En Formosa los alumnos pasarán de año con hasta 19 materias previas. La decisión del gobierno de Gildo Insfrán, emitida a través de su ministerio de Cultura y Educación, salió publicada el 2 de mayo en el Boletín Oficial y permite a los estudiantes de secundaria promocionar el curso con asignaturas pendientes desde 2019.
La medida generó indignación en la comunidad educativa. Un grupo de especialistas cuestionó duramente la decisión del gobierno formoseño en diálogo con Infobae. Mónica Marquina, doctora en educación e integrante de la Fundación Alem advirtió que se trata de “un plan sistemático de no educar a su población”.
“Ya no el fracaso del sistema. Es parte de un plan que no se originó en la pandemia, sino antes también. Por eso se suman en el decreto las deudas de materias anteriores, sin incluir un plan de intervención clara y efectiva sobre cómo van a sacar a los chicos de esta tragedia que les afectará la vida. Con esta medida transmiten que se puede hacer borrón y cuenta nueva, pero saben muy bien que eso es imposible y no les importa. La sociedad formoseña tiene que tomar cuenta de esto y actuar”, expresó la doctora en educación.
Marquina recordó los casos de otras provincias, como Santa Cruz o Santa Fe, que también flexibilizaron la promoción de curso. Dijo que “están barriendo la basura debajo de la alfombra, distorsionando la idea de lo que es el derecho a la educación”. “De Formosa ya no extraña. Durante la pandemia hubo excesos, encerraron a personas, separaron a las familias. Y en ese marco el estado provincial decidió cancelar a la educación, porque en estos dos años en Formosa no hubo nada que se acercara a esa noción de encuentro entre docentes y estudiantes que implica la educación”, agregó.
Para Gustavo Zorzoli, profesor y exrector del Colegio Nacional de Buenos Aires, la medida es “una verdadera vergüenza”, que debería traer aparejada la renuncia de Luis Basterra, ministro de educación provincial. “Su propuesta no es más que una salida facilista y rápida para no hacerse cargo de las inmensas dificultades que atraviesan estudiantes y docentes en las escuelas secundarias”, señaló.
La resolución N° 1953, emitida para anunciar los nuevos “Criterios de Promoción Escolar 2022″, especifica que los estudiantes pueden adeudar todas las materias de 2020 —un año del secundario cuenta con 13 materias—, hasta tres materias de ciclos lectivos anteriores a ese año y otras tres pendientes de aprobación correspondientes al 2021.
Con esos criterios sobre la mesa, Zorzoli razonó: “En una misma aula cursando matemática vamos a encontrar por un lado jóvenes que hayan aprobado esta asignatura en todos ciclos lectivos —2019, 2020 y 2021—, otros que no lo hicieran en ninguno y cualquier otra combinación. ¿A quién se le puede ocurrir que un docente puede enseñar ante esta enorme heterogeneidad? Solo a alguien que está sentado en un escritorio y desconoce la realidad de la escuela argentina hoy. Está claro que este funcionario usa la puerta de salida de emergencia en vez de ocuparse de apagar el fuego, y lo más dramático y que deja a la comunidad educativa formoseña entre las llamas”.
Por su parte, Juan María Segura, experto en gestión e innovación educativa, consideró: “El propósito fundante y primordial de nuestras escuelas es que sus estudiantes aprendan algo en particular. Por eso la currícula escolar. Si eso no ocurre, por las razones que fuere, entonces se debe corregir y enderezar. ¿Cuánto? Hasta que se retome la promesa del propósito fundante. El caso de Formosa es exactamente lo opuesto, dañando no solo la esencia más profunda de la lógica pedagógica de nuestra escuela, sino también favoreciendo que estos y los futuros alumnos hagan la siguiente lectura: que estudiar, esforzarse y aprender es un gasto innecesario de energía”.
En la misma línea, Segura añadió: “Estamos frente a una situación bochornosa predecible, que seguramente se repite de manera más silenciosa en otras jurisdicciones en este mismo momento. Cuando finalmente estos chicos y chicas sean arquitectos, médicos, ingenieros, abogados, contadores, enfermeros, policías, pintores, choferes o maestros mayores de obras, me pregunto quién se animará a contratar sus servicios, a comprar sus productos, a tenerlos como socios. Tal vez debamos considerar en serio la idea del examen de egreso de la escolaridad. Y las jurisdicciones educativas deberían tener un castigo económico equivalente al mal rendimiento agregado de sus egresados de la escuela estatal, por irresponsables”.
En declaraciones con CNN Radio, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, también se refirió a la medida y dijo que va en contra de “la cultura del esfuerzo, el valor de la educación y la tarea docente”.
“No da lo mismo pasar de años sin saber que sabiendo”, sostuvo en diálogo con María Laura Santillán. “Esto pone en juego la cultura del esfuerzo y el valor de la educación. Le estamos diciendo a los chicos que saben lo que no saben. Los dejamos sin la oportunidad de aprender lo que no se les enseña, lo que los deja en desigualdad de condiciones para su futuro”, comentó.
Ni bien se conoció la medida, los propios sindicalistas docentes expresaron su rechazo. Las autoridades del Gremio de Docentes Autoconvocados (GDA) de Formosa considerararon que se trata de “Una perinola con una sola opción… ‘pasan todos’”.
“Esa flexibilización que puede resultar simpática a padres/madres y estudiantes es doblemente dañina; pues perjudica al que acumula materias previas dado que solo le brinda instancias de evaluación (mesas examinadoras) y no espacios de apoyo, de recuperación con clases presenciales y docentes titulados en las materias adeudadas o previas. También perjudica a quienes no adeudan materias y están cursando pues le sacaran sus docentes para las mesas examinadoras (seguramente varias); a fin de lograr la aprobación por insistencia, y mientras se lo examina, obviamente, tampoco cursa”, planteó Nilda Beatriz Patiño, secretaria gremial del GDA, en un comunicado difundido el último miércoles por redes sociales.
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