El próximo viernes dejará de ser obligatorio el uso de barbijo al aire libre en buena parte del país. Si bien algunos distritos -entre ellos la Ciudad de Buenos Aires- se desmarcaron de la flexibilización que dispuso el gobierno nacional, en medio de la discusión se coló el uso de tapabocas en el ámbito escolar. En los últimos días se multiplicaron los reclamos para que los chicos, sobre todo los de jardín y primaria, puedan dejar de usarlo mientras están en la escuela. Sin embargo, por ahora, las autoridades no piensan en cambiar el protocolo.
Mientras los contagios por Covid-19 bajan desde principios de junio y las muertes acompañan ese descenso, casi todas las actividades sociales y económicas se encuentran liberadas. En la escuela también se avanzó hacia la presencialidad plena, pero los padres piden que tras 7 meses de clases dejen de obligar a los niños a usar barbijo. Al mismo tiempo, en bares y restaurantes los adultos pueden prescindir del tapabocas.
En las últimas horas, Padres Organizados publicó una carta que suma adhesiones. “Con la misma inquietud que hace un año, cuando hicimos la primera carta, nos guía el sentido común y la intención de cuidar a nuestros hijos, esta vez de un nuevo sinsentido: el uso del tapaboca para los menores en las escuelas. Nos preocupa que las autoridades responsables de los ministerios de educación y salud consideren inocuo el sostenimiento de protocolos que obstaculizan los procesos de socialización e interacción propios de la situación de enseñanza-aprendizaje en el aula”, plantearon.
El colectivo de padres achacó que no comprenden los motivos por los que se les sigue exigiendo a los niños usar el barbijo durante 4 horas -u 8 en caso de tratarse de jornada completa- con los indicadores epidemiológicos actuales, con una campaña de vacunación avanzada y con niños que no son especialmente vulnerables al virus.
“Mientras los adultos hemos recuperado espacios de socialización prácticamente sin restricciones, nuestros hijos continúan sujetos a los protocolos más estrictos para poder acceder a la escuela. Pasan largas horas con barbijos y son testeados ante la aparición de un único síntoma”, agregaron.
Según supo Infobae, ni a nivel nacional ni a nivel jurisdiccional se analizan cambios en los protocolos escolares. Los tres “pilares” se mantendrán posiblemente hasta que termine el año: barbijo en todo momento, ventilación cruzada e higiene de manos. El cuarto pilar, que era el distanciamiento, se revisó hace poco más de un mes.
En la Ciudad de Buenos Aires, que durante la pandemia tendió a tomar la delantera en aperturas educativas, el tapabocas no será más obligatorio al aire libre cuando se alcance en los próximos días la cobertura del 70% de la población con dos dosis. Esa flexibilización no incluye a las clases.
Desde el último ajuste del protocolo, que instó a dejar de aislar burbujas ante casos sospechosos en las escuelas porteñas, no se registraron mayores contagios. De hecho, en los 5.300 los testeos aleatorios que se hicieron en las secundarias a estudiantes, docentes y no docentes todos dieron negativo, según los registros oficiales.
La experiencia internacional es variada al respecto. En algunos países de Europa como España, Dinamarca, Suecia o Inglaterra, el barbijo dejó de ser obligatorio en la escuela para los niños de jardín y primaria, y las clases presenciales siguieron sin mayores inconvenientes. La premisa, en esos casos, fue que el tapabocas podía afectar el normal desarrollo de los chicos.
“Pedimos a las autoridades que expliquen cómo se justifican estas decisiones, cuál es el indicador que tienen pensado evaluar para levantar esta medida de cuidado que según entendemos no es costo-efectiva en este momento. Algunos niños pasan ocho horas con el tapabocas puesto, mientras que otros padecen enfermedades en la piel, o se quedan sin conocer las caras de sus maestras ni la gestualidad de sus compañeros en momentos críticos de su desarrollo, hasta practican actividades deportivas con el tapabocas puesto”, cuestionan los padres en la carta.
En la provincia de Buenos Aires todavía están pidiendo que se actualice el protocolo para que no se pinchen más burbujas. Hace una semana la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada (AIEPBA), elevó un escrito formal a la directora general de Cultura y Educación bonaerense, Agustina Vila, pidiendo que solo se aíslen los cursos tras confirmarse un caso de Covid-19 y no ante la sospecha.
“La preocupación hoy es que se modifique el protocolo para no tener que perder tanta cantidad de horas y días con los casos sospechosos. Cuando aparece un síntoma, todos los cursos quedan afectados y más considerando que muchos docentes tienen dos o tres cargos, por lo cual complica a distintas escuelas. Si estamos hablando de recuperar contenidos, no podemos seguir interrumpiendo permanentemente las clases”, señaló Martín Zurita, secretario general de AIEPBA.
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