Desde mediados de abril, dos de los gremios docentes de la Ciudad de Buenos Aires convocaron casi ininterrumpidamente a paros en las escuelas para reclamar por la suspensión de las clases presenciales ante el avance de la segunda ola de contagios. Hoy, con el cobro de salario de mayo, denunciaron “descuentos masivos” y dificultades para acceder a los rebibos de sueldo.
De acuerdo a los datos oficiales del ministerio de Educación porteño, 10.988 docentes de los 57 mil que integran el sistema estatal percibieron algún tipo de descuento durante mayo. Al 80% se le descontó solo uno o dos días, mientras que el 20% restante sufrió rebajas mayores a una semana. El promedio de los descuentos por día es de $1258,57, lo cual incluye el presentismo proporcional. En todos los casos, los recortes salariales surgieron por inasistencia por adherir a huelgas.
“El descuento se hace a partir de que el directivo de la escuela informa que uno o varios docentes de la escuela faltó adhiriendo a una medida de protesta. Obviamente se contemplan las inasistencias por enfermedad”, advirtieron fuentes de la Ciudad.
Los dos sindicatos docentes más combativos de CABA, Ute y Ademys, elevaron la voz hoy por la mañana, cuando sus afiliados chequearon la cifra que habían cobrado y se toparon con dificultades para revisar los recibos.
“Llamativamente el sitio para ver los recibos está ‘en reparación’, pero los descuentos son fuertes. A la página web se puede ingresar, pero no nos permite ver los recibos de mayo para entender a qué se deben tales descuentos”, señaló Jorge Adaro, secretario general de Ademys.
En el sindicato organizaron una colecta contra los descuentos, un “fondo de lucha” para compensar las pérdidas salariales que tuvieron los maestros que adhirieron a una de las tantas jornadas de protesta desde mediados de abril.
Una medida similar adoptó Ute, el sindicato porteño de Ctera, que también impulsó una recaudación entre las familias. “Descontaron más días de lo que correspondía y a algunos se les sumó con los pendientes del mes pasado”, plantearon sus dirigentes.
Su secretario adjunto, Eduardo López, cuestionó duramente la política salarial del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. Dijo que se trataban de medidas “extorsivas”. “La extorsión es o vas a la presencialidad y te enfermás o te descuentan. Nos presionan con los descuentos. Ganamos $40.000 y nos descuentan $10.000 por cada semana de paro”, señaló López en diálogo con El Destape Radio.
El titular de Ute volvió a cargar contra la Corte Suprema de Justicia, que falló a favor de la Ciudad de Buenos Aires en su conflicto por las clases presenciales con el gobierno nacional. “Los jueces te mandan a la presencialidad desde sus mansiones y con firma electrónica. El plan de lucha de los sindicatos salva vidas”, remarcó.
Tras una semana de suspensión total de la actividad educativa, Rodríguez Larreta definió el regreso a las aulas de la educación especial, los jardines maternales, y los niveles inicial y primario. Por su parte, primer y segundo año siguen bajo un esquema bimodal, mientras que los chicos más grandes pasaron a clases 100% virtuales.
En el gobierno porteño suelen restarle importancia a las medidas de fuerza. Insisten en que el acatamiento nunca supera el 25%, pero lo cierto es que trastoca el normal funcionamiento en las escuelas públicas.
El otro reclamo de los gremios es por la vacunación. La Ciudad de Buenos Aires es el distrito que menos docentes vacunó. Tan solo llegó a inmunizar a 15 mil maestros cuando recién había arribado la vacuna de Sinopharm y su uso aún no estaba autorizado para mayores de 60.
Esta semana, la administración porteña abrió la inscripción para docentes mayores de 45 años e irá avanzando por edades. Si la llegada de dosis mantiene el ritmo actual, aseguran, llegarían a cubrir a todo el personal para mediados de junio.
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