En febrero, tras casi un año completo de escuelas cerradas por la pandemia, 50.747 alumnos que cursan en secundarias públicas de la Ciudad de Buenos Aires iniciaron el ciclo lectivo con materias previas de 2020. Ese número representa el 54,4% de la matrícula del nivel e implica casi tres veces más de lo registrado el último año de escolaridad normal, en 2019.
Que más de la mitad de los chicos hayan pasado de año con materias previas se explica por dos razones. Por un lado, por la extensa suspensión de las clases presenciales y la dificultad para dar los contenidos a distancia. Por otro lado, por lo atípico del año escolar. Por la disparidad entre quienes se pudieron conectar y quienes no, se consensuó que todos los alumnos del país promocionaran de curso aun con más de dos materias sin aprobar.
De acuerdo a los datos del Ministerio de Educación porteño, el plan de recuperación de aprendizajes que se activó en 2021 impactó directamente en la cantidad de alumnos con previas. En octubre, al cierre del tercer bimestre, se redujo en un 75% el número de chicos que adeudan materias. Ahora son 12.296 los estudiantes que deben acreditar asignaturas de 2020.
Según las cifras oficiales, así fue bajando el número de alumnos con materias previas:
-Marzo: 50.747
-Mayo: 36.030
-Julio: 33.868
-Octubre: 12.596
Si bien aún ven con preocupación los aprendizajes pendientes, en el gobierno porteño asocian esa mejora a las distintas acciones que impulsaron durante el año. A las clases organizadas los sábados en lo que llamaron Centros de Acompañamiento a las Trayectorias Escolares (CATE), destinados en primera instancia para los 9 mil alumnos con mayor riesgo de abandono, aquellos que se llevaron entre 8 y 11 materias.
Florencia Mazzolla es la directora de la Escuela de Educación Media N°4 “Homero Manzi” de Nueva Pompeya. Trabaja con chicos procedentes de familias de bajos recursos, de Soldati, Zabaleta, Pompeya y Lanús, a los que se les entregó tarjetas con datos para que al menos pudieran acceder a las consignas y enviar los trabajos prácticos desde el celular. Florencia asumió la suplencia en la dirección en marzo y se encontró con un 93% de materias en proceso, es decir, sin aprobar.
“Comenzamos a trabajar con proyectos integrados. Para que los estudiantes pudieran acreditar la materia se utilizaba una grilla horaria para consultas pedagógicas y de esta manera no se descuidaba los contenidos 2021. Al principio fue difícil, pero los estudiantes fueron respondiendo muy bien”, contó la directora a Infobae.
Ya en agosto comenzaron con los CATE, a abrir la escuela los sábados. En un principio creían que la convocatoria sería baja, pero todavía los sorprende ver que cada sábado, desde las 13 hasta las 17, reciben entre 100 y 110 alumnos, que buscan recuperar contenidos que no pudieron incorporar en 2020. A la fecha, bajaron ese 93% de materias pendientes a un 25%.
En la cartera educativa también le dan valor a las escuelas de verano e invierno en las que participaron 40 mil chicos, a la ampliación de la oferta de mesas para rendir exámenes y al segundo boletín, que propone un seguimiento personalizado de los alumnos, con metas planteadas de antemano en cada asignatura.
Patricia Cozza Baztarrica, supervisora escolar del distrito 19, contó que en la región que tiene a cargo -compuesta por colegios de Parque Patricios, Barracas, Pompeya, La Boca y San Telmo- el 75% de los chicos adeudaba alguna materia de 2020. “Era un valor muy superior a la cantidad histórica de estudiantes con materias previas”, agregó.
La supervisora explicó que en el distrito se pusieron en marcha distintas acciones. En primer lugar, en el aula se trabajó sobre la base de contenidos priorizados, “en forma espiralada”, de modo tal de recuperar y profundizar los saberes. En segunda instancia, destacó la apertura de clases los sábados, con docentes de las mismas instituciones y la figura del “tutor puente”, a cargo de hacer el seguimiento de las trayectorias escolares. A su vez, consideró que abrir las escuelas durante el receso invernal ayudó a fortalecer aprendizajes y acreditar espacios curriculares pendientes.
“Las propuestas fueron muy bien recibidas por los estudiantes y sus familias y, según los relevamientos realizados, se redujeron los niveles de estudiantes con espacios pendientes de acreditación a alrededor del 20% en promedio. Pero también se debe considerar que aún faltan mesas donde podrán acreditar más contenidos. Entendemos que ese valor se verá reducido considerablemente”, indicó.
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