
La Universidad de Buenos Aires (UBA) reconoció hoy por la noche con su máxima distinción al Dr. Rafael Grossi, quien recibió el Doctor Honoris Causa de la casa de estudios. Fue durante un evento que se desarrolló en el aula magna de la Facultad de Derecho y de la que participaron autoridades de la institución.
Grossi tiene una larga trayectoria como diplomático y actualmente se desempaña como Director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Después del acto, el experto llevó adelante una disertación bajo el título “Átomos para la paz en tiempos de guerra: el rol del OIEA”.
De la ceremonia participaron el secretario general de la UBA, Juan Alfonsín, el decano de la Facultad de Derecho, Leandro Vergara, y el ministro de Defensa, Jorge Taiana. Por su parte, el profesor emérito de la unidad académica, Rafael Manovil, hizo la presentación del agasajado y repasó su trayectoria.

El doctor Grossi es licenciado en Ciencias Políticas, especializado en Relaciones Internacionales por la Universidad Católica Argentina (UCA) y egresado del Instituto de Servicio Exterior de la Nación. En la Universidad de Ginebra se graduó como Máster en Relaciones Internacionales y doctor en Historia y Política Internacional. Tras un extenso recorrido diplomático y toda una vida dedicada a la política nuclear, hoy está a cargo de la OIEA.
“Como director general de la OIEA, según testimonios que recogí personalmente, el embajador Grossi tiene un desempeño sobresaliente, sus principios éticos, su imparcialidad, su compromiso y responsabilidad, sus dotes para conciliar posiciones en una materia tan complicada como la nuclear, se traducen en sensibles beneficios para una humanidad amante de la paz y la convivencia pacífica”, señaló Manovil.

Grossi comenzó su discurso agradeciendo las palabras y el reconocimiento de la UBA y de inmediato pasó a describir el estado de situación actual. “Quizás sea difícil encontrar un momento histórico en el cual de una manera tan clara converjan una serie de factores que nos recuerdan que hay ciertos problemas que hacen de las soluciones multilaterales la única solución posible”, planteó.
“La guerra está asolando de una forma increíble. Lo que se está viendo en Ucrania son escenas muy similares a las de la la Segunda Guerra Mundial: micros blindados, tanques, trincheras, alta movilización de fuerzas, mujeres violadas, niños separados de sus familias. No era esta la guerra que pensamos que podía existir en 2022. Sin embargo, ahí está. En un país que tiene una de las infraestructuras nucleares más grandes del mundo”, agregó.
El diplomático reconoció que, al ver esa realidad, decidió inmiscuirse en el conflicto. “Lo que digo hoy en la Universidad de Buenos Aires, lo dije en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: estamos jugando con fuego y esto tiene que terminar ya. Por eso inicié una labor diplomática tendiente a establecer un régimen de protección para la central nuclear de Zaporizhzhia. Ignoro si esos esfuerzos serán exitosos pero estamos trabajando. Es un organismo internacional jugando el papel que tiene que estar jugando”.

Hace solo unos días, ante el riesgo inminente, el director de la OIEA se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin y admitió que existe una “alta posibilidad de un accidente nuclear mayor” si continúan los ataques contra la zona donde está emplazada la central nuclear más grande de Europa.
“Seguramente han escuchado que las Naciones Unidas no sirven para nada. Yo sostengo que esto no es así. Las instituciones juegan el papel que pueden jugar y tienen un mandato que permite actuar hasta donde lleguen los obstáculos que no pueden ser superados. Si limitamos la acción de los organismos internacionales a lo seguro, los resultados serán tímidos”, advirtió.
En el cierre de su discurso, Grossi agregó: “La tradición era que el organismo ayudara a quien quisiera utilizar la energía nuclear. Yo les decía: se olvidaron de usar el estatuto. Yo solamente quiero decir que un organismo internacional como este es una formidable herramienta y como todo herramienta será tan útil como la mano que la blanda. Por eso quiero terminar diciendo que nuestra misión en este contexto de crisis energética, crisis alimentaria, posibilidad de accidentes nucleares, es defender el papel del multilateralismo frente al unilateralismo”.
Fotos: Nicolás Stulberg
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