Hace dos semanas el gobierno nacional habilitó a las provincias a que liberaran el barbijo de las escuelas. Sin embargo, el avance fue muy leve. Apenas cinco distritos quitaron la obligatoriedad del tapabocas en primaria y secundaria: Mendoza, la Ciudad de Buenos Aires, Tierra del Fuego, Neuquén y Río Negro.
El pasado 18 de marzo, el ministro de Educación nacional, Jaime Perczyk, dio el visto bueno para que los gobernadores dispongan que el barbijo sea optativo dentro de las aulas. “Desde ahora, cada jurisdicción educativa podrá tomar la decisión de utilizarlo o no, en línea con lo que decidan sus ministerios de salud”, señaló.
Hasta ese momento, en casi todo el país, regía el protocolo aprobado en el Consejo Federal de Educación antes del inicio del ciclo lectivo, denominado “Aula segura”. El instructivo contemplaba el uso de barbijo en las aulas como obligatorio desde primer grado. El mensaje de Perczyk pretendía relajar la medida y que las jurisdicciones avancen en la quita del tapabocas en un momento más laxo de la pandemia.
Sin embargo, por ahora la gran mayoría de los alumnos sigue utilizando barbijo en clase. La primera provincia en avanzar, incluso antes del guiño del gobierno nacional, fue Mendoza. En una primera instancia, declararon la no obligatoriedad del barbijo en primaria y luego la medida se extendió a la secundaria.
Luego, casi al unísono se sumaron la Ciudad de Buenos Aires y Tierra del Fuego. La particularidad de las escuelas de CABA es que a los chicos ya no se les exige mascarilla, pero sí al personal docente y no docente. Esa diferencia fue parte de la disputa entre el ministerio de Educación y de Salud porteños, en la que por ahora sigue prevaleciendo la mirada de Fernán Quirós de no eliminar por completo el barbijo en los establecimientos escolares.
El caso de Neuquén también es singular. Su gobernador Omar Gutiérrez no solo quitó el barbijo de las escuelas sino que también de otros espacios cerrados como cines, teatros y comercios. La última provincia en sumarse fue Río Negro que dispuso mascarilla optativa hace tres días.
Ante el poco avance a nivel nacional, familias que integran Padres Organizados se movilizaron ayer hacia Plaza de Mayo con pancartas y mensajes. “Como papás vemos la urgencia de revertir los daños psicosociales y académicos que la falta de presencialidad y de normalidad dentro de las escuelas ha generado en nuestro hijos”, señaló con preocupación Nuria Fortunato, vocera del colectivo.
En paralelo a la manifestación, 130 familias de la provincia de Buenos Aires se presentaron en la justicia para plantear un recurso de amparo que atienda el reclamo de escuelas sin restricciones y barbijos optativos. La intención es que la elección de utilizar tapabocas dependa exclusivamente de los padres.
“Decidimos presentar un nuevo recurso de amparo porque la mayoría de las actividades han sido liberadas de protocolos y restricciones y en las escuelas los niños siguen atados a normas sin sentido y sin fundamento científico y lo que es peor, los propios políticos que imponen las normas, no las cumplen en ningún ámbito. Basta sólo con mirar sus redes sociales para ver el abuso de poder que muestran presentándose en las aulas sin cumplir los protocolos hasta ahora vigentes”, expresó la abogada patrocinante.
La provincia de Buenos Aires, que contiene más de 4 millones de chicos en su sistema educativo, por ahora no evalúa revisar la obligatoriedad del tapabocas. De hecho, encargó una compra masiva de barbijos para el comienzo del ciclo lectivo y, según sus propios funcionarios, recién en mayo se analizará la posibilidad de retirarlos.
A nivel internacional, la gran mayoría de estados de Estados Unidos ya quitaron los barbijos y en Europa en las últimas semanas se sumó Francia a los países que adoptaron la misma medida. Aún España mantiene la obligatoriedad pese a que un estudio que se realizó en Cataluña no arrojó beneficios: compararon los contagios entre chicos de sala de 5 -que no usan mascarilla- y de primer grado que sí utilizan y no hubo diferencias.
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