Ayer el gobernador Axel Kicillof anunció que 69 de los 135 municipios bonaerenses habían pasado a ser “ciudades protegidas”. Es decir que habían vacunado con al menos una dosis al 95% de sus inscriptos. Sin embargo, incluso en algunos de esos distritos que alcanzaron una cobertura de inmunización casi total siguen sin clases presenciales hace ya tres meses.
“Con la incorporación de otras 38 ciudades protegidas, en más de la mitad de los distritos de la Provincia ya se ha inoculado a más del 90% de la población. En estos municipios habrá vacunación libre con el primer componente para todos y todas las mayores de 18 años que todavía no se hayan aplicado la vacuna”, subrayó Kicillof en conferencia de prensa.
De acuerdo a los últimos datos oficiales, la provincia de Buenos Aires vacunó con una dosis a 7.694.466 personas y completó el esquema en 1.937.966. Pese a los avances en la vacunación, todavía hay 22 municipios -todos ellos del interior- que continúan en fase 2 y, por ende, mantienen las escuelas cerradas.
Los municipios que tienen parcial o completamente suspendidas las clases presenciales son: Bolívar, 9 de Julio, Carlos Tejedor, Chacabuco, Coronel Pringles, Florentino Ameghino, General Belgrano, General Lavalle, General Viamonte, Hipólito Yrigoyen, Junín, Leandro N. Alem, Lincoln, Lobería, Maipú, Monte Hermoso, Pehuajó, Pellegrini, San Cayetano, Suipacha, Trenque Lauquen y Tres Lomas.
Lo curioso es que entre todos ellos, hay 13 partidos que son considerados “ciudades protegidas”, que vacunaron a todos los habitantes empadronados: General Belgrano, Junín, Leandro N. Alem, Tres Lomas, Chacabuco, Suipacha, San Cayetano, Pellegrini, Pehuajó, Monte Hermoso, 9 de Julio, Maipú y Lobería.
Los trece municipios perdieron la presencialidad escolar el 20 de mayo, a partir del DNU del presidente Alberto Fernández. Desde entonces, solo unos pocos distritos como 9 de julio o Pehuajó retomaron la presencialidad en los pueblos más pequeños o parajes rurales.
“Estamos en una fase 2 insólita, ridícula, caprichosa. Se puede hacer todo. Hoy por hoy se puede ir a un bar con amigos, con todas las mesas completas. En los clubes se pueden hacer todos los deportes, ni hablar del festejo por la Copa América el sábado pasado. Se puede hacer todo menos ir a clases. Yo tengo 5 hijos en tres niveles distintos y tuve que posponer un proyecto empresarial para poder acompañarlos, sino era imposible.”, le dijo a Infobae Noelia Rivas, integrante de Padres Organizados Pehuajó.
Hace dos semanas se habilitó la presencialidad en los pueblos rurales de Pehuajó. Son 270 estudiantes los que retomaron el vínculo presencial. La ciudad cabecera sigue aguardando pese a que todos los pehuajenses mayores de 18 años inscriptos ya fueron vacunados. Desde el colectivo de padres presentaron una nota a principios de junio al intendente Pablo Zurro, pero nunca obtuvieron respuesta.
El propio Zurro planteó hace unos días como una contradicción la posibilidad de irse de vacaciones de invierno y el reclamo por las clases presenciales: “A mí si hay algo que no me molesta son las marchas, pero no podemos venir a reclamar por la presencialidad y que después todo el mundo se vaya de vacaciones como si no hubiese Covid. La fase 3 no se logra solo con declaraciones impresentables sobre la presencialidad. Se logra con el sacrificio de no irse de vacaciones”.
Las vacaciones de invierno comenzarán en la provincia a partir del próximo lunes. Después de las dos semanas de receso, la expectativa es que toda la provincia regrese a clases presenciales, más allá de que se mantendrá la asistencia alternada por el distanciamiento que exige el plan jurisdiccional.
El gobierno de Axel Kicillof se rige por lo que consigna el DNU presidencial. Toma dos parámetros para establecer los niveles de riesgo. En los distritos de más de 300 mil habitantes, la incidencia debe ser menor a 500 casos cada 100 mil personas durante los últimos 14 días. Y, a su vez, la ocupación de camas de terapia intensiva debe ser menor al 80%.
Tomás vive en Pellegrini, una ciudad pequeña, sin transporte público, en la que los chicos van a la escuela caminando o en bicicleta. Tiene tres hijos: dos en primaria y uno en jardín, que desde el año pasado sufren la falta de presencialidad. “Después de cerrar las escuelas los casos aumentaron porque no hay actividad más protocolizada y segura que la educación presencial. No puede ser que sea la única actividad sujeta al sistema de fases. Los docentes ya están vacunados, las personas de riesgo también y ni siquiera abrieron las escuelas rurales”, comentó.
En la misma línea, Gustavo Donadio, de Padres Organizados Chacabuco planteó: “Queremos que la educación quede fuera del sistema de fases implementando por la provincia, el cual a esta altura luce irrazonable y arbitrario”. Y alertó: “La situación es dramática en cuanto a la salud psicofísica de los niños y adolescentes. Ha aumentado la demanda de psicólogos infantiles, y si esto no cambia la situación puede empeorar”.
SEGUIR LEYENDO: