Se hablado muchísimo sobre cómo la gestión de las emociones fue crucial durante la pandemia: sobre cómo marcó la diferencia el acompañamiento docentes y padres, y de qué manera la currícula debió supeditarse a la observación de los sentimientos. Sin esta mirada, la labor de los estudiantes habría sido todavía más compleja de lo que sucedió en estos dos años. Pero cómo afectaron los cambios a los maestros: cómo asumieron la imposición de cambiar la práctica docente, cómo se relacionaron con la tecnología, quién los acompañó a ellos.
En un panel realizado en el #CongresoTicmas, que se desarrolló en Ciudad de México, Javier Alarcón, director ejecutivo de Christel House México, habló largamente sobre el tema. Christel House es una organización cuya misión es ayudar a niños y jóvenes en situación de pobreza a convertirse en personas autosuficientes y responsables de su sociedad, a través de un robusto programa educativo de preprimaria a preparatoria, desarrollo del carácter, salud, nutrición, asistencia familiar, orientación vocacional e inclusión laboral.
En el encuentro también participaron Regina García Mier de Fundación Beccar, de manera presencial, y Carolina Tocalli, de la Fundación Puentes de Argentina, por video conferencia. Destacamos en este artículo algunos de los comentarios de Javier Alarcón.
El encuentro completo:
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