Monterrey, México. Los dos años de pandemia abren el interrogante: ¿cómo será -o al menos cómo debería ser- la universidad cuando se retome la normalidad? Es el gran disparador de debate que propone la octava edición del Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE) que organiza el Tecnológico de Monterrey, una de las universidades más prestigiosas de México.
Tras la edición de 2020, que transcurrió por completo en forma virtual, el Tec reabrió sus puertas con distanciamiento y tapabocas para un aforo reducido. Expertos, autoridades universitarias y académicos de la región y Estados Unidos se reunirán hasta el jueves para discutir la educación superior de la pospandemia.
La conclusión que surgió en el primer día de congreso dice algo así: “Debemos volver a una universidad superadora, que no sea como lo era antes del Covid, pero que tampoco sea lo que ocurrió durante la pandemia”. Eso implica una universidad que retome la presencialidad, la vida universitaria, pero que también se alimente de las experiencias -muchas improvisadas pero positivas- que surgieron durante el aislamiento.
David Garza, rector y presidente ejecutivo del Tec, aseguró que la educación, más específicamente la universitaria, no estará ajena a los cambios que irrumpieron: “El modelo de la universidad pasará al de la multidiversidad. Muchos decían que en la pospandemia sería solo educación en línea, pero los estudiantes nos piden regresar a la presencialidad, necesitan de la interacción social. No todas las universidades irán al mismo ritmo, pero el cambio es inevitable”, señaló.
¿De qué se trata la multidiversidad? El experto dio algunas claves:
Multimodal: no será virtualidad o presencialidad. Las distintas modalidades convivirán en un mismo entorno: habrá formatos remotos, presenciales, híbridos, clases sincrónicas y asincrónicas. El estudiante podrá elegir en ese amplio abanico de opciones.
Multiexperiencial: los cursos alternativos, que ya se encuentran en auge en especial en tecnología, se potenciarán. Organizaciones no universitarias emitirán más títulos que acompañarán a los oficiales y acreditarán competencias y habilidades.
Multidimensional: el impacto profundo que dejó el encierro en la salud mental también replantea el objetivo formativo de las universidades. Ya la formación, aseguró Garza, no se limitará a lo profesional, a que se desempeñen con éxito en el campo laboral, sino también a la persona de un modo integral.
Multietapas: los trayectos universitarios tradicionales, de entre 4 y 6 años, también se verán jaqueados. El estudiante podrá “entrar y salir” en distintos momento, incluso una vez graduado, en lo que se llama aprendizaje a lo largo de toda la vida. El otro concepto que surge es el de “re skilling”, la adquisición de nuevas habilidades necesarias.
La idea de universidad “multi” o directamente “multidiversidad” viene de la mano con la tecnología. En los próximos años y décadas, se profundizará la incorporación de dispositivos y herramientas a la dinámica universitaria.
Las tecnologías inmersivas, como la realidad virtual o aumentada, ganarán terreno una vez que se naturalicen, que dejen de resultar una experiencia extraña. La inteligencia artificial servirá, por ejemplo, para realizar traducciones simultáneas o desarrollar simulaciones hiperrealistas. Allí entra también a jugar el “metaverso”, una de las tendencias tecno de los últimos meses, que habilitará una experiencia de campus inmersiva e interactiva para estudiantes que se encuentren en sus hogares, en distintas partes del país o del mundo.
La denominada web 3, que implica una descentralización mayor de internet y el surgimiento de la “economía de los creadores”, se sumará de la mano de una posible tokenización de la educación. El fenómeno significaría estudiantes y profesores en contacto directo, con expertos creadores de contenido, cuyo trabajo sea recompensada con el pago de criptomonedas.
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