Millones de alumnos recuperaron la presencialidad plena en las escuelas tras un año y medio de, en primer lugar, suspensión total de clases y luego de asistencia alternada. Tras el acuerdo nacional, desde hoy a la mañana varias provincias redujeron el distanciamiento en las aulas para permitir que todos los chicos concurran al aula en su horario normal.
El jueves pasado, el Consejo Federal de Educación aprobó la actualización del protocolo nacional. Los ministros redujeron el distanciamiento en el aula de 1,5 metros a 90 centímetros e incluso habilitaron la posibilidad de acortar aún más la separación entre estudiantes, siempre y cuando se cumplieran otras pautas de cuidado.
Esa fue la decisión que tomó el gobierno de la provincia de Buenos Aires, que dispuso el regreso a la presencialidad plena en sus 135 municipios, ”robusteciendo otras medidas de mitigación” como: el uso correcto de barbijo, la ventilación adecuada, un aforo máximo de una persona por metro cuadrado, distancia social mínima de dos metros entre grupos de distintos cursos en los espacios comunes de la escuela, la vigilancia de casos asintomáticos de docentes y auxiliares, entre otras.
A partir de esas disposiciones, casi 4 millones y medio de alumnos bonaerenses comenzaron a recuperar la normalidad pre-pandemia desde hoy. Durante casi todo 2020, los chicos tuvieron -en el mejor de los casos- clases virtuales. Recién a fines de año se habilitó un regreso parcial en los distritos menos afectados por la pandemia. En 2021 la irregularidad signó al ciclo lectivo: los estudiantes asistieron en forma alternada -una semana el grupo A y la otra el grupo B- e incluso las clases presenciales se volvieron a suspender totalmente durante el pico de la segunda ola.
La Dirección General de Cultura y Educación bonaerense hizo circular entre las escuelas una serie de criterios para reorganizar la presencialidad plena desde hoy. En la comunicación plantean que la unidad a considerar ahora es el curso completo, pero insisten en que se procure la mayor distancia posible entre los estudiantes. Con los docentes la distancia mínima sigue siendo de dos metros. También se invita a que los equipos directivos utilicen otros espacios para dar clases como patios, salas de usos múltiples, salas de música o comedores.
La organización en el aula será la tradicional: con los estudiantes ubicados en filas, preferentemente con 90 centímetros de distancia entre ellas, mirando hacia el pizarrón. Los ingresos y salidas de los cursos seguirán siendo escalonados, del mismo modo que los recreos, para no generar aglomeraciones ni interacciones entre las distintas burbujas.
Además de la provincia de Buenos Aires, Mendoza y CABA ya venían trabajando en el regreso paulatino de la presencialidad total a partir del cierre de las vacaciones de invierno. En Mendoza la primaria y la educación especial mantienen clases presenciales desde el 23 de agosto, considerando a cada grado como agrupamiento único, mientras el secundario prevé su regreso total en septiembre, sin fecha concreta aún. En la Ciudad, en tanto, ya todos los niveles de educación obligatoria trabajan con asistencia diaria.
Según informó Télam, en Córdoba la implementación progresiva de la presencialidad plena de las clases comenzó el 9 de agosto sólo en los establecimientos que por matrícula o espacio físico pueden garantizar la aplicación del protocolo. A partir del acuerdo federal, fuentes de la cartera cordobesa señalaron que evalúan los criterios a seguir para extender a más escuelas la nueva normativa, pero aún no aplicaron la modificación.
En Santa Fe y Entre Ríos desde el lunes pasado dejaron de trabajar con burbujas y la unidad pasó a ser el curso completo. En otras provincias como La Rioja, Santiago del Estero y Tierra del Fuego se incrementarán los niveles de presencialidad a partir de la semana próxima. En cambio, en otras jurisdicciones como Catamarca, San Luis y Jujuy anticiparon que continuarán con la bimodalidad escolar. Es decir, que no habrá asistencia diaria.
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