El océano cubre más del 70% del planeta y produce al menos el 50% del oxígeno, alberga la mayor parte de la biodiversidad de la tierra y es la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo. En relación a la economía, se estima que para 2030, más de 40 millones de trabajadores participarán en industrias relacionadas con los océanos.
Es el recurso natural más grande la Tierra. De hecho, el planeta toma su color: somos esa roca azul que orbita alrededor del sol debido a los océanos. Y, sin embargo, una serie de problemáticas lo tienen en jaque: la pesca indiscriminada, la destrucción de los arrecifes, la explotación del fondo, la gestión de los desechos.
Desde 2009, el 8 de junio ha sido declarado por la Organización de las Naciones Unidas como el Día de los Océanos, como una forma de explicitar la reflexión sobre el impacto que los hombres provocan en ellos y la posibilidad de reunir a la población mundial en un proyecto que aborde la gestión sostenible de las aguas.
De querusa la merluza
Una manera de pensar la relación con los océanos es pensar cómo nuestro país mira —interviene, consume, usa, protege— al mar. El primer punto, en términos de la pesca.
Juan Sala es doctor en Ciencias Biológicas de la Universidad de Buenos Aires, investigador adjunto del CONICET en el IBIOMAR. Pero además es el Coordinador Ejecutivo del Comité Interministerial de la Iniciativa Pampa Azul, aunque se encarga de aclarar que aquí habla en términos estrictamente personales. Su investigación está centrada en los sistemas socio-ecológicos marinos, a partir de herramientas de la Ecología del Movimiento, la Oceanografía, la Ecología Política y la Filosofía de la Biología. Es una de las voces más autorizadas para la diversidad del mar.
“Los stocks más importantes de peces de interés comercial a nivel mundial, en un porcentaje muy alto cercano al 60% están sobreexplotados”, dice, “pero por suerte ese, en términos generales, no es el caso de nuestro país”.
Argentina tuvo graves problemas a fines de los 90 princicpios del 2000, cuando casi colapsa la pesca de merluza. El agotamiento de la especie fue tal, que se tomaron medidas muy importantes, como el sistema de vedas permanentes y transitorias a lo largo de la plataforma continental y la zona económica exclusiva. El aprendizaje a tiempo y la recuperación de la merluza sirvieron para que ahora, que la pesca está casi exclusivamente dirigida al langostino, se preste especialemente atención en evitar el problema.
“Hoy tenemos control sobre la capacidad y los recursos pesqueros de nuestro país, y de esa manera estamos teniendo mejor capacidad de regeneración de nuestros sistemas”, dice Sala, aunque subraya la importancia de que “la Argentina deje de generar este tipo de pesquería monoespecífica y se diversifique para que prosperen otras que, por ser de pequeña escala, producen muchos puestos de trabajo”.
Qué lindo que es estar en Mar del Plata
La pesca no es el único recurso económico del océano. Junto con el transporte y el turismo, muchas naciones han desarrollado la explotación hidrocarburífera offshore, y Argentina es una de ellas. Ese es otro tema crucial para pensar hoy, porque implica un gran debate sobre la ecología. Desde hace años, el país explota la cuenca austral frente a Santa Cruz y Tierra del Fuego, y ahora hay un proyecto sobre la explotación de la cuenca norte, que provocó grandes polémicas.
“Mi posición personal es que el país tiene todas las condiciones para explotar hidrocarburos offshore en aguas más profundas”, dice Sala. Esto significaría que la Argentina podría autoabastecerse de gas y ya no habría necesidad de importarlo de naciones vecinas. Para Sala, las condiciones y el sistema tecnológico le permitirían a la Argentina “darse el lujo de avanzar en la explotación con una mirada soberana y netamente ambientalista”.
¿Es el offshore un tipo de explotación caído en desuso? Si bien es cierto que muchos países desarrollados se habían comprometido a desactivar sus plataformas marinas, la invasión rusa a Ucrania cambió el tablero internacional y hoy, esos Estados han recrudecido la cantidad de pozos que llevan adelante. En ese sentido, Argentina podría seguir por la misma senda. ¿Es un riesgo ecológico? “Nuestro país”, dice Sala, “puede avanzar en la explotación de los recursos hidrocarburíferos sin el temor de sufrir problemas serios ni grandes derrames, como los que dicen que van a llegar a las costas de Mar del Plata, lo cual es completamente falaz”.
Éste es el mar
El día de los océanos es una gran oportunidad para la reflexión. En este artículo hemos hablado de pesca, hemos hablado del petróleo. La educación es otra importantísima clave de acceso, ya que, en un país como el nuestro, con 6000 km de longitud, el mar es una marca de nuestra identidad.
“Abordar la enseñanza de los océanos desde un enfoque sistémico”, dice Laura Marinucci, especialista en Educación en Ciencias y mentora de Ticmas, “no solo nos permite reconocer las partes que lo componen, sino también la forma en que interactúan entre sí”. Y continúa: “Si utilizamos este enfoque, vamos a lograr que se promueva la comprensión del ambiente como un sistema en el que los elementos que lo integran se interrelacionan —el medio físico, biológico, económico y sociocultural—, y que el cambio que se produce en alguno de sus elementos afecta a los demás”.
Para Marinucci, trabajar proyectos de sustentabilidad en torno a los océanos obliga a diseñar propuestas pedagógicas interdisciplinarias que permitan observar la complejidad de estos ambientes y den la oportunidad de entender cómo cuidar el mar de una manera auténtica.
“Los objetivos de desarrollo sostenible”, dice, “son de gran utilidad a la hora de diseñar proyectos escolares vinculados con el océano”. Y señala el ODS 14, Vida Submarina, que invita a buscar estrategias para conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos. “Si queremos lograr un futuro sostenible”, cierra Marinucci, “es necesario hablar de cómo las acciones humanas han afectado la vida en el mar e impulsar a nuestros alumnos y alumnas a ponerse en acción y buscar soluciones para proteger nuestros océanos”.
LEER MÁS