Importantes referentes de la educación participaron en las jornadas que organizó Ticmas para pensar el futuro (“volver al futuro”) de la escuela. Fueron diálogos y debates que abordaron distintos aspectos que debe trabajarse en el aula y fuera de ella. En uno de los paneles participaron Joan Cwaik y Sebastián Bortnik. Ellos halbaron de ““El futuro llegó hace rato: educar en el metaverso”, moderado por Melina Nogueira Fernández, líder del área de Customer Success en Ticmas.
Sebastián Bortnik es un especialista en tecnología y ciberseguridad con casi veinte años de experiencia. Actualmente es socio gerente de TecnoKids, una escuela de ciencia y tecnología para chicos. Fue gerente de Redes y IT, y desde hace más de una década se dedica a la seguridad de la información, primero con una consultoría y luego en el campo de la investigación. Como docente y divulgador, dio conferencias concientizando sobre la importancia de acompañar a los niños en su manejo con internet y redes sociales. En 2020 publicó Guía para la Crianza en un Mundo Digital por Siglo XXI.
Joan Cwaik es muy joven, pero tiene una carrera intensa como empresario, conferencista y divulgador de tecnologías emergentes. Reconocido por la revista Forbes como uno de los jóvenes sub-30 más influyentes de la Argentina y por LLYC como uno de los 120 Future Leaders. Es autor de 7R: Las siete revoluciones tecnológicas que transformarán nuestra vida y El dilema humano: del homo sapiens al homo tech.
En una charla apasionante, ambos expertos conversaron sobre las promesas e implicaciones educativas del metaverso en las aulas.
—¿Qué es el metaverso y de dónde viene el concepto?
—Joan Cwaik: Conceptualmente hablando, el metaverso viene de la ciencia ficción. Se originó en la novela Snowcrash, de Neal Stephenson, publicada a principios de la década de los 90. El metaverso fue definido como un espacio o un universo paralelo utópico donde la gente podía escapar de una persecución político-económica mediante terminales públicas. En términos más sencillos, el metaverso es una fusión de las dimensiones que hoy en día habitamos entre la vida real y la vida virtual. Porque, de alguna manera, ya habitamos un mundo híbrido, que cada vez ganó más lugar en nuestra vida cotidiana, por eso, siguiendo esa línea, se trata de un espacio donde la tierra y la nube se juntan, donde lo real y lo virtual se superponen para crear algo distinto.
—Sebastián Bortnik: Yo vengo del lado técnico, es por eso que me gustaría recalcar que todos estos términos marketineros tienen un lado positivo y un lado peligroso. Con peligroso me refiero a que nos invitan a la abstracción. Todo el mundo está hablando de metaverso desde que Facebook cambió su nombre a Meta; pero el metaverso no se creó ese día. Lo mismo pasó con la nube. No es que de un día para el otro se crean mundos nuevos, sino que se trata de una evolución progresiva de la tecnología. El gran desafío, especialmente en el mundo educativo, es acercarnos como protagonistas y ver cómo podemos tratar esto no como algo binario, simplificado, sino como una mezcla del mundo analógico y digital, con toda la complejidad que ello implica. Porque en este mundo analógico virtual hay un montón de cosas que se mezclan. Es decir, no es que todo lo que pasa en el mundo digital no es real, y no todo lo que pasa en el mundo analógico es real. Debemos entender que es mucho más complejo que decir “hay dos mundos y el metaverso apareció de un día para el otro”, porque ya hoy en día estamos todos un poco inversos en el metaverso.
—¿Qué oportunidades puede brindar el metaverso a la educación?
—Joan Cwaik: Tengo dos puntos: el sistema educativo tal como lo conocemos fue pensado para la sociedad industrial del siglo XX y contempló de alguna forma todos los desafíos de una sociedad distinta a la actual. Se trata de un modelo que hoy en día, no cumple con las necesidades del siglo XXI. En segundo lugar, la forma en que se suelen o se solían dictar las clases con el “formato magistral” nos enseñó a escuchar, a memorizar y a repetir habilidades que hoy no son tan necesarias porque podemos encontrarlas mediante la masificación de internet y los dispositivos móviles. Entonces, cuando hablamos de los beneficios que podría brindarnos el metaverso, podríamos crear experiencias inmersivas para los alumnos como hoy con la realidad virtual. Por ejemplo, como el autobús mágico, podríamos recrear experiencias imposibles de recrear con otras tecnologías: poder navegar de una forma más inmersiva por el cuerpo humano, por los planetas… De todas formas, no podemos asegurar que el metaverso va a modificar el sistema educativo en general, sí puede volverse un canal muy interesante, pero no hay que glorificarlo. Son herrramientas.
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