Lucía Acurio tiene un currículum formidable. Actualmente es directora ejecutiva de Grupo EDUTEC y presidenta de la organización Propósito Perú, que busca cero niños sin aprender al 2030. Con más de dos décadas dedicada a la innovación educativa en tecnologías digitales, fue directora de Innovación Tecnológica en el Ministerio de Educación de Perú, desde donde diseñó la ambiciosa política “Inglés puertas al mundo” y la Estrategia de Tecnologías Digitales en la Educación.
Acurio acostumbra a hablar acerca de la transformación digital, tema que, si hasta 2019 tenía importancia, después de la pandemia del COVID-19 explotó a niveles siderales. Por eso, su participación en el Congreso Internacional de Innovación Educativa que Ticmas organizó en Ciudad de México fue una de las más esperadas.
En un panel en el que también participaron Andrés Mauricio Castillo, subsecretario de Calidad y Pertinencia de la Secretaría de Educación de Bogotá, y Fernando Valenzuela Migoya, un reconocido especialista que sido señalado como una de las 100 personalidades más influyentes en la industria de EdTech en el Mundo, Acurio habló de cómo plantear una educación que sostenga el modelo híbrido, más allá de la coyuntura sanitaria.
Aquí algunos pasajes de su disertación:
“No sólo se puede, sino que se debe pensar en una escuela que adopte prácticas que vayan de la mano con las tecnologías digitales como aliadas del docente, del estudiante y ahora también de las familias. Con las corrientes, estrategias y modalidades como clase invertida, enfoque STEAM, aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje colaborativo y self learning —que ya estaban en los planes curriculares pero que no se hacían o estaban limitadas a iniciativas experimentales en la educación privada—, ahora tenemos la oportunidad para ponerlas definitivamente en marcha”.
“Los organismos internacionales como el Banco Mundial, el BID y otros ya venían realizando evaluaciones de impacto en cuanto a aprendizajes alcanzados con el uso de plataformas inteligentes. El campo de las tecnologías digitales se puede aplicar, por ejemplo, para lograr y medir la comprensión lectora. Estos modelos se venían usando, pero no de una manera formal y generalizada”.
“Por supuesto, para los sistemas educativos latinoamericanos esto implica, en primer lugar, un plan de inclusión digital que asegure que todos los estudiantes cuenten con dispositivo digital y con acceso a internet. Ese es uno de los dos brazos. El otro es el de la propuesta pedagógica. Aquella en la cual todos —cada uno de los actores inmersos en la tarea del aprendizaje— tengamos definido e interiorizado qué es lo que va a suceder de mejor manera con la presencialidad, qué es lo máximo que podemos conseguir de modo sincrónico en la conexión virtual, y qué es lo que sí puede ocurrir de manera efectiva en la gestión autónoma del estudiante y, en este caso, de modo asincrónico”.
“Nunca imaginamos que íbamos a requerir tanto que los estudiantes adquieran la competencia de aprender a gestionar de manera autónoma sus aprendizajes. En el Perú, el currículo con enfoque por competencias tiene treinta y uno y estaba en el número veintinueve —quizá precisamente por estar al final de la cola de las competencias de tipo disciplinar, porque no se le daba tanta relevancia como ahora sabemos que tiene— la de aprender no sólo a organizar sus tiempos frente a las pantallas sino sobre todo a cuánto de ese tiempo deben enfocarlo a aprender. Cuánto de ese tiempo deberían organizarlo para su parte de socializar, su parte de entretenimiento, y otro tipo de actividades. No es una tarea fácil desarrollar la gestión autónoma en los estudiantes. Hacerlo antes de volver a la presencialidad, aunque fuera de manera sincrónica en los espacios virtuales, no fue una tarea fácil”.
“Es el momento de lograr que el estudiante se sepa responsable de su aprendizaje. Cómo vamos a trabajar eso es realmente una tarea que tenemos que ver, estudiar, analizar, y que no debe depender más de lo que el docente pueda transferirle en un aula, ya sea esta presencial o sea virtual. Que no tenga que haber una dependencia. Hay que romper ya ese modelo”.
“De la mano de la gestión autónoma va un tema muy importante, que es el de la construcción de ciudadanía digital. Una educación mediática que no es más que aprender a vivir con las tecnologías, de ser conscientes de los riesgos, sí, por supuesto, pero como decía el CEO de International Society for Technology in Education, no se puede enseñar a no hacer cosas, tenemos que enseñarles a hacer cosas. En este caso, tenemos que enseñarles a enfrentar esos desafíos, pero sobre todo a aprovechar las oportunidades que nos trae ser parte de esta era. Solamente así podremos estar tranquilos de que cuando nuestros estudiantes están aprendiendo solos lo están haciendo de manera segura, de manera crítica, pero, sobre todo, de manera proactiva”.
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