transformación educativa y de esa transformación social. No podemos hacer nada con un solo dispositivo en frío y simplemente entregárselo, sino que hay que decirle qué es lo que puede hacer con él. Esa ventana que le abre al mundo, no solo para el estudiante, sino también para su familia.
—¿Con qué fin se entregan los computadores?
—La estrategia en Medellín es que, si en la casa hay tres estudiantes, a cada uno se le entrega su computador, que tienen formas diferentes de poder conectarse. Hoy estamos trabajando en la apropiación social de la tecnología. No es entregar un equipo por un equipo sino cómo te conectas con el mundo. La brecha era impresionante antes de que empezáramos a entregar estos computadores.
—En la alternancia democrática, ¿cómo se sostienen los valores de Medellín como ciudad de la innovación, para dialogar con la oposición y encontrar lugares comunes?
—En la Educación también hay que darles argumentos. Tenemos un programa que se llama “Líderes Futuro”, que son los estudiantes líderes de las instituciones educativas y qué mejor lugar para que surjan nuevos liderazgos que la educación. Es darles argumentos de entregarles un computador y estar haciendo media técnica. En los últimos años de la secundaria, adicional a los bachilleres, tienen un programa técnico cuando se gradúan y eso les da más oportunidades. Tenemos también los centros del valle del software y eso ya está ahí sembrado para que se siga construyendo sobre lo construido. Nosotros también construimos en base a lo construido. Trabajamos en más Innovación, más Tecnología, más Matemática pero desde el ser, desde lo que nosotros queremos construir: las emociones. Creo que esa es la clave de esta Medellín que estamos construyendo y de esta innovación educativa.
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