Seis universidades de la Ciudad de Buenos Aires formalizaron el pedido para retomar las clases presenciales, que llevan un año y medio suspendidas. El Ministerio de Salud porteño ya aprobó los protocolos presentados y ahora aguardan el aval del gobierno nacional para emprender el regreso a las aulas.
El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, habilitó la posibilidad de la reapertura universitaria cuando también anunció la vuelta progresiva a la normalidad en las escuelas. “Los jóvenes universitarios necesitan volver a las aulas. Llevan ya tres cuatrimestres cursando en la virtualidad”, remarcó en conferencia de prensa, abriendo la puerta para un retorno “gradual y cuidado” de las altas casas de estudio a partir del 17 de agosto.
Las universidades cuentan con autonomía y son ellas las que deben impulsar el regreso a la presencialidad. Hasta el momento lo hicieron seis instituciones: la Universidad Abierta Interamericana (UAI), la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), la Universidad de San Andrés (UdeSA), Barceló y la Universidad del CEMA (UCEMA).
Hasta el primer cuatrimestre de este año, las únicas actividades presenciales habilitadas en las universidades eran las prácticas en talleres, laboratorios y hospitales-escuela, además de los exámenes finales y los servicios de apoyo académico a los estudiantes. Ahora apuestan al regreso de las clases teóricas.
A diferencia de los nuevos protocolos que comenzarán a regir en las escuelas, el distanciamiento de 1,5 metros entre los estudiantes será regla en las universidades. Los seis protocolos presentados establecen aforos reducidos en las aulas y, a su vez, garantizan la ventilación cruzada y las medidas de protección generales, como el uso de tapabocas, alcohol en gel, toma de temperatura y la implementación de un régimen de aislamiento ante casos sospechosos de Covid-19.
Para recuperar la presencialidad, deben sortear dos pasos. Uno de ellos ya fue superado: el ministerio de Salud que conduce Fernán Quirós aprobó los protocolos presentados. Ahora necesitan que el Ministerio de Educación Nacional también evalúe y les otorgue el aval. Por esa incertidumbre, todavía no hay una fecha concreta para la reapertura.
“El pedido por la vuelta a la presencialidad no implica que vaya a impactar de manera simétrica en todas las universidades. Incluso puede haber asimetrías en el grado de presencialidad entre las distintas carreras dentro de una misma institución. Lo que estamos haciendo es recuperar nuestra autonomía para tomar esa decisión. Una vez tengamos las habilitaciones, dependerá de cada universidad la puesta en práctica del retorno”, explicó a Infobae Rodolfo De Vincenzi, presidente del Consejo de Rectores de Universidades y Privadas (CRUP) y rector de la UAI.
Una de las dudas que surgió en el sistema universitario cuando Rodríguez Larreta abrió la posibilidad al regreso fue por el transporte público. A diferencia de lo que sucede en las escuelas, donde los chicos en general asisten a establecimientos de proximidad, en las universidades el uso de colectivos, subtes y trenes se vuelve crucial para asegurar el dictado de clases. Según informaron fuentes oficiales, el transporte público estará habilitado para toda la comunidad universitaria, tanto estudiantes como docentes y no docentes.
En una primera fase, todas las instituciones apostarán por un formato híbrido de clases, que combine presencialidad y virtualidad. La UTDT, por caso, informó que una vez que tengan el aval de las autoridades, retomarán las clases en todas las carreras de grado con un aforo del 33%, mientras el resto de los estudiantes seguirá cursando por videoconferencia.
Por su parte, en la UADE señalaron que están preparados para trabajar en un escenario mixto a partir de la instalación de equipos multimedia en las aulas. Las pantallas permitirán al docente -presente en cada sede- el dictado de las materias con alumnos en el aula y, al mismo tiempo, con otros compañeros que participarán desde sus hogares.
El pasado 5 de agosto, la UADE reabrió sus puertas en la sede de la Costa. Con un modelo similar, pretenden retomar la presencialidad para las clases teóricas en CABA a partir del 17. “La asistencia de los alumnos se determinará en función de las posibilidades concretas que posean para asistir y trasladarse a la universidad, respetando estrictamente la conformación de cada curso”, explicaron. En una primera etapa, priorizarán las materias que más requieren del contacto directo con los profesores.
SEGUIR LEYENDO: