A pocos días del cierre de las negociaciones y la firma del acuerdo en la Conferencia sobre el Cambio Climático en Glasgow (COP 26) se vive un ambiente de sinsabor por parte de los activistas ambientales de los diferentes países. No es para menos, debido a la introducción de una enmienda de último momento por parte de China, en la que se cambió “la eliminación de la energía de carbono no estabilizado” por “la reducción progresiva del uso del carbón”.
A ese giro discursivo se lo contrarrestó en cierta medida con los plazos estrictos que se dispusieron para que los gobiernos lleven a cabo la actualización de sus planes de reducción de emisiones. Además, en lo referente a la financiación de los países desarrollados para apoyar a los países en vías de desarrollo, el acuerdo subrayó la necesidad de movilizar la financiación climática de todas las fuentes, para alcanzar lo convenido en el acuerdo de París. Por ahora queda esperar, será el año que viene en la COP 27, que tendrá lugar en Egipto, cuando los 197 países adheridos al pacto, den cuenta de sus avances en materia climática.
Desde nuestro país, la presencia de jóvenes activistas, referentes y participantes en Glasgow fue el reflejo de una juventud que reclama acción climática ahora. Este es el caso de María Virginia Solis Wahnish, una emprendedora social argentina, que formó parte de la COP26, como observadora desde el Programa de Observadores Cristianos del Clima y la delegación de Ecojesuit. Desde este lugar, Virginia remarca que, “como líderes, es muy importante estar dispuestos a tender puentes, dejar de lado lo que cada uno cree que es lo mejor y generar espacios de diálogo, que permitan escuchar al otro en sus necesidades”.
En cuanto a su participación como observadora y evaluadora en la Conferencia de las Partes en Glasgow, la líder asegura que “es fundamental participar en estos espacios de diálogo en donde hay personas de diferentes países y áreas de trabajo, el mundo académico, político, económico y sin fines de lucro, en un solo lugar”. A la vez que extiende el llamado a poner el planeta en el centro y a entender que este tema no se puede postergar para el futuro, que si realmente queremos cumplir con los objetivos planteados en el Acuerdo de París hay que actuar ahora.
La emprendedora social, que participa de diferentes espacios como “The Economy of Francesco” o “Laudato si Action Platform”, fue seleccionada para participar de la Escuela de Formación Política Fratelli Tutti, el acontecimiento pedagógico global que busca forjar una comunidad de jóvenes unidos en su vocación de transformar el mundo. “Desde hace tiempo había sentido el llamado de poner la profesión al servicio para crear cambios y transiciones que pongan a la persona y el planeta en el centro” menciona Virginia y añade “soy emprendedora y trabajo con el sector empresarial hace tiempo y venía sintiendo la necesidad de tender puentes entre los diferentes sectores, usando la economía como vehículo, para realmente generar un impacto”.
Efectivamente, Solis habla desde su experiencia en el sector empresario, pues es la fundadora y CEO de Matera, un emprendimiento que busca colaborar directamente con los productores de pequeña y mediana escala de yerba mate en el país, creando nuevas oportunidades de mercado. Tras conversar con diferentes productores de yerba mate sobre su imposibilidad de llegar al consumidor final, tuvo la idea de comercializar la yerba a consumidores finales en Estados Unidos, más específicamente en California, generando un impacto positivo en la economía de quienes producen.
Desde los diferentes espacios de participación, Virginia manifiesta que “la educación en cuanto al cambio climático es muy importante. Debe haber un cambio en la narrativa respecto de la forma de concebir el planeta”. En este sentido hace referencia a la necesidad de ver las diferentes instituciones educativas, como un espacio de formación con la consciencia de que la problemática del cambio climático requiere acción urgente. Además, alega que es menester de los líderes políticos, poder traducir en políticas públicas estas necesidades inminentes.
“Para generar un cambio debemos llevar a cabo proyectos concretos prácticos”, dice Virginia en referencia a la necesidad de generar desde los espacios educativos este tipo de proyectos, con una visión de cambio que busque educar desde el sentido de pertenencia por nuestro país, cambiando el chip de querer buscar oportunidades en otros estados y revalorizando el hecho de vivir en Argentina, pensando como todos desde su lugar, ponen en marcha acciones para cambiar la realidad climática actual.
No solo eso, también remarca la reeducación del consumidor como un factor de suma importancia en la acción climática. Pues, desde la concepción de la ecología integral, se hace necesario tener en consideración el proceso, tiempo de elaboración y costo de todos los productos que consumimos, llevarlo a la conciencia y poder vivir las diferentes realidades con mayor respeto por los ecosistemas.
LEER MÁS