Transcurre la segunda semana de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de este año (COP 26) y, en paralelo con los paneles y conferencias en los que participan los líderes políticos de diferentes países y los activistas ambientales, las calles de Glasgow se convirtieron en el escenario de movilizaciones multitudinarias, en las que se vio una fuerte participación de niños, niñas y adolescentes abogando por la acción climática.
En la Conferencia la participación de niños y niñas es escasa o nula. Apenas si se pueden ver algunos activistas reconocidos como la sueca Greta Thunberg o el colombiano Francisco Vera. La realidad es que los niños, niñas y adolescentes son los más afectados con las consecuencias derivadas del cambio climático y la crisis ambiental que hoy en día atravesamos y que no devela una solución en el futuro cercano.
Alon Kelmeszes, es referente de Chicos.net, una organización sin fines de lucro que promueve el uso seguro, responsable y significativo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, buscando el pleno ejercicio de derechos de los niños, niñas y adolescentes en el ciberespacio. En ese marco, Alon coordina con su compañera Marisol Andrés, el proyecto conjunto con Save The Children “Activismo por tus derechos”, que cuenta también con el apoyo de Ticmas, capacitando a adolescentes de Latinoamérica en activismo digital, brindándoles herramientas para la construcción de campañas de bien público. Este proyecto fue ideado por Marcela Czarny, directora de Chicos.net.
En cuanto a la Conferencia de este año, Alon asegura que “lo más importante es entender cómo los niños, niñas y adolescentes pueden participar, cuáles son los límites y potencialidades que encuentran y cómo el activismo digital les permite ejercer sus derechos en este tipo de espacios”.
En este marco, surgió la campaña #UnoPuntoCincoGrados, creada por adolescentes, con el objetivo de generar conciencia sobre la crisis ambiental actual. Se trata de una canción de trap, que dura 1,5 minutos en donde a partir de códigos visuales del mundo 16 bits, filtros y fondos de pantalla, se busca demostrar que la crisis climática no es un juego. La iniciativa se dio en un taller de activismo digital en el que participaron alrededor de 70 adolescentes en Latinoamérica.
El referente, que actualmente participa de forma activa del encuentro en Glasgow, promoviendo el activismo digital como un espacio de participación y exposición de necesidades y demandas, refiere que “la potencialidad de expresarse a través de las tecnologías, está en la oportunidad de defender los derechos a título público a nivel global” mientras que asocia de forma directa el fenómeno de participación multitudinaria en las movilizaciones en Escocia, con la utilización de las redes sociales, como mecanismo de difusión por parte de los jóvenes, quienes si bien están más cerca de las mesas de decisión en la COP 26, no se sienten realmente escuchados.
“En las calles, las movilizaciones están llenas de niños y niñas. Ellos entienden lo que está sucediendo a nivel climático, pero no tienen espacios de participación efectiva”, dice Alon, asegurando que es necesario que se dé la participación real de los niños, niñas y adolescentes para que puedan expresar sus demandas y necesidades en lugares como la Conferencia de las partes, no solo para que sean escuchadas, sino para que puedan ser traducidas en políticas públicas.
En este sentido, la educación en habilidades digitales puede ser una herramienta fundamental para generar una respuesta activa frente al cambio climático, exponer las realidades medioambientales de los diferentes territorios y expresar las demandas y necesidades de los actores que tienen menos participación en los debates. Además, contribuye de forma directa con la reducción de la brecha de uso de la tecnología, promoviendo la alfabetización digital de más niños, niñas y adolescentes generándoles espacios reales de participación.
La educación en materia medioambiental sin lugar a dudas tendrá un papel preponderante en la generación de líderes y activistas, que reconozcan la realidad medioambiental y se interesen en la materia, contribuyendo desde sus espacios de participación en la difusión de la problemática derivada de la crisis climática. La materialización de la ley nacional 27.621 de Educación Ambiental Integral, de forma transversal a las currículas, sería una forma de acción gubernamental, a través de la implementación de políticas públicas educativas como respuesta a la problemática ambiental actual.
Alon manifiesta a manera de cierre que “la crisis climática y ecológica es un asunto de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, ya que ellos son los más afectados con las consecuencias. Sobre todo en regiones como Latinoamérica”. A este respecto, es indispensable que se tome acción en las diferentes jurisdicciones del país, fomentando el abordaje pedagógico de la temática, a través de la puesta en marcha de la legislación existente y promoviendo la adquisición de competencias digitales de la mayor cantidad de niños, niñas y adolescentes en el país, para que puedan expresar su reclamo, nuclearse y empezar a tener peso frente a los tomadores de decisiones.