Con cuatro años al frente del Ministerio de Educación de Colombia, la doctora María Victoria Angulo González publicó un libro que reúne las memorias de trabajo, pero de una manera que, a la vez que funciona como balance, intenta abrir un espacio de diálogo y reflexión comunitario. En Educación en Colombia: un sistema con más oportunidades y mayor equidad, tal es el título, participan distintos referentes educativos que aportan análisis y perspectivas de los logros obtenidos y plantean los principales desafíos del futuro cercano.
“En estos tiempos de pospandemia”, dice Angulo en el prólogo, “la innovación, la intersectorialidad, la solidaridad, el trabajo entre pares y las interacciones significativas son temas que hacen parte de una apuesta que todos los países deben hacer por reimaginar el sector”. Con este contexto de transformación educativa, el libro invita a expertos colombianos y extranjeros que comenten y reflexionen acerca de las tendencias de la educación.
La lista completa de colaboradores excede el medio centenar. Entre ellos, se pueden mencionar: Jean-Michel Blanquer (Francia), Pablo da Silveira (Uruguay), Agustín Porres (Argentina), Diana Rubio (México), Ángela Beatriz Anzola de Toro (Colombia), José Escamilla y Michael Fung (México), además de ministros, exministros, secretarios, rectores y docentes universitarios, líderes de fundaciones y organizaciones no gubernamentales con influencia en América latina.
Educación en Colombia tiene un texto de presentación de nada menos que del presidente Iván Duque, que destaca a la educación como el instrumento más importante para superar la pobreza y construir una sociedad con equidad, inclusión y movilidad social. “Nuestra apuesta”, sigue Angulo, “ha sido por una propuesta educativa orientada hacia la atención integral, con una perspectiva de sostenibilidad y universalidad, lo que implica ubicar a la persona en el centro del proceso pedagógico”.
La gestión de Angulo se caracterizó por el esfuerzo de sostener pilares como la calidad educativa, el respeto de la trayectoria educativa de cada estudiante, la transformación digital, la revaloración del rol docente (incluyendo la formación continua y la recomposición salarial). Toda una agenda de gobierno que se vio sacudida por la irrupción de la pandemia del coronavirus y que sumó un reto todavía más complejo de sostener en el sistema a quienes, por cuestiones sanitarias, debieron interrumpir el aprendizaje. “Este libro”, dice Angulo, “constituye una oportunidad para continuar y profundizar en estas conversaciones sobre la educación en este momento clave”.
A lo largo de 450 páginas, y organizado en nueve grandes ejes temáticos, el libro indaga sobre:
1) el futuro de la educación y la transformación educativa;
2) las condiciones necesarias para las trayectorias educativa sean completas, continuas y de calidad;
3) los aprendizajes significativos, la evaluación y el aseguramiento de la calidad;
4) el bienestar y desarrollo de directivos y docentes, y su reconocimiento como agentes de cambio;
5) los desafíos en torno a la inclusión y el cierre de brechas tanto en la educación rural como en la educación media;
6) los trabajos de investigación e innovación educativa para el mejoramiento de la calidad y la transformación de los procesos de aprendizaje y enseñanza;
7) la idea de ecosistema sectorial que trasciende el concepto de sector educativo y permite identificar relaciones sanas y de confianza mutua entre los diferentes actores, además de fortalecer la institucionalidad del sistema;
8) también hay un apartado de vital importancia, como es el escuchar la voz de la juventud para atender de manera efectiva sus reclamos; y, por supuesto,
9) los retos de la educación en tiempos de pandemia.
Hace unos meses, en el Congreso de Innovación Educativa que Ticmas organizó en la Ciudad de México, la ministra Angulo dijo que había una clara tendencia a usar la tecnología, los modelos híbridos y programas virtuales. “Creció en un 60% el número de registros calificados de programas virtuales”, dijo. Y continuó con optimismo: “Esto le da a la universidad una gran versatilidad. Demanda trabajo, porque hay que plantear los requerimientos de calidad en cada modalidad, pero, la universidad tiene la posibilidad para diferenciar y entender el rol de la presencialidad en pregrado o posgrado”.
Educación en Colombia es un fresco de época. Aún cuando el título haga foco en un país, por la multiplicidad de voces y miradas es estimulante para todos los educadores de la región. “Parafraseando a la filósofa catalana Marina Garcés”, dice Angulo promediando el libro, “leamos bien nuestro presente para despejar las sombras del futuro. Sin importar cuál sea el Gobierno electo, las diferencias partidistas o las diferencias de visiones y aproximaciones, sigamos trabajando todos por el interés superior de nuestros niños, niñas y jóvenes; eso es lo más importante y también lo más inspirador para avanzar hacia la equidad, el bienestar social y la convivencia pacífica”.
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