El Tecnológico de Monterrey tiene a la innovación educativa como uno de los componentes fundamentales de su ADN, y, desde hace casi dos años —en diciembre de 2020—, para darle forma y profundidad a esa identidad, creó el Instituto para el Futuro de la Educación. Hoy el IFE es una pieza clave que interactúa con cada departamento de la institución con el propósito de generar, transferir y propagar un tipo de conocimiento aplicable de la innovación educativa, de una manera interdisciplinaria, abierta, experimental y de calidad. Un objetivo que no solo se piensa puertas adentro sino para toda la comunidad.
El director ejecutivo del IFE es Michael Fung, quien, además, fue una de las personas más involucradas en la realización del Global Impact Summit de HolonIQ, que se llevó a cabo la semana pasada en el campus del Tec en Ciudad de México. En los días de la cumbre, Ticmas tuvo un lugar especial para entrevistas por el que pasaron todos los invitados para contar sus ideas y propuestas. Allí también estuvo Fung, que hizo hincapié en la importancia de generar asociaciones en torno al aprendizaje a lo largo de la vida que incluyan tanto a los actores del sector público como a los del sector privado.
Esa relación es de vital importancia, decía Fung en un artículo publicado recientemente, ya que, mientras los sistemas educativos administran, diseñan y operan a través de regulaciones y políticas públicas, son los privados quienes señalan qué habilidades son requeridas en los empleos. “Si no hay un trabajo coordinado entre industria y sector público”, decía, “no habrá un sistema que funcione”.
—¿Podría darnos un ejemplo en donde se haya logrado esa asociación?
—Cuando dirigía el SkillsFuture Movement en Singapur nos vinculamos estrechamente con la industria para detectar las habilidades que se necesitaban en el próximo año, en los próximos tres, en los próximos cinco. En base a eso, trabajamos luego con universidades e instituciones de educación técnica para diseñar programas que pudieran satisfacer aquellas necesidades.
—¿Se puede extrapolar el ejemplo a Latinoamérica?
—Absolutamente. Es un contexto diferente, pero se puede lograr. En la Ciudad de México hay ejemplos de cómo algunas empresas e instituciones educativas ejecutan programas diseñados para satisfacer las necesidades de la industria.
—¿Cómo evalúa la implementación del modelo educativo Tec21?
—El Tec21 es una acción ambiciosa que cuenta con el compromiso de todo el Tec. Toma el plan de estudios y lo desglosa en un modelo de educación basada en competencias y en desafíos. Por lo tanto, ahora, cuando nuestros estudiantes se gradúan, saben qué tipo de competencias tienen. Y cuando cambien las necesidades de la industria, podremos rediseñar o reestructurar nuestros planes para brindar a los estudiantes las habilidades y los conocimientos más relevantes. El modelo de educación basado en desafíos les da la oportunidad de trabajar con socios reales.
—En una región marcada por la urgencia, ¿cómo lograron tomarse ocho años para implementar el Tec21?
—Llevó mucho tiempo diseñar los conceptos e implementarlo. Se logró gracias a la visión y el compromiso de nuestra dirigencia. Hay instituciones que quieren impulsar el cambio y la transformación del modelo educativo, pero es necesario que ese compromiso sea a largo plazo. Porque las instituciones educativas tardan en cambiar. Creo que el ejemplo del Tec muestra que el cambio es posible.
—En una escala de 1 a 10, qué tan importante es la innovación educativa.
—Es extremadamente importante. Si no innovamos, si no adoptamos un nuevo modelo de educación, corremos el peligro de que seamos cada vez menos relevantes para la sociedad y la industria. Entonces, quizás algún día, nuestros estudiantes sientan que ya no necesitan ir a la universidad porque no obtienen los resultados que desean. Lo que estamos viendo para los próximos cinco o diez años es que el aprendizaje permanente se volverá muy importante. Por lo tanto, la universidad y todas las instituciones educativas necesitan actualizarse, para satisfacer la necesidad en la sociedad.
—¿Cómo se evalúan los programas del Tec21?
—Tenemos diferentes programas y desarrollamos herramientas y sistemas de medición para evaluarlos. Además de eso, desde el IFE apoyamos a una variedad de startups de EdTechs para probar ideas, experimentar y ver cuáles realmente pueden ayudar a resolver los grandes desafíos en el sector educativo.
—¿Cómo se forma a los estudiantes para responder a un trabajo en Asia, Estados Unidos, Brasil?
—Si miramos la forma en que el mundo se está desarrollando en las últimas tres, cuatro, cinco décadas, nos hemos vuelto mucho más globalizados. Hay gran movilidad de talentos entre países. Con la pandemia de covid y demás tuvimos un poco de retroceso, pero no creo que la globalización vaya a detenerse. Lo que significa que, a medida que preparemos a nuestros estudiantes, debemos darles una mentalidad multicultural internacional. En el Tec apoyamos a los estudiantes a tener experiencias internacionales e intercambios estudiantiles para mostrarles que allá afuera hay un mundo mucho más grande.
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