¿Quién fue el científico más importante de la historia? En principio, la pregunta parece imposible: no es posible saberlo. La ciencia, como todas las construcciones humanas, se apoyan en la historia y en el aprendizaje. El progreso de la ciencia, entonces, podría suponer que no hubo una persona sino muchas —tal vez una infinidad—. Pero Isaac Asimov, no se dejó avasallar y pensó un nombre y una larga justificación.
A mediados de los 60, Asimov tenía una columna en la revista Science Digest donde respondía las dudas de los lectores. “Isaac Asimov Explains”, se llamaba y allí se ocupaba de cuestiones como qué es el método científico, qué dice el teorema de Gödel, qué son los números imaginarios, cuántas partículas hay en el universo, etc. Imaginemos por un segundo tener la oportunidad de enviarle una pregunta a Asimov, ¡y que él la conteste! ¡El autor de Fundación, El hombre bicentenario y Yo, robot respondiendo nuestras preguntas!
Años después, aquellas respuestas se reunieron en un libro tan extraño como bello, hoy un clásico, que se llama 100 preguntas básicas sobre la ciencia. Por supuesto, una de las cien preguntas era la que nos convoca: quién fue el científico más importante de la historia.
“Si la pregunta fuese ‘¿Quién fue el segundo científico más grande?’”, dice Asimov, “sería imposible de contestar”. La lista de candidatos sería muy extensa: desde Albert Einstein a Ernest Rutherford pasando por Niels Bohr, Louis Pasteur, Charles Darwin, Galileo Galilei, Clerk Maxwell, Arquímedes, etc.
“Incluso”, dice, “es muy probable que ni siquiera exista eso que hemos llamado el segundo científico más grande. Las credenciales de tantos y tantos son tan buenas, y la dificultad de distinguir niveles de mérito es tan grande, que al final quizá tendríamos que declarar un empate entre diez o doce”.
Esa dificultad, sin embargo, no aparece cuando se busca encontrar al primero. “La mayoría de los historiadores de la ciencia no dudarían en afirmar que Isaac Newton fue el talento científico más grande que jamás haya visto el mundo”.
Newton fundó las matemáticas superiores después de elaborar el cálculo. Fundó la óptica moderna mediante los experimentos de descomponer la luz blanca en los colores del espectro. Fundó la física moderna al establecer las leyes del movimiento y deducir sus consecuencias. Fundó la astronomía moderna estableciendo la ley de la gravitación universal.
“Cualquiera de estas cuatro hazañas habría bastado por sí sola para distinguirlo como un científico de importancia capital. Las cuatro juntas lo colocan en primer lugar de modo incuestionable”.
Pero hay algo más; un hecho en absoluto menor. Hasta antes de Newton, todos los experimentadores consideraban que debían contrastar sus descubrimientos con las ideas de los sabios griegos. Él, con su Principia Mathematica, liberó al pensamiento científico del yugo griego y le dio a la modernidad la posibilidad de expandir su mente y llevar sus teorías al infinito. Y más allá.
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