“¡Yo también! ¡Yo también!” Las que gritan y se ríen y se desafían en broma son Fani, Zaira, Aylén y Natalia. Las cuatro van al 6°C turno tarde de la escuela EP N°1 Bartolomé Mitre de Lomas de Zamora. Están sentadas en una mesa cuadrada; en realidad son tres pupitres pegados. Por encima del barbijo se les ven los ojos enormes y asombrados: delante de ellas hay un robot.
Es un robot pequeño. Es de aluminio, mide unos 40 centímetros de alto y tiene brazos metálicos, orugas para el movimiento, sensores de visión y un panel programable de luces y colores. Las chicas —al igual que como en otras mesas hacen Candela, Morena, Santino, Lisa, Lucas, Victoria— se prestan la tablet con la que, vía bluetooth, le dan instrucciones. El robot se mueve y ellas ahogan un grito de sorpresa y al instante explotan en una carcajada a coro.
“Chicas, distanciamiento social”, dice la señorita Juliana. La maestra les recuerda que todavía estamos en pandemia y que hay que mantener los cuidados. Ella también —se nota—está entusiasmada. “Esto es todo nuevo”, dice y destaca que nunca vio a los chicos con tantas ganas, tan apasionados. Es la primera vez que los estudiantes estudian —y juegan— de esta manera, pero está claro que la expectativa y la alegría va a repetirse cada vez que aparezca el robot.
Una iniciativa de altísimo impacto
El ingreso de la robótica en el aula forma parte del plan Conectar Igualdad Lomas y de la plataforma de Transformación Educativa Digital (TED), delineada por el Ministerio de Cultura y Educación de la Municipalidad de Lomas. El conjunto de acciones hace especial foco en el segundo ciclo de la EGB: se han entregado 300 kits de robótica a las escuelas, más de 10.000 tablets a los estudiantes de un total de 30.000 que se otorgarán antes de fin de año, a la vez que se han realizado tareas para asegurar la conectividad de todas las instituciones del municipio que gobierna Martín Insaurralde.
La iniciativa, de altísimo impacto, fue liderada por el secretario de Educación Martín Salvetti —quien en 2019 estuvo nominado al Global Teacher Prize de la Fundación Varkey—. En el diseño de la robótica, la Municipalidad de Lomas de Zamora contó con el trabajo y la experiencia de la solución educativa Ticmas, que, además de la programación de los robots, implementó un programa masivo de capacitación para docentes y elaboró más de veinte unidades didácticas para abordar con los estudiantes: desde pensamiento computacional hasta programación en bloques, pasando por qué es un algoritmo y qué es el pseudocódigo.
“El Estado debe dar herramientas innovadoras”, dice Salvetti mientras mira con satisfacción cómo los alumnos hacen que los robots se muevan como si bailaran. “Con la presencia de los robots no esperamos que todos salgan programadores, sino que se les despierten las vocaciones que no conocían: la educación es una herramienta para la transformación”.
Una apuesta por la inclusión
“Con los robots vamos a poder trabajar algunas consideraciones de las ciencias naturales, como la noción de fuerza”, dice la señorita Juliana. “Me gusta que vamos a poder estudiar jugando, me encantaría llevármelo a casa”, dice una de las chicas ocupada en que el robot muestre un corazón y una sonrisa.
Claudia Correa, directora de la escuela, pasea por las mesas y habla con los chicos. “Este es un programa totalmente inclusivo”, dice en relación a que se acorta la brecha tecnológica, pero también destaca que la robótica y la programación son una gran manera de reunir la lógica y la creatividad: “Cuando se combinan aparecen los inventos”.
La clase sigue por varios minutos hasta que los chicos salen a formar para volver a casa. Seguramente hoy se quedarían más tiempo en el aula. En el patio, un busto de Sarmiento que, según la placa, es de 1922 —tiene casi cien años—, se convierte en el testigo silencioso del movimiento de los estudiantes. Una nueva forma de educación está en marcha.
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