Las clases presenciales dejaron de ser regla en la Argentina. Si bien el ciclo lectivo comenzó con alta presencialidad, hoy son mayoría los alumnos que aprenden a distancia. En el medio de la segunda ola de contagios, se da una particularidad: muchas de las provincias que priorizaron la vacunación de los docentes tienen cerradas sus escuelas. Más vacunación no implica, al menos por ahora, más presencialidad.
Ciertamente el avance de la vacunación no es el único elemento para definir cierres escolares. Los gobernadores toman en cuenta, sobre todo, el nivel de circulación del virus y la ocupación de las camas de terapia intensiva (aunque en algunos casos los indicadores sanitarios contradicen la medida). Pero en febrero los docentes ingresaron al grupo de personal considerado estratégico, se posicionaron en la fila por la vacuna, con la intención de que, gracias a esa campaña, se garantizara la presencialidad.
Al 25 de mayo, los últimos registros oficiales, se vacunaron con una dosis 595.782 docentes y auxiliares, lo que contando a los profesores universitarios representa el 42% del universo total. La segunda dosis es excepcional: tan solo la recibieron 95.211 educadores (7%).
El listado elaborado por Infobae toma como respuesta afirmativa al ítem de las clases si al menos se registra una presencialidad del 50% en cada provincia. Entre cierres mayoritarios y totales, son 15 distritos los que no alcanzan a cumplir con ese meta.
San Juan es la provincia que más personal educativo vacunó. El 83,38% de sus docentes fueron inoculados y, pese a que ninguno de sus distritos está en alarma epidemiológica, las clases presenciales están suspendidas. A San Juan le sigue Santa Fe con casi la misma cantidad de maestros con la primera dosis. Allí tampoco hay presencialidad en ninguna de sus escuelas. Por el decreto presidencial, solo deberían suspender en la capital y el Gran Rosario.
En el tercer lugar del ranking se ubica Misiones, donde el 80% de los docentes recibió la primera dosis y sí hay clases presenciales. En el 45% de sus escuelas la asistencia es diaria, mientras que el 55% restante funciona bajo un esquema bimodal. Salta, por su parte, inoculó al 65% de sus maestros y, salvo en los departamentos de Metán y Rosario de la Frontera, también mantiene la presencialidad.
San Luis, el quinto distrito que más vacunó, suspendió las clases hasta el 7 de junio pese a no estar obligado a hacerlo en ninguno de sus departamentos. La provincia de Buenos Aires, por el tamaño de su sistema educativo, vacunó hasta el momento con una dosis a más de 230 mil docentes (el 57% de su personal), pero las clases siguen a distancia en 121 de sus 135 partidos.
El decreto de necesidad y urgencia que firmó Alberto Fernández menciona la necesidad de interrumpir la presencialidad en los distritos en “alarma epidemiológica”. Esa categoría engloba a las localidades cuya tasa de incidencia -contagios cada 100 mil habitantes- es mayor a 500 y su ocupación de camas UTI excede el 80%.
“Actualmente hay tres distritos que incumplen el DNU. La Ciudad de Buenos Aires supera la tasa: se trata de un índice de 1050; lo mismo sucede en el caso de Córdoba, cuya tasa es de 1099 casos. Mendoza, por su parte, mantiene la tasa en 470 pero supera el 80% de ocupación de las camas de terapia”, advirtió el ministro de Educación Nicolás Trotta.
Cuando se revisa la lista, surge otra paradoja: algunos de las provincias que menos vacunaron a sus maestros son los que más presencialidad sostienen. La Ciudad de Buenos Aires es el distrito que menos docentes vacunó. Tan solo llegó a inmunizar a 15 mil maestros cuando recién había arribado la vacuna de Sinopharm y su uso aún no estaba autorizado para mayores de 60. El gobierno porteño abrió esta semana la inscripción para docentes mayores de 45 años e irá avanzando por edad. Si la llegada de dosis mantiene el ritmo actual, aseguran, llegarían a cubrir a todo el personal para mediados de junio.
Jujuy, que sigue con las aulas abiertas, aparece sin datos porque no carga la información en la base de datos nacional. Ante la consulta de este medio, dijeron que “hace tiempo” iniciaron la campaña en docentes pero no precisaron cuántos llevan inoculados. Entre Ríos, que solo vacunó al 18%, habilitó las clases presenciales en toda la provincia a excepción de Paraná. Mientras que Mendoza, que llega al 30%, continúa con modalidad combinada en inicial, primaria y secundaria pese a que el gobierno nacional insiste en que debe cerrar en la capital.
A los datos de vacunación se le suma la información de la plataforma Cuidar Escuelas, con carga dispar en las distintas provincias. El viernes pasado, el Observatorio del Regreso a las Aulas, creado en el Consejo Federal de Educación, celebró los pocos casos reportados en los colegios. Transcurridos casi tres meses desde el inicio del ciclo lectivo, hasta el 22 de mayo, solo el 0,9% de los alumnos se contagió, mientras que entre los docentes las infecciones ascienden al 4,6%. Cabe aclarar que el sistema no consigna si los positivos se originaron dentro del ámbito escolar o fuera.
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