El gobierno porteño anunciará hoy por la mañana que recuperará el día de clases perdido el viernes pasado, a raíz del feriado nacional que decretó Alberto Fernández por el ataque que sufrió la vicepresidenta Cristina Kirchner. La Ciudad de Buenos Aires reprogramará una jornada institucional para dictar clases con normalidad el 31 de octubre.
El anuncio estará a cargo del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, su jefe de Gabinete, Felipe Miguel, y la ministra de Educación, Soledad Acuña. Los funcionarios dispondrán que el lunes 31 de octubre, en lugar de la jornada de espacios de mejora institucional (EMI) programada de antemano, habrá clases.
Según supo Infobae, la jornada institucional y las instancias de formación docente de nivel inicial, primario y secundario que estaban previstas por agenda educativa para ese lunes no se cancelarán, sino que se llevarán a cabo un sábado antes de fin de año. En la cartera educativa sospechan que esa reprogramación puede generar resistencia de parte de los gremios docentes.
De ese modo, el 31 de octubre las clases se dictarán con normalidad y los estudiantes tendrán que asistir a la escuela. Por su parte, los equipos directivos y docentes realizarán la jornada de capacitación pendiente antes de que termine el ciclo lectivo, en una fecha aún no precisada. Según los cálculos oficiales, entre el pago del día extra a los docentes y la apertura de las escuelas un sábado, la inversión rondará los 300 millones de pesos.
“Todavía no superamos ni sanamos los daños profundos de la pandemia en la educación de los chicos y chicas. Por eso, seguimos tomando medidas urgentes para recuperar lo perdido y la mejor manera de hacerlo es con más escuela. Más días de clase, más horas de calidad en las aulas, que se traducen en más oportunidades para reconstruir el futuro de todos los estudiantes de la Ciudad”, sostuvo la ministra Acuña.
El anuncio del feriado nacional que el presidente Alberto Fernández dispuso a últimas horas de la noche del jueves tomó por sorpresa a propios y extraños. Hasta bien entrada la madrugada del viernes, reinó la incertidumbre entre las familias que no sabían si debían enviar a sus hijos a la escuela o no.
Solo Mendoza y Jujuy -ambas gobernadas por el radicalismo- se desmarcaron del decreto del gobierno nacional. En las dos provincias, el viernes fue un día laborable y los chicos asistieron a la escuela con normalidad. La Ciudad de Buenos Aires, por su parte, decidió plegarse al feriado, pero ahora suma una jornada de clases que no estaba prevista en el cronograma. El resto de los distritos aún no se pronunció al respecto.
No es la primera vez que la Ciudad agrega días de clase al calendario después de que el gobierno nacional decidiera suspender la actividad escolar. En mayo del año pasado, ante el aumento de casos de Covid-19, el Presidente anunció el regreso a una cuarentena estricta durante una semana. Después de conocerse la medida, Rodríguez Larreta decidió agregar tres días sobre el cierre del calendario escolar y el ciclo lectivo concluyó el 22 de diciembre.
La pérdida de días de clase es una preocupación de las familias. En una encuesta a nivel nacional, realizada por el Observatorio Argentinos por la Educación, 6 de cada 10 madres aseguraron que sus hijos perdieron jornadas escolares durante el primer semestre del año. La suspensión es muy superior en las escuelas públicas (donde el 75,8% de las familias reportan interrupciones) que en las escuelas de gestión privada (donde la cifra es menos de la mitad: 34,1%).
Las jornadas pedagógicas son identificadas como el principal motivo de pérdida de clases (las menciona el 31% de las encuestadas), seguidas por los paros docentes (28%) y los problemas climáticos (13%). Todas esas razones confluyen para no alcanzar la tan mentada meta de los 190 días de clase.
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