El cierre de escuelas durante la pandemia agudizó la crisis educativa que ya atravesaba el país. Las primeras mediciones dan cuenta del impacto en los aprendizajes. En la Ciudad de Buenos Aires, que hoy presenta los resultados de dos evaluaciones que tomó entre octubre y noviembre de 2021, se registró una fuerte caída en los saberes de lengua tanto en séptimo grado como en tercer año. Los chicos tienen dificultades severas para comprender un texto.
En la prueba de Tercer año de Estudios Secundarios en la Ciudad de Buenos Aires (TESBA), los alumnos perdieron en promedio 18,1 puntos respecto a la última evaluación prepandemia, la de 2019. “Es la caída más fuerte registrada desde la primera aplicación en 2017″, remarcaron.
En el desglose de los resultados se ve que el 18,7% -un 64% más que en 2019- de los alumnos no pudo responder, es decir, no resolvió actividades sobre textos breves con lenguaje sencillo. Este punto, al margen de los déficits de aprendizajes, lo asocian a los estados de ánimo, a cierta abulia de los chicos en el regreso a las aulas.
El 32,9% de los chicos de tercer año se encuentra en el nivel básico en lengua: les cuesta reconocer diferentes voces dentro de un relato, distinguir acciones principales y secundarias y reconocer relaciones causales. La pérdida más relevante respecto de 2019 se dio en el nivel avanzado: los resultados descendieron 5,5 puntos porcentuales.
“Muchas jurisdicciones eligieron esconder la información, guardar los problemas enormes de aprendizajes que dejó el cierre de las escuelas debajo la alfombra y permitir que todos los chicos pasen de año. Nosotros decidimos evaluar para ver cómo estamos, para contar con datos precisos de cómo se enseñó y aprendió durante la pandemia, y en base a eso pensar en intervenciones”, señaló la ministra de Educación porteña Soledad Acuña.
En la prueba de séptimo grado, FEPBA, también hubo un descenso significativo: bajó 9,1 puntos respecto de 2019. El 34,2% de los chicos está en el nivel básico, lo cual quiere decir que pueden responder preguntas sencillas sobre el texto, pero les cuesta relacionar, interpretar e inferir.
Tanto en FEPBA como en TESBA se dio una singularidad que sorprendió a los propios funcionarios de la cartera educativa. La medición en matemática se mantuvo estable pese al cierre escolar. Una de las hipótesis que barajan es que la enseñanza de matemática no requiere tanto trabajo entre pares como lengua, que con la explicación del docente a través de Zoom y la práctica del alumno en su casa pudo haber sido suficiente para evitar la pérdida de saberes.
Lo que sí estuvo dentro de lo tristemente esperable fueron las diferencias enormes que se registraron entre los hogares de mayores y menores ingresos. En matemática, sobre todo, las disparidades superan los 100 puntos entre los chicos de nivel socioeconómico alto y bajo. Según el informe, en las escuelas que tuvieron más presencialidad hubo mejores resultados promedio.
Problemas para aprender a leer y escribir
Además de las pruebas estandarizadas, el gobierno porteño llevó adelante en el primer trimestre de 2021 una encuesta de percepción docente para recabar información sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje. Los resultados exponen problemas severos de alfabetización en los primeros grados.
Según los docentes del primer ciclo de primaria, más del 20% de los chicos de primer grado no pueden diferenciar letras de otros trazos. Muchos incluso empezaron sin saber usar el lápiz o el cuaderno, hábitos que se aprenden en sala de 5, y sin saber escribir sus propios nombres. Peor aún, tras el año de cierre de escuelas, más de la mitad de los chicos llegó a segundo grado sin saber escribir. En tercero. el 35% de los chicos tampoco sabe hacerlo.
En el segundo ciclo de primaria, los docentes expresaron que 4 de cada 10 alumnos tienen dificultades para expresarse por escrito, comprender textos y asumir responsabilidades en tareas colectivas. En tanto, los profesores de primer año advirtieron que más de la mitad de sus estudiantes no comprenden los enunciados, ni pueden expresarse con claridad tanto de forma oral como escrita.
Plan de recuperación de aprendizajes
“Creemos que esta pérdida de aprendizajes llevará 3 años de medidas extraordinarias de recuperación. Para eso no debemos volver a la misma escuela a la que los chicos asistían antes de la pandemia”, afirmó Acuña, que añadió que el foco estará en la alfabetización y en la enseñanza de lengua porque es “estructurante de todo lo demás”.
Desde el año pasado, el Ministerio de Educación porteño intentó modificar el método con el que la mayoría de los docentes enseña a leer y escribir. El denominado método constructivista, que implica que los chicos van aprendiendo a distinguir las letras por su cuenta, gracias a su entorno, dio paso a un enfoque de “conciencia fonológica”. Ahora se busque que el docente intervenga más activamente en la enseñanza de la lectura y la escritura, con cuadernillos diseñados bajo esa mirada.
“Los mismos docentes se dieron cuenta de que después del cierre de escuelas debía cambiarse el modo de enseñar. El método constructivista puede funcionar siempre que el chico esté inmerso en contextos estimulantes: en hogares donde haya libros, donde haya buenas conversaciones, donde los padres sean profesionales. El año sin escuelas evidenció diferencias muy marcadas en la alfabetización de los chicos según su hogar”, planteó la ministra.
El plan de alfabetización para primaria incluye una prueba de fluidez y comprensión lectora en cuarto grado. El test, que implementa Mendoza desde 2021, consiste en escuchar a los chicos leer en voz alta durante un minuto, prestando atención a la fluidez y la entonación, para detectar situaciones críticas que requieran una intervención específica. Con los resultados esperan dar espacios adicionales de aprendizaje a aquellos estudiantes que muestren más dificultades.
En tanto, el plan destinado a la secundaria contempla varias de las acciones que ya lleva la Ciudad: a) Escuela los sábados: más de 9.000 chicos procedentes de 100 colegios asisten para rendir las materias previas; b) Jornada extendida obligatoria para todos los alumnos de secundarias públicas; c) Espacio virtual de apoyo escolar (EVAE): clases virtuales de lengua y matemática; d) Escuelas lectoras: talleres que acercan a la literatura a partir del intercambio y la producción oral.
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