Hollywood lo entendió bien: los dinosaurios son una gran máquina narrativa. Alrededor de estos antiguos leviatanes, gigantes como dioses, se encadenan historias de aventuras, fantasía, épica. Puede que ya nos hayamos acostumbrado un poco a ellos, pero siempre hay una nueva película, una nueva serie, una nueva historia para que nos dejemos encantar otra vez. Aquí llega la nueva entrega de la saga de Jurassic Park: Jurassic Park dominion, para reenamorarnos.
“La fascinación por los dinosaurios puede responder a muchas razones”, dice Federico Kukso, autor del bellísimo libro Dinosaurios del fin del mundo: “el tamaño descomunal de ciertas especies como el Argentinosaurus o el Patagotitan mayorum, la ferocidad de depredadores como el T. rex o el Giganotosaurus, considerado el mayor depredador conocido; también fascinan porque responden a la definición misma de ‘monstruo’; y, quizás un factor más: porque se extinguieron”.
Los dinosaurios fueron los reyes del planeta por más de 150 millones de años y, pese a ello, desaparecieron. “En cierto punto”, dice Kukso, “son un aviso de lo que nos puede llegar a pasar a nosotros”.
Hace 65 millones de años un evento masivo hizo que se extinguieran casi todos los organismos vivos del planeta: fue liquidado el 97%. “Lo fatalmente curioso”, dice Luis Cappozzo, director del Laboratorio de Ecología, Comportamiento y Mamíferos Marinos del Museo de Ciencias Naturales, es que hoy, como resultado de la acción humana, estamos ante la potencial antesala de la sexta extinción masiva”.
La vida se abre camino
Desde hace casi treinta años, desde que en 1993 salió la película de Steven Spielberg, los dinosaurios están prácticamente en todas partes. Sí: Hollywood lo entendió bien. Mientras haya una pantalla y un balde de pochoclos, los dinosaurios nunca van a extinguirse.
Las películas pueden ser un entretenimiento y una oportunidad para el interés, pero juegan con un universo narrativo que no necesariamente es el que sucedió en la realidad. “Lo que ocurre en general con las películas”, dice Cappozzo, “es que superponen en sus recreaciones a dinosaurios de distinta época”. ¿Cuáles son los favoritos del cine, además de los que mencionaba Kukso? Capozzo habla de los reptiles pehistóricos marinos: “los más conocidos son los plesiosaurios, que podemos verlos en dibujos y distintas películas, y son reptiles que aparecieron en el período jurásico y finales del triásico”. Tambien, más cercanos en el tiempo, están los tiburones gigantescos conocidos como megalodon, que eran los predadores del mar. “Los dinosaurios le gustan a todo el mundo”, dice Capozzo.
Si puedes verlo, puedes creerlo
“Son la puerta de entrada a la ciencia”, dice Federico Kukso, que, además, da una clave sumamente precisa: los dinosaurios amplifican la curiosidad y el asombro. Indudablemente eso puede ser un valioso recurso pedagógico: “No solo para pensar el planeta sin nosotros”, sigue Kukso, “sino también para hablar de la edad de la Tierra, de la evolución de las especies, del llamado ‘tiempo geológico’, del trabajo de científicos”.
“Los dinosaurios y los mamíferos marinos son maravillosos para hablar del territorio argentino”, agrega Cappozzo, “porque nuestro país es una enorme fuente de nuevo material que se descubre todos los años. Todo el tiempo mis colegas paleontólogos están descubriendo nuevas especies de dinosaurios”.
“Es mágico pensar que por la Patagonia o por San Juan”, dice Kukso, “caminaron hace millones de años estas especies”.
LEER MÁS