A partir del acuerdo a nivel nacional, el gobierno bonaerense actualizó el protocolo provincial y dispuso el regreso de la presencialidad plena en todos los municipios a partir del miércoles. De ese modo, los chicos volverán a las aulas de lunes a viernes en el horario de clases normal.
La actualización del plan jurisdiccional se enmarca dentro del ajuste que la semana pasada hizo el Consejo Federal de Educación. Reduce el distanciamiento de 1,5 metros a 90 centímetros y menciona la posibilidad de situaciones excepcionales, en las que incluso se puede incorporar más chicos al aula “robusteciendo otras medidas de mitigación”.
“En la actualidad, la situación epidemiológica de todos los distritos bonaerenses permiten avanzar hacia estas modalidades”, confirmaron fuente de la Dirección General de Cultura y Educación (DGCyE). Para propiciar el regreso de la presencialidad plena se mencionan distintas pautas:
-El uso correcto de barbijo.
-La ventilación adecuada, que “se verá facilitada por las condiciones climáticas más favorables propias de los meses venideros, que permitirán incrementar en mayor medida la apertura de puertas y ventanas”, advierten.
-La máxima distancia social posible dentro el aula con un aforo máximo de una persona por metro cuadrado.
-La distancia social mínima de dos metros entre grupos de distintos cursos en los espacios comunes de la escuela.
-La higiene personal, la limpieza y desinfección de los espacios.
-La vigilancia activa para la detección de casos asintomáticos para docentes y auxiliares.
-El aislamiento preventivo de casos sospechosos y sus contactos estrechos.
A partir de esas medidas, los alumnos bonaerenses recuperarán su rutina tras más de un año y medio. Durante casi todo 2020, los chicos tuvieron -en el mejor de los casos- clases virtuales. Recién a fines de año se habilitó un regreso parcial en los distritos menos afectados por la pandemia. En 2021 la irregularidad signó al ciclo lectivo: los estudiantes asistieron en forma alternada -una semana el grupo A y la otra el grupo B- e incluso las clases presenciales se volvieron a suspender totalmente durante el pico de la segunda ola.
“El objetivo de esta etapa es garantizar la presencialidad cuidada plena de la sección completa en su jornada habitual. Se entiende por jornada habitual, la asistencia a clases durante todos los días en el horario en que el o la estudiante debe asistir ‘normalmente’ a la escuela”, explicaron desde la cartera educativa.
La DGCyE hizo circular entre las escuelas una serie de criterios para reorganizar la presencialidad plena desde el miércoles. En la comunicación plantean que la unidad a considerar ahora es el curso completo, pero insisten en que se procure la mayor distancia posible entre los estudiantes. Con los docentes la distancia mínima sigue siendo de dos metros. También se invita a que los equipos directivos utilicen otros espacios para dar clases como patios, salas de usos múltiples, salas de música o comedores.
La organización en el aula será la tradicional: con los estudiantes ubicados en filas, preferentemente con 90 centímetros de distancia entre ellas, mirando hacia el pizarrón. Los ingresos y salidas de los cursos seguirán siendo escalonados, del mismo modo que los recreos, para no generar aglomeraciones ni interacciones entre las distintas burbujas.
No obstante, el mismo comunicado abre un asterisco de cara al futuro. “La experiencia acumulada en casi un año y medio desde el inicio de la pandemia nos indica que la situación epidemiológica puede ofrecer giros imprescindibles y, por tanto, estas definiciones será monitoreadas y puestas en revisión de forma permanente, como ha sucedido siempre y como lo exige esta coyuntura tan dinámica”.