Tres millones de chicos del conurbano bonaerense regresaron a las aulas tras dos semanas luego de la suspensión que decretó el Gobierno nacional en el marco de las medidas establecidas por la segunda ola de COVID-19. Sin embargo, en gran parte del interior de la provincia continúa la restricción escolar. En Pehuajó, uno de los municipios que continúa en Fase 2, madres y padres se manifestaron exigiendo que vuelvan a abrir los colegios.
En decenas de autos, vecinos de dicha localidad protagonizaron una caravana a última hora de este miércoles. Con bocinazos que llegaron hasta la puerta de la municipalidad, protestaron contra las medidas del oficialismo.
Es que mientras gran parte de los chicos del AMBA volvieron a tener clases presenciales, el intendente Pablo Zurro anunció que el municipio continúa en Fase 2 al menos hasta el próximo lunes. En total, son 70 de 135 las localidades que continúan en la fase restrictiva, que no permite la presencialidad en los colegios y afecta a más de 500 mil alumnos.
Si bien el cambio de fases es comunicado por el Gobierno de Axel Kicillof, el jefe comunal Zurro manifestó que “llegar a Fase 3 depende de la gente”.
El intendente del Frente de Todos comunicó las medidas junto a su secretario de Salud, José Picheto, quien expresó: “La curva descenderá si hay responsabilidad individual y eso nos va a permitir subir de fase y recuperar la presencia de chicos en los colegios; cuando el nivel de circulación comunitaria es alto, las clases deben suspenderse”.
Al continuar en Fase 2, en Pehuajó esta semana los comercios podrán abrir hasta las 20 horas y los gastronómicos hasta las 22, con la posibilidad de trabajar con delivery hasta las 0 horas. Para quienes no sean esenciales, la circulación seguirá restingida entre las 22 y las 6 de la mañana. Dicha decisión se tomó en base a una situación epidemiológica local en la que hasta este miércoles por la mañana había 172 casos de COVID-19 activos, con 20 pacientes internados, de los cuales -según informó Semanario de Junín- dos están en terapia a raíz del coronavirus.
Con los colegios cerrados, por la noche salieron los padres de los estudiantes a protestar contra la decisión del Gobierno provincial y el acatamiento del Poder Ejecutivo local. De hecho, la caravana de autos llegó hasta las puertas del palacio municipal donde los vecinos colocaron velas y una bandera de Argentina exigiendo la repertura de los colegios.
Según la normativa, Kicillof se rige por lo que consigna el decreto presidencial. Allí se habla de un semáforo epidemiológico con cuatro niveles: bajo riesgo, riesgo medio, alto riesgo y alarma epidemiológica. Solo en esta última categoría está prohibida la presencialidad escolar.
El cálculo de riesgo se basa en dos variables, que se requieren para abandonar la categoría de “alarma”. Por un lado, en los distritos de más de 300 mil habitantes la incidencia debe ser menor a 500 casos cada 100 mil personas durante los últimos 14 días. Y, por otro, la ocupación de camas de terapia intensiva, que debe ser menor al 80%.
Hasta la semana pasada, la provincia de Buenos Aires solo tenía clases presenciales en 21 municipios. Pero Kicillof anunció que la incidencia de casos en el conurbano había pasado a ser de 401, en un cálculo que fue cuestionado ya que considera el inicio de la manifestación de síntomas en lugar del resultado de los tests. Pese a los anuncios del Gobierno provincial, la mayoría de los municipios continúan con las clases virtuales.
Cabe recordar que Pehaujó fue la localidad que eligió Kicillof a principio de año para anunciar el plan para el regreso a las clases presenciales en 2021. En aquella oportunidad, junto a la directora general de Cultura y Educación, Agustina Vila, anunció el programa de revinculación académica y cargó contra la oposición: “Basta de decir que vuelven las clases; el año pasado hubo clases pero en las circunstancias tan particulares que nos obligó este año de pandemia”.
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