En medio del rechazo que generó en la comunidad educativa la suspensión de las pruebas Aprender por parte del gobierno nacional, la provincia de Mendoza señaló que insistirá con su realización ante el Consejo Federal de Educación y que si la negativa continúa pondrá en marcha un “plan B” para poder evaluar a sus alumnos.
Una de las alternativas más viables que baraja el gobierno de Rodolfo Suárez es la creación de una “plataforma de evaluación colaborativa” para aplicar en noviembre e invitó a otras provincias que también mostraron su disconformidad -como la Ciudad de Buenos Aires y Córdoba- a sumarse a la iniciativa.
“Esa plataforma tiene una herramienta que permite hacer un censo con ítems creados. En noviembre podría implementarse en las computadoras de cada escuela. Es cuestión de buscar la forma de operativizarlo”, explicó al diario El Sol el titular de la Dirección General de Escuelas (DGE), José Thomas.
Para Thomas, lo ideal sería poder implementar esa evaluación al menos en un año de primaria y uno de secundaria para obtener un panorama de la situación educativa de los estudiantes. “Lo importante es lo que hacemos con el resultado para poder dar líneas de acción para mejorar”, insistió el director General de Escuelas de Mendoza.
Si bien aclaró que esta evaluación no es como una prueba Aprender, señaló que se trata de “una evidencia importante, transversal al sistema y nos va a llevar al seguimiento de esa trayectoria”.
Thomas argumentó que cuando el año pasado se suspendieron fue una decisión que se tomó con una votación en el Consejo Federal de Educación. Por eso, espera que el Ministerio de Educación “escuche a cada jurisdicción antes de pensar en una suspensión de las pruebas Aprender”.
Indicó que “la postura de Mendoza es que hay que hacer las pruebas aprender y técnicamente se pueden hacer en noviembre” por lo que la provincia defenderá su realización.
Según el funcionario provincial, “no hacerlas sería cortar una serie que desde 2016 volvió a tomar relevancia”. Además, hizo hincapié en que la peor época en las evaluaciones fue de 2010 a 2015, pero en 2016 mejoró el ritmo de aplicación de las pruebas.
Por eso, en caso de no realizarlas, “se pierde una muy rica información por escuela para tomar decisiones en políticas educativas basados en evidencia”. Thomas remarcó que las pruebas Aprender son “un instrumento que te permite saber cómo estás para poder mejorar”.
En la misma línea, se expresó la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, quien adelantó que la Ciudad sostendrá las dos evaluaciones locales que toma anualmente: FEPBA, que pregunta sobre prácticas del lenguaje y matemática en séptimo grado, y TESBA, que toma las mismas materias en tercer año de secundaria. A su vez, este bimestre implementarán lo que denominan Pausas Evaluativas en tercer y sexto grado, tanto en matemática como en inglés antes de las vacaciones de invierno y en lengua tras el receso.
En las pruebas Aprender se miden los aprendizajes de todos los alumnos en sexto grado de primaria y en el último año de la secundaria. Los chicos responden sobre lengua, matemática, ciencias sociales, naturales y, esporádicamente, sobre otras materias como educación sexual integral o educación cívica.
De acuerdo a últimos resultados, que datan de 2019, el 72% de los alumnos termina la secundaria sin saber lo suficiente en matemática y casi un 40% de los chicos tiene dificultades en lengua.
Con estos datos pre-pandémicos más que preocupantes se da por descontado que la suspensión de las clases presenciales durante casi todo 2020 y ahora durante parte de 2021, profundizará aún más ese déficit educativo.
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