Con las clases ya en marcha en todo el país, empiezan a surgir diferencias en los protocolos que rigen dentro de las escuelas. El próximo lunes Mendoza se convertirá en la primera provincia en dejar de exigir el uso de barbijo a los alumnos de primaria, mientras que en el resto del país el tapabocas continúa siendo obligatorio.
Así lo informó la Dirección General de Escuelas (DGE) mendocina a través de un comunicado. Tanto en nivel inicial como en primario el uso de barbijo pasará a ser optativo dentro de las aulas “de acuerdo con las condiciones sanitarias actuales en las provincias” a partir del próximo lunes 14 de marzo.
“Dada la menor necesidad de uso del barbijo por razones de salud, es importante atender en ese grupo etario las necesidades pedagógicas, entendiendo que en este nuevo contexto sanitario, esta medida tendrá un efecto positivo en las tareas de enseñanza, aprendizaje y, sobre todo, de comunicación”, explicó la DGE, que por ahora sostiene la obligatoriedad de la mascarilla en secundaria.
Desde la semana que viene, tanto en los jardines de infantes como en las primarias, la decisión de utilizar o no el barbijo dependerá de los padres o adultos responsables. Las escuelas ya no podrán exigirlo.
El barbijo sigue siendo el gran motivo de discusión desde la vuelta a clases. El colectivo de Padres Organizados pide que se libere a los chicos del uso de mascarillas cuando hoy en muy pocos espacios los adultos lo utilizan. Una de las razones que brindan es que el tapabocas dificulta la alfabetización primaria de los chicos, que necesitan ver los gestos de sus maestros y compañeros. Pero también remarcan la poca evidencia que hay sobre la efectividad de las máscaras en menores.
En casi todo el país, rige el protocolo aprobado en el Consejo Federal de Educación antes del inicio del ciclo lectivo, denominado “Aula segura”. El instructivo mantiene el uso de barbijo en las aulas como obligatorio desde primer grado.
En CABA, en análisis
La Ciudad de Buenos Aires, que en 2021 tomó la delantera en ciertas aperturas educativas, demora la definición respecto de si ya es el momento de liberar uso de barbijo. A diferencia de lo que sucede en el resto del país, los alumnos porteños de hasta tercer grado están exentos del uso de tapabocas para facilitar su alfabetización primaria, pero desde cuarto sí es obligatorio y los reclamos en la flexibilización total son cada vez más fuertes.
Dentro del gobierno porteño hay diferencias sobre este tema hace semanas. La ministra de Educación, Soledad Acuña, insiste en la necesidad de liberar el barbijo en las aulas, que sea decisión de los padres utilizarlo o no. Pero su par de Salud, Fernán Quirós, es más reticente y aún no está convencido de avanzar en esa línea.
Por ahora, el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, sostiene la mirada de su ministro de Salud, pero en Uspallata ratificaron que el protocolo está en constante evaluación y que el barbijo podría flexibilizarse en el corto plazo.
¿Los barbijos son efectivos en el aula?
El último estudio sobre la efectividad de la mascarilla en las escuelas viene de Cataluña. El lunes se publicó un preprint -lo cual implica que aún no fue revisado por pares- que muestra que no hay diferencias en el riesgo de contagiarse Covid-19 entre los chicos de primaria que usan barbijo en clase y los chicos de jardín que no.
Los científicos analizaron los datos de casi 600 mil alumnos catalanes de entre 3 y 12 años matriculados en 1.907 colegios. Identificaron que a lo largo del primer trimestre se registraron 24.762 casos de coronavirus en este grupo, lo que equivale a un 4,13% de los estudiantes.
Entre las conclusiones del estudio, se destaca que la variable más relevante a la hora de contraer Covid-19 es la edad y no el barbijo. En sala de 3, se contagió solo el 1,74% de los alumnos en el trimestre analizado mientras que en el último grado de primaria la incidencia fue del 5,91%, lo cual atribuyen a que la inmunidad innata se reduce a lo largo de la infancia.
Sin embargo, la mascarilla demostró nula eficacia para prevenir contagios dentro del aula. Para separar la variable edad, compararon los cursos más próximos. Reconocieron que, durante el mismo período, hubo más casos de COVID-19 entre los alumnos de primer grado que asisten con barbijo (3,54%) que entre los chicos de sala de 5 que no utilizan tapabocas (3,1%).
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