En una época que nos han obligado a replantear casi todas las certezas —personales, familiares, laborales—, era necesario que alguien le diera voz a aquellos que nunca la tuvieron: los niños. Ellos son, sin duda, quienes están más desamparados frente a la violencia y a las decisiones deliberadas que otros toman por ellos. Es tal el silencio al que históricamente han sido sometidos, que ya desde los preceptos de la filosofía griega se los comparaba con los esclavos.
“Venimos arrastrando una historia en la que los niños son cosificados, no se los ve como personas”, dice Sofía Lewicki, autora del ensayo Tan mal sí salimos, que se presenta mañana en Libros del Pasaje. Psicóloga especialista en crianza, Lewicki propone cambiar el modelo de crianza por uno centrado en el reconocimiento: en re-conocerse, encontrar y valorar en ese niño que tenemos delante a aquel que fuimos. Respetar sus tiempos, sus necesidades, su crianza.
“Cuando criamos no estamos educando, sino que estamos cuidando la vitalidad con la que vienen los niños desde el momento en que nacen”, Sofía Lewicki
“Cuando criamos”, dice, “no estamos educando, sino que estamos cuidando la vitalidad con la que vienen los niños desde el momento en que nacen”. Para Lewicki, en esa diferencia entre criar y educar se juega buena parte de la autonomía y el futuro de los niños, porque es por allí donde se bloquea su capacidad para escucharse a sí mimos. “Meterle la cucharada de papilla dentro de la boca cuando ese bebé no lo desea, lo desconecta de sus ganas de comer. Y después estamos llenos de problemas alimentarios. Criar tiene que ver con cuidar ese ser esencial que tiene que ver con un saber intrínseco”.
—¿Sacarle los pañales a un chico está más asociado a la escuela que al ciclo vital?
—A la institucionalización de los cuerpos. El niño no necesita que le enseñen a caminar: va a caminar, pero a su tiempo. De la misma manera el niño va a aprender a ir al baño; no hace falta sacarle el pañal. Porque no solo se le saca el pañal, sino que se le saca la posibilidad de que experimente y que sienta en su cuerpo cuándo tiene ganas de hacer pis, cuándo tiene ganas de hacer caca, qué tiene que hacer en ese momento. Eso no debería venir de afuera. El entorno debería ser el que propicie y el que cuide eso que Casilda Rodrigáñez llama la “vitalización”.
Sofía Lewicki tiene una participación muy activa en las redes sociales; en especial, en Instagram. Casi todos los días sube avisos, ideas, fotos y mantiene un espacio de preguntas que contesta con solvencia, pero sin excesos ni sobreinterpretaciones. El interrogante que subyace en la mayoría de las consultas es “¿Lo estoy haciendo bien?”.
Lo adultos no sabemos poner límites a nosotros mismos. Necesitamos comprender y construir los límites para después construirlos y enseñárselos a los niños
Es una pregunta que se repite cuando la visitan en el consultorio, y que pone en primer plano la soledad a la que muchos madres y padres se enfrentan. “El desafío”, dice, “es romper las cuatro paredes que nos deja solos, que los deja solos a los niños y que invisibiliza lo que es criar”.
Otro asunto urgente y crucial es el tema de los límites. “Es una cuestión en la que todos nos creemos solos, y, sin embargo, en todas partes del mundo de los límites se habla. Está lleno de talleres sobre cómo poner límites a los niños. Siempre hablo de lo que nos pasa a nosotros con nuestros propios límites, porque lo adultos nos sabemos poner límites a nosotros mismos. Necesitamos comprender y construir los límites para después construirlos y enseñárselos a los niños”.
—¿Cuál es la relación entre educación y crianza, y entre familia y escuela?
—Es una pregunta compleja de responder de una vez y para siempre. La infancia siempre se constituyó en torno a la educación. Se lo ve al niño desde el modelo de la educación. Entonces, se entiende poco sobre lo que implican en las necesidades básicas que trae ese niño. Con el modelo de educación es como si quisiéramos poner algo sobre el niño: como si le faltara algo. Es una idea en relación a que los niños eran bestias que había que domar y la escuela aparecía con una función humanizadora.
Sofía Lewicki presenta Tan mal sí salimos el miércoles 6 de julio a las 18.30 en Libros del Pasaje (Thames 1762, CABA). La autora conversará con Soledad Barruti y Darío Sztajnszrajber.
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