El gobierno nacional y la ciudad de Buenos Aires protagonizaron este jueves un nuevo cruce, otra vez vinculado al plano educativo. El ministro de Educación, Nicolás Trotta, dijo que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, “incumplió” el compromiso que tenían de vacunar a los docentes universitarios tras una reunión con rectores.
Trotta y su secretario de Políticas Universitarias, Jaime Perczyk, recibieron en el Palacio Sarmiento a tres autoridades de universidades nacionales con sede en CABA: a Alberto Barbieri (rector de la UBA), a Sandra Torlucci (rectora de la Universidad Nacional de las Artes) y a Haroldo Avetta (vicerrector de la UTN). El reclamo unánime de las casas de estudio, que luego tomó Trotta como propio, fue por la demora en la vacunación de su personal.
“La Ciudad Autónoma de Buenos Aires es la única jurisdicción que no está cumpliendo con la resolución del Consejo Federal de Educación (CFE) que en febrero resolvió el orden de vacunación para las y los docentes con el fin de garantizar la mayor presencialidad posible y cuidar la salud de la comunidad educativa. Se conformaron cinco grupos priorizados entre los cuales se encuentran los docentes y no docentes de institutos de educación superior y universidades”, expresó el ministro de Educación.
En las cinco etapas que menciona Trotta, los profesores universitarios están ubicados en el último grupo. En total, son casi un millón y medio de docentes a inocular, que fueron categorizados como personal estratégico. Los universitarios representan poco menos del 20 por ciento.
1) El primer grupo lo integra el personal de dirección y gestión, el de supervisión e inspección, los docentes frente a alumnos de nivel inicial (incluye ciclo maternal), los de primer ciclo del nivel primario, (1°, 2° y 3° grado) y los de educación especial. Cantidad: 457.694.
2) Contempla al personal de apoyo a la enseñanza, todo otro personal sin designación docente pero que trabaja en establecimientos educativos de la educación obligatoria en distintas áreas y servicios. Cantidad: 247.413.
3) Los docentes frente a alumnos de nivel primario, del segundo ciclo de 4° a 6°/7° grados. Cantidad: 148.692.
4) Los docentes frente a alumnos de nivel secundario, de educación permanente para jóvenes y adultos y de formación profesional. Cantidad: 331.099.
5) Finalmente, en el último grupo están los docentes y no docentes de institutos de educación superior y universidades. Cantidad: 273.185
Hasta la semana pasada, la ciudad de Buenos Aires era el distrito más rezagado en la vacunación a sus docentes. Tan solo había inoculado con una dosis al 15% del personal. En los últimos días, con la llegada de las vacunas, se aceleró la campaña y calculan que incluso para el domingo podrían llegar a cubrir a todos los maestros de jardín, primaria y secundaria. Una vez concluido, aseguran, comenzará el empadronamiento del nivel superior.
“Nación viene entregando vacunas en cantidad proporcional a la cantidad de población de cada provincia. Nosotros tenemos más personal sanitario y más adultos mayores, pero también en el segmento universitario hay una enorme desproporción en cantidad de agentes respecto a cualquier provincia porque tenemos casi 50 universidades con sede en CABA entre estatales y privadas”, explican en el gobierno porteño.
Además de la escasez de vacunas, la otra razón que ofrecen en Uspallata se vincula con la presencialidad. “Tenemos que priorizar a aquellos docentes que están frente al curso. En el caso de las universidades, las clases son remotas desde hace ya más de un año. No tiene lógica el reclamo”, dicen.
En todas las universidades, tanto públicas como privadas del país, las clases se dictan a distancia. La Ciudad no es la excepción desde el comienzo de la pandemia. Tan solo algunas instituciones, como la UBA, permiten desde la segunda mitad del año pasado que se realicen materias prácticas -que requieren obligatoriamente de la presencialidad- con pocos estudiantes.
Tras la reunión con Trotta, el rector de la UBA, Alberto Barbieri, señaló a la vacunación del personal como un factor clave para pensar en un segundo semestre con mayor presencialidad. “Venimos a plantearle la necesidad de acelerar el plan de vacunación para que en el segundo semestre podamos, a medida que la situación epidemiológica lo permita, con los docentes y los no docentes vacunados, comenzar a dar algún grado mayor de presencialidad sobre todo para los que tengan que dar prácticos y realizar investigaciones. Nos vamos con la idea de que el ministro va a intentar buscar una solución y esperamos que pronto podamos empezar con el operativo de vacunación”, advirtió.
A diferencia de la educación obligatoria, donde menos del 30% de la comunidad se traslada en transporte público, el sistema universitario se moviliza en colectivos, subtes y trenes. De allí la dificultad para un retorno masivo a las aulas, incluso con una vacunación avanzada. Tan solo la UBA tiene 310 mil alumnos y 30 mil profesores.
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