El título secundario tiene un valor indudable en la Argentina, pero el mercado laboral parece cada vez más pequeño. En las últimas dos décadas, tanto el acceso al secundario como la cantidad de egresados subieron, aunque solo un tercio de los jóvenes accede a empleos de calidad.
La ecuación es clara: quienes terminan la secundaria tienen más chances de alcanzar un empleo de calidad. Así llaman a un trabajo de al menos 30 horas semanales y aportes jubilatorios. Pero la mejora en las tasas de graduación no se ve reflejada en un incremento de jóvenes con esos empleos. Al contrario, hubo una caída en el acceso a esos empleos en la franja etaria de 25 a 29 años con secundaria completa: pasó del 40% en 2006 al 33% actual.
Los datos surgen de un nuevo informe del Observatorio de Argentinos por la Educación y CIPPEC, con autoría de Esteban Torre y Vanesa D’Alessandre (CIPPEC), y Victor Volman, Eugenia Orlicki y Martín Nistal (Observatorio). A partir de las cifras de la Encuesta Permanente de Hogares entre 2003 y 2021, el documento analiza la relación entre la expansión del nivel secundario y el acceso de los jóvenes a empleos de calidad.
Durante ese período, el sistema educativo se expandió. La proporción de adolescentes de 13 a 17 años fuera de la escuela cayó del 9,5% en 2003 al 3,4% en 2021: una mejora de 6 puntos porcentuales. A su vez, la cantidad de chicos que asisten a la secundaria aumentó 14 puntos porcentuales. Los últimos datos muestran que el 92% de los adolescentes concurren al nivel.
“Los datos muestran una mejora en el acceso y terminalidad del nivel secundario en las últimas dos décadas. El título secundario es valorado por el mercado cuando comparamos el tipo de empleo que tienen quienes cuentan con título secundario versus quienes no han completado el nivel. Sin embargo, todavía hay grandes desafíos pendientes tanto en completar el nivel a tiempo, como en mejorar la situación de las mujeres en el mercado laboral”, señalaron desde el Observatorio de Argentinos por la Educación.
La graduación en secundaria representó siempre un desafío en el país. No muchos años atrás, la mitad de los chicos no terminaba en tiempo y forma el nivel. Esa tendencia comenzó a revertirse: en 2021, el 66,8% de los jóvenes de 18 a 24 años contaba con título secundario y se extendía al 72,3% en la franja de 25 a 29 años. Esos datos sugieren que la modalidad de adultos, las tradicionales nocturnas, ayudaron a que muchos jóvenes logren terminar su educación obligatoria.
“Durante los últimos 15 años, la cantidad de jóvenes que obtuvo el título secundario aumentó en forma sostenida; sin embargo, esas mayores oportunidades educativas no encontraron el correlato en mayores oportunidades laborales. En 2021, un tercio de los jóvenes de entre 25 y 29 años con secundaria completa había logrado acceder a empleos de calidad, mientras que en 2006, el porcentaje era del 40%. El desarrollo con inclusión social de las juventudes requiere que pongamos atención a la articulación de las políticas educativas con las políticas de promoción de trabajos de calidad”, planteó Esteban Torre, director del programa de Educación de CIPPEC.
El vínculo de escuela y trabajo es un tema que gana lugar en la agenda. La discusión por la pertinencia de las pasantías en el último año de secundaria se suma a la posibilidad de formar a jóvenes en oficios Para Pedro Núñez, investigador del CONICET y FLACSO, la clave sigue estando en el título. “En una coyuntura en que la agenda educativa se encuentra discutiendo sobre las pasantías o prácticas profesionalizantes como un intento de articular mejor escuela y trabajo, el informe ilumina un aspecto poco considerado: la importancia que mantiene la titulación, el tiempo en la escuela, antes que el intento de vinculación forzada en un mercado de trabajo poco dinámico. En este sentido, incrementar la cantidad de personas con titulación pareciera ser una política más acorde para enfrentar la incertidumbre propia de la época”, señaló.
Con las mujeres se da una paradoja. Completan el nivel secundario en mayor proporción que los varones: el 71% de las mujeres de 18 a 24 años tienen título secundario, mientras que la cifra cae al 62% entre los varones del mismo rango etario, pero son muchas menos las que consiguen un empleo de calidad. Entre los egresados de 25 a 29 años, el 48% de los varones accede a un trabajo formal, mientras que ese número desciende al 16% entre las mujeres; una brecha de 32 puntos.
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