Luz Adriana Lopera, Luza, es una especialista destacada en la enseñanza del idioma inglés y referente de la editorial McGraw Hill. En la quinta edición del Congreso TESOL que se realizó en la sede de la Universidad de la Sabana en Chía, Colombia, Lopera fue una de las grandes inspiradoras en considerar a la tecnología como una parte integral del aula.
“La implementación de la tecnología y de diferentes tipos de actividades”, decía, “pueden comprometer a nuestros estudiantes auditivos y visuales como individuos, ya que son una nueva generación tecnológica que aprende de manera diferente a las anteriores”. Por lo tanto, para ella, hay que buscar instaurar el hábito de romper con el modelo tradicional de la educación y crear experiencias de aprendizaje significativas.
La experiencia educativa Ticmas acompañó la realización del Congreso TESOL con un stand en donde se podía conocer el módulo de aprendizaje basado en proyectos, y también montó un living por donde pasaron todos los invitados y ponentes. Uno de ellos fue Luz Lopera, que abordó con ímpetu la problemática de las herramientas tecnológicas y, en particular, la necesidad de comprender por qué el teléfono celular se convirtió en una presencia irrenunciable del aula.
—¿Qué se entiende como tecnología hoy y cuál es su alcance dentro del aula?
—Yo pienso que son todos los recursos, pero es más que eso. Hoy la tecnología es una parte de la vida. Tenemos estudiantes que viven la tecnología, que la vibran. Nadie puede vivir sin un celular. Es nuestra vida. La tecnología es una parte esencial de la vida y lo es también en la educación.
—Si antes el aula era un “claustro”, hoy el teléfono rompió las paredes.
—Y eso es muy bueno. Como la tecnología es parte de la vida, debe estar presente incluso en el aula presencial. Tenemos una generación de estudiantes que ha nacido con internet. Por eso yo no diría que es una herramienta ni que es algo más que tenemos que utilizar. No: es parte de la vida.
—¿Cómo se transforma la educación con el teléfono arriba del pupitre?
—Pienso que lo tenemos que ver como un amigo y no como un enemigo. Muchos padres de familia lo ven como un enemigo: “Mi hijo está a toda hora en el celular”. El celular es un parte esencial y hay que estar dispuesto a educar a través de él. Perfectamente con el celular pueden estar estudiando. Encima de un pupitre, encima de una mesa o contigo, es un medio para estudiar, para conocer, para aprender del mundo.
—En el tiempo de la pandemia el uso de la tecnología era algo normal y esperado, pero ahora hay quienes quieren volver a la vieja normalidad. ¿Cómo se hace para no retroceder?
—Yo pienso que no se puede retroceder, y que, si vamos a retroceder, es para coger impulso. La tecnología estuvo con nosotros dos años: ¡cómo la vamos a dejar a un lado! La tenemos que unir a nosotros. Tenemos que volver a esos salones híbridos, tenemos que pensar que uno puede estudiar desde cualquier lugar del mundo. Tenemos todos los medios para hacerlo. No podemos volver al lápiz y el papel. Primero, porque ir al lápiz y el papel es ir en contra de la naturaleza y de todos los objetivos del milenio. Y segundo, porque es dejar a un lado herramientas tan importantes para el docente que pueden enganchar a nuestros estudiantes.
—¿Cómo se miden los resultados de aprendizaje a partir del uso de tecnología?
—Hay muchas formas. Hay cursos completos que miden el performing de los estudiantes. Otra manera importantísima es pensar cómo la inteligencia artificial nos puede ayudar en el aprendizaje adaptativo de cada persona. Si tú tienes aspectos a mejorar, la inteligencia artificial te ayuda a mejorar el rendimiento. Y cómo medimos el rendimiento: a través de los resultados y, en nuestro caso, que somos profesores de idiomas, a través de las pruebas internacionales.
LEER MÁS