El martes, el gobierno nacional anunció una hora de extensión de la jornada para todas las primarias públicas del país a partir de mayo. El ministro de Educación, Jaime Perczyk, estaba convencido de que su propuesta se revalidaría a nivel nacional. Dos días después, la medida se encuentra en suspenso: los gremios docentes ya expresaron su rechazo y los ministros provinciales dudan respecto de su viabilidad.
Los dirigentes de CTERA, el principal gremio docente nacional, fueron los primeros en manifestarse en contra de la hora extra en primaria. “Planteamos el rechazo de toda modificación del sistema educativo que vulnere los derechos laborales, implique una sobrecarga en el trabajo docente y no esté orientada hacia la cualificación del sistema educativo”, señalaron en un comunicado.
El gremio que tiene entre sus representantes a Roberto Baradel exigió una “urgente convocatoria” a la paritaria nacional docente para discutir la extensión de la jornada y pidió que el dinero presupuestado para la reforma se destine a infraestructura en lugar de a la hora extra de trabajo docente.
La propuesta que elaboró Perczyk alcanza a las 10 mil primarias públicas que hoy no tienen jornada completa ni extendida, que representa al 86% de la matrícula estatal. Pese a que la Ley de Educación Nacional, sancionada en 2006, plantea entre sus objetivos avanzar en la extensión de la jornada, tan solo el 14% de los chicos pudo sumar horas de clase. El impedimento, dicen, es de espacios. La infraestructura escolar no da abasto para congregar a los dos turnos y, además de una inversión colosal, demandaría mucho tiempo construir las aulas suficientes.
Por eso, el gobierno nacional optó por financiar gran parte -el 80%- del pago del salario de la hora extra que tendrían los docentes por día. Son 18 mil millones de pesos que pondría Nación para abonar el 25% de aumento salarial de cada maestro.
El rechazo de Ctera llamó la atención. El sindicato siempre se mostró alineado al gobierno de Alberto Fernández, pero no fue la única organización que se opuso a la propuesta. UDA, otro de los gremios nacionales, cuestionó la iniciativa. “El empleador no puede modificar las condiciones laborales sin antes consultar a las organizaciones sindicales. El empleador está arrogándose una facultad que no debe”, planteó Sergio Romero, su secretario general.
Dentro de las escuelas, según supo Infobae, la noticia también generó revuelo. Los docentes cuestionan de qué manera podría agregarse una hora extra y no coinciden en que mejorará los aprendizajes de lengua y matemática. Además creen que, al haber tomado un cargo por cuatro horas, no deberían cambiarles las reglas de juego a mitad de camino. Un maestro con dos cargos debería asumir 10 horas de clase.
Al respecto, el ministro de Educación dio tres alternativas de implementación que cada jurisdicción debería definir:
-Sumar una hora extra por día y adelantar el ingreso de los chicos a la escuela. Es decir, que el turno mañana pase de 7:00 a 12:00 o de 7.30 a 12.30 y el turno tarde lo haga de 13:00 a 18:00 o de 13:15 a 18:15 horas.
-Sumar una hora extra por día y retrasar la salida de los chicos. Aquí la dificultad se presenta en que los turnos se superpondrían.
-Mantener las cuatro horas de clase por día en la semana y sumar una jornada los sábados.
Poco apoyo de los gobernadores
No solo los gremios pusieron reparos. Perczyk daba por descontado que en el Consejo Federal de Educación, que tendrá lugar mañana al mediodía en Tierra del Fuego, encontraría apoyo generalizado. Sin embargo, los ministros provinciales plantearon dudas sobre la posibilidad de sumar una hora de clases.
En la provincia de Buenos Aires hubo desconcierto cuando se difundió la noticia. Alberto Sileoni, director general de Cultura y Educación, valoró “positivamente” la iniciativa, aunque deslizó algunas inquietudes. “Todo lo que sea incorporar más horas es bienvenido. Luego hay que ver una cantidad de elementos que tienen que ver con la implementación, el horario, el espacio escolar, el financiamiento. Tampoco es necesario que inicien todas las escuelas juntas con esta modificación, puede hacerse por zonas”.
La Ciudad de Buenos Aires celebró la propuesta del gobierno nacional, pero advirtió que seguirán su propio plan. El 60% de las escuelas porteñas ya tiene jornada completa, mientras que en sexto y séptimo grado es obligatoria la jornada extendida. En todo caso, aclararon, utilizarán el dinero para fortalecer el apoyo escolar que dan los sábados. Algo parecido señalaron desde Córdoba, donde el segundo ciclo de primaria ya tiene dos horas más de clase y en el primer ciclo tenían previsto sumar una hora gradualmente desde mayo.
En la Dirección General de Escuelas de Mendoza advirtieron: “Nosotros siempre propusimos más días y horas de clase. De hecho, tenemos un programa de fortalecimiento de trayectorias con extensión de jornada escolar para 30 mil alumnos. Pero tenemos que escuchar la propuesta y evaluar la viabilidad”.
No solo hubo distancia en provincias gobernadas por la oposición. En distritos peronistas, como Salta o Misiones, también mostraron cautela. Sus ministros expresaron que aún no hay nada definido y que se trata de una propuesta del gobierno nacional que todavía no fue puesta a consideración.
En ese contexto, el optimismo inicial del gobierno nacional se escurrió. En la sesión del Consejo Federal, plantearán el tema y abrirán el debate que anticipan será “agitado”, pero entienden que mañana no se aprobará la resolución que suma una hora de clase en primaria, que en todo caso el acuerdo se dará “más adelante”.
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