Dos años más tarde, aún se puede parafrasear el cuento de Augusto Monterroso: cuando despertó, el virus todavía estaba allí. La educación es una de las áreas más golpeadas por el coronavirus, con la cuarentena obligatoria que alejó a los estudiantes de las aulas. Pero también es una de las que más ha avanzado y que ha propuesto ideas más innovadoras.
Justamente esa palabra clave está en el nombre del coloquio que Ticmas organizó en Ciudad de México: Congreso Internacional de Innovación Educativa. Fueron tres días en los que los principales referentes educativos se plantearon ideas, debates y acciones en torno a cómo traer la enseñanza y el aprendizaje a la era de la nueva normalidad.
Uno de los participantes del #CongresoTicmas fue Andrés Mauricio Castillo, subsecretario de Calidad y Pertinencia de la Secretaría de Educación de Bogotá, Colombia. Con más de 20 años en el sector educativo como directivo y consultor estratégico en los sectores público y privado, tiene una amplia experiencia en la coordinación y puesta en marcha de proyectos relacionados con la evaluación de resultados y con evaluaciones de impacto de programas o proyectos sociales.
En un panel en el que también participaron Lucía Acurio, directora ejecutiva de Grupo EDUTEC y presidenta de la organización Propósito Perú, y Fernando Valenzuela Migoya, un reconocido especialista que sido señalado como una de las 100 personalidades más influyentes en la industria de EdTech en el Mundo, Castillo habló de cómo acompañar a docentes y estudiantes en el regreso al aula y la incorporación de una educación que sostenga el modelo híbrido, más allá de la coyuntura sanitaria.
Aquí algunos pasajes de su disertación:
“Cuando llega la pandemia a Bogotá, pensamos en cuarentenas de catorce días. Nos imaginamos que íbamos a hacer un trabajo para unos días y después seguramente íbamos a retornar, como en un efecto acordeón. Desafortunadamente todos sabemos que eso no pasó, y tomamos la decisión de una modalidad remota que es un poco distinta a la educación híbrida. Aprende en casa fue la estrategia que nos permitió garantizar la mediación pedagógica entre los maestros y los estudiantes, con un rol fundamental de las familias. Fue todo un aprendizaje largo, llevando a la comunidad educativa contenidos, posibilidades, herramientas, estrategias para avanzar”.
“Hoy, después de un año largo de experiencia, es fundamental pensarse en una educación híbrida. Utilizando muchos recursos: la tecnología es uno de ellos, pero la televisión y la radio juegan también un papel importante. Nosotros volvimos a pensar en un canal educativo, en el cual maestros y maestras, estudiantes y familias se pudieran apoyar”.
“Los módulos híbridos deben funcionar de una manera rigurosa, con contenidos claros, con planes de estudio claros, con procesos de evaluación claros, que combinen la presencialidad con todo lo que demanda el trabajo virtual sincrónico o asincrónico”.
“Bogotá se encontró con una barrera muy grande, como seguramente les pasó a muchos de los países latinoamericanos, y es la barrera de la tecnología y la infraestructura tecnológica. En Bogotá hay 800.000 estudiantes de los colegios públicos, 400 colegios públicos, 750 sedes. Debemos garantizar los recursos y nos encontramos efectivamente con esa dificultad. Trabajamos en mejorar la conectividad, pero también trabajamos con maestros y maestras para que pierdan los temores a lo que debieron enfrentarse”.
“Bogotá está pensando seriamente en modelos virtuales que le permitan a la comunidad educativa seguir su proceso pedagógico combinando la presencialidad —creemos que es fundamental el retorno a las aulas— con un componente adicional, que es el uso de la tecnología. No podemos perder lo ganado en pandemia. Los maestros pudieron ajustar sus procesos, ajustar sus didácticas, sus contenidos curriculares. Tenemos que poner al servicio del sistema educativo los procesos que puedan balancear la presencialidad con la virtualidad”.
“Mucho del trabajo de maestras y maestros estuvo relacionado con la innovación: cómo utilizar la tecnología al servicio del proceso de enseñanza-aprendizaje. Hubo una serie de procesos innovadores siempre pensando en cómo no perder la formación integral. Al principio pensamos en los aprendizajes básicos —porque para nosotros era prioritario—, pero luego, sumado a eso, también las competencias del siglo XXI. Los maestros comenzaron a utilizar muchas herramientas como canales de YouTube y podcasts. Creemos que los ambientes de aprendizajes novedosos, seguramente les va a ahorrar mucho tiempo al docente y el estudiante va a recibir una clase distinta y va a tener una comunicación distinta”.
“Hoy tenemos más de 105.000 niños con dispositivos y conectividad. Todavía nos quedan brechas por cerrar, pero hemos venido trabajando en el cierre”.
LEER MÁS
Una escuela sin exámenes ni clases: cómo es el modelo con el que aprenden más de 50.000 estudiantes