¿Cómo llevar y establecer vida en Mercurio, el planeta más pequeño del sistema solar? ¿Es realmente posible teniendo en cuenta su cercanía al Sol? ¿Qué aspectos se deben considerar para que sea una misión exitosa? Después de resolver esa consigna, un equipo compuesto por estudiantes argentinos de tercer y cuarto año se consagró campeón de una competencia que organiza la NASA en Titusville, una ciudad de Florida.
Diez alumnos del colegio Islands International School, ubicada en el barrio porteño de Belgrano, accedieron al “International Space Settlement Design Competition”, un concurso para estudiantes de secundaria que simula la experiencia de una convocatoria de propuestas para la industria aeroespacial. Para ello, debieron sortear la clasificación que se desarrolló vía online. Presentaron su trabajo y fueron elegidos para representar a Latinoamérica en Kennedy Space Center, las instalaciones educativas de la NASA.
La competencia se ambienta en una civilización futurista. En cada edición los participantes diseñan una etapa de expansión de asentamientos humanos en el espacio exterior y cada ciclo es progresivo: los asentamientos se pueden usar en años siguientes, con la idea de sofisticarlos.
En este caso fueron diez alumnos argentinos: Thomas Parise, Emma Durán Saenz, Joaquín Dato Díaz Hermelo, Chiara Escudero, Guido Nass, Pilar Bocchicchio, Maximiliano Sfara, María Laura Fernández Palomino, Facundo Fuentes Denysiewicz y Lucio Parise. Ellos fueron acompañados por la profesora Carla Lavagno y al equipo luego se sumaron estudiantes de Estados Unidos, Inglaterra e India.
“Nos permitió conocer a jóvenes de distintas partes del mundo con sus características particulares pero también nos dimos cuenta de que eran parecidos a nosotros”, le contó a Infobae Facundo Fuentes, uno de los chicos que participó en la experiencia. “No nos conocíamos y nos acoplamos desde el primer momento a los integrantes extranjeros. Sentimos que teníamos la confianza y la seguridad para aportar ideas”, expresó Guido Nass, otro de los alumnos argentinos.
“Vulture Aviation” fue el nombre de la compañía ficticia que formaron. Durante tres días tuvieron que elaborar la propuesta para establecer vida en Mercurio. Trabajaron en equipo: dividieron tareas y pensaron en la defensa oral frente al comité de expertos. “Lo que a mí me llamó más la atención fue el entusiasmo de todos, tanto de los profesionales como de los alumnos por ayudar y colaborar”, remarcó Pilar Bocchicchio.
Claro que la vida potencial en Mercurio es muy distinta a la vida cotidiana en la Tierra. Fueron muchas las aristas a tener en cuenta. “La gravedad es menor, la atmósfera es distinta y las temperaturas son más altas. Hay que tener en cuenta estos factores para crear un establecimiento habitable. Además hay que considerar otras cuestiones como la muchísima cantidad de polvo, la duración de los días y el transporte”, describió Facundo Fuentes.
Otro de los puntos clave a considerar fue la ubicación de las civilizaciones humanas. Es decir, dónde viviría la gente dentro del planeta más pequeño del sistema solar. “Debido a las altas y muy bajas temperaturas y a la gran cantidad de radiación que este planeta recibe por su cercanía al Sol se convirtió en un gran desafío”, dijo Kiara Escudero, una de las estudiantes a cargo de la viabilidad del proyecto.
Una vez elaborado el plan, después de tres días de trabajo intenso, llegó el momento de la defensa frente al comité organizador. El equipo debió justificar el presupuesto estimado, detallar los mecanismos de ingeniería y robótica utilizados, describir las modalidades creadas para considerar el bienestar físico y psíquico de los habitantes, explicar los cálculos matemáticos teniendo en cuenta la variación de temperatura y condiciones climáticas en el planeta, formular las propuestas edilicias para las casas, hospitales, parques, escuelas y lugares de esparcimiento.
El resultado fue inmejorable. El jurado quedó encantado con la propuesta y el equipo compuesto por estudiantes argentinos se quedó con el primer puesto en la competencia. “Nos llevamos mucho más que un trofeo, nos llevamos una experiencia para siempre”, comentó Thomas Parise, uno de los ganadores. “Nos dimos cuenta de que el talento individual gana partidos, pero el trabajo en equipo gana campeonatos”, cerró en clave futbolera.
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