Un grupo autoconvocado de padres del Lengüitas se congregó en la puerta del establecimiento para reclamar que el centro de estudiantes levante la toma que comenzó el lunes. Desde entonces, más de 800 chicos de jardín, primaria y secundaria están sin clases en el colegio de Palermo.
El Lengüitas fue el segundo colegio tomado en el medio de la ola de ocupaciones que inició el Mariano Acosta. Por ahora, la medida de fuerza sigue siendo indefinida y no se avizora una fecha de finalización.
Con ese realidad, un grupo de padres “anti toma” se movilizó a la escuela pidiendo el “inmediato regreso a clases y normalización de la actividad escolar”. Las opiniones de los padres son diversas respecto a los reclamos que motivaron la toma de los alumnos, pero coinciden en cuatro puntos: 1) la toma afecta a niveles que nada tienen que ver con la medida de fuerza; 2) defienden el derecho a estudiar y a la continuidad escolar; 3) creen que tener las escuelas abiertas es la mejor manera de defender la educación pública; 4) quieren que el secundario canalice sus reclamos por otra vía.
“La verdad es que para nuestros hijos y los padres que no estamos de acuerdo con la toma, todo es muy difícil. Los chicos que están tomando el colegio tienen cámaras que los buscan. De parte del gobierno pasa lo mismo y en el medio estamos nosotros, necesitando ser escuchados. Por eso nació esta idea, para visibilizar las voces no escuchadas”, le dijo a Infobae Paola Galgani, una de las madres que participó de la manifestación.
El abrazo simbólico a la institución se tejió a partir de distintos grupos de WhatsApp de padres. Todos coincidieron en que no debían entrar en la discusión sobre si los reclamos de los chicos son “justos o no”, si no que lo que rechazan es la forma de protesta.
“A nuestros hijos los hacen votar entre tomar una escuela o no tomarla, o sea entre estudiar o no, entre cometer una contravención o no. ¿Se pueden votar estas cosas?”, señaló Elizabeth Dina Márquez, una de las madres autoconvocadas. “Levanten la toma y nos unimos en la solución y en la lucha ante la Justicia y ante quien sea pero dentro de la democracia”, agregó.
A su vez, según informó el ministerio de Educación porteño, al menos 21 estudiantes del colegio no podrán rendir exámenes internacionales de inglés por la toma del establecimiento. Desde hace dos años, la cartera financia con 2.2 millones de pesos los exámenes First y CAE para egresados de tres secundarias bilingües de gestión estatal. Esas pruebas se debían tomar el lunes pasado, pero no se pudieron concretar por la medida de fuerza.
El Lengüitas es uno de los 16 colegios porteños que permanecen tomados o con pernocte, además de: el Mariano Moreno, el Esnaola, la Osvaldo Pugliese, la Agustín Tosco, la Claudia Falcone, la García Lorca, la Escuela de Cerámica N° 1, la Rodolfo Walsh, la Julio Argentino Roca, el Lengüitas, el Nicolás Avellaneda, el Danzas N° 1, la de Teatro, el Yrurtia, el Liceo 5 y el Carlos Pellegrini.
Los reclamos que más se reiteran en los colegios giran en torno a cambios en las viandas escolares, mejoras edilicias, rechazo a las prácticas laborales obligatorias en empresas y a la “persecución política” a los centros de estudiantes.
“Queremos que se abra el colegio, y que nuestros hijos y los que no están de acuerdo con la toma, que son la gran mayoría, vuelvan a clases. Perdimos casi dos años por pandemia y las consecuencias las van a sufrir todos por igual, tanto los que están de acuerdo con la medida de fuerza como aquellos que no. Nos sentimos atropellados. No nos dejan entrar al colegio. Nuestro único lema es que queremos las escuelas abiertas y que nuestros hijos puedan estudiar. Tan simple como eso, aunque parece que en este país sea complicado”, expresó Carla, otra de las madres que participó del abrazo al colegio.
Hasta el momento, ocho centros de estudiantes decidieron levantar las ocupaciones: el Mariano Acosta -que inició la ola de tomas-, la Jorge Donn, el Juan B Justo, el Colegio 19 DE 17, la Manuel Belgrano, la Julio Cortázar, el Lenguas vivas y el Luis Pasteur.
Más allá de eso, el conflicto por ahora no tiene un final en el horizonte. El cierre de esta semana parecía una fecha posible de tregua y regreso a la normalidad escolar en la Ciudad, pero los estudiantes dicen que no levantarán las medidas hasta no ser “escuchados” por las autoridades y el gobierno porteño reitera que “no dialogará bajos estas circunstancias”. Mientras tanto, miles de alumnos -incluso de otros niveles- son rehenes del conflicto y siguen perdiendo días de clases.
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