Es una verdad universalmente reconocida que el Ulises de Joyce tiene fama de difícil. O incluso, de imposible. El mismísimo Borges supo admitirlo: “Yo (como el resto del universo) no he leído el Ulises”. En esta artículo hablamos de la última gran gesta del siglo. Preparate para desafiar todos tus preconceptos y a gritar con fuerza: ¡Joyce, no te tengo miedo!.
El abecé del intríngulis
No vamos a mentir: Ulises es desafiante, ¡mas no imposible! Solo necesitás agallas y un poco del hilo de Ariadna para salir airoso del laberinto. Acá te tiro el ABC para agarrar a este minotauro por las astas...
- Todo pasa en un mismo día y lugar: el 16 de junio de 1904 en Dublín.
- Hay tres personajes principales: Stephen Dedalus (joven poeta), Leopold Bloom (un publicista judío) y Molly Bloom (cantante y esposa de Leopold).
- Conflicto: Leopold sabe que Molly le será infiel en su propia casa. Por eso, decide pasar todo el día deambulando por las calles de Dublín hasta que, finalmente, se encuentre con Stephen, que deambula igual que Bloom perseguido por sus propios fantasmas.
- Fin.
Bueno... no tanto. Tras un día de conocer profundamente al señor Bloom, al caer la noche, tendremos acceso exclusivo a los pensamientos de Molly y conoceremos su versión de la historia.
Tip del vago
Como nos enseña Seinfeld, Ulises es un libro en donde no pasa nada. Por eso, lo podés leer en partes, salteado, por fragmentos. ¡Tu imaginación es el límite! Acá te paso el mejor recorrido para principiantes: leete los episodios 1, 2, 4, 6, 8, 12 y 18.
Hagas el recorrido que hagas, lo importante es que tengas una buena edición. No hay como la del traductor y especialista Rolando Costa Picazo: cuenta con una breve guía de cada episodio y más de mil notas. ¡No hay excusas!
Somos nuestras historias
Joyce puso mucho de su propia vida en sus obras. Por eso, si no te animás con el Ulises, podés calentar motores con Retrato del artista adolescente o incluso con los cuentos de Dublinenses. Otro gran compañero en esta aventura es Richard Ellman. En su biografía de James Joyce te cuenta todo, todo, todo lo que tenés que saber sobre la vida del escritor modernista por excelencia.
Como música para mis oídos
¿Sabías que Joyce quiso ser músico? Quizás por eso sus obras están llenas de canciones. Así es que, otra clave para enfrentar el Ulises es la lectura en voz alta. Puede ser compartida con amigos, en solitario o con tu gato, ¡no importa! Lo realmente importante es el sonido de las palabras.
Laberintos Joygeanos
Como en los mejores laberintos, cerramos como empezamos. Borges mantuvo siempre una relación al menos paradójica con la literatura de Joyce. Lo acusa de ilegible, de imposible, de monstruoso, pero siempre le dedicó pensamientos, poemas y reflexiones, y no dejó de compararlo con sus autores más admirados. “Como Shakespeare, como Quevedo, como Goethe, como ningún otro escritor, Joyce es menos un literato que una literatura”.
Quizás le sucediera al maestro lo mismo que con Buenos Aires: no lo une a su par irlandés el amor sino el espanto. Algo que el propio Joyce podría haber dicho de su sucia y confusa Dublín. Lo cierto es que en la omnipotencia de la palabra ambos escritores parecen encontrarse en el centro de un mismo y elaborado laberinto. Sea como sea, es siempre un placer escuchar a Borges hablar de Joyce, como lo demuestra su famosa conferencia.
Eso sí, no hagas como él: tomá coraje y animate a celebrar el centenario del Ulises con su lectura.
Un libro difícil, sí, pero lleno de humanidad. Un libro que celebra la heroica gesta de ser una persona común en un día corriente de esto que llamamos vida.
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