En medio de la segunda ola de contagios, el gobierno porteño analiza la posibilidad de adelantar las vacaciones de invierno que deberían comenzar recién el 19 de julio. Así lo indicó hoy la ministra de Educación Soledad Acuña.
“Estamos viendo opciones de cambiar el calendario, habría que cambiarlo a junio y julio por una cuestión sanitaria, pero por cuestión climática nos queda el frío también de agosto”, señaló Acuña en diálogo con Radio Mitre.
Si bien dijo que existe la posibilidad, no dio precisiones de fechas y advirtió que primero evaluarán el impacto de las nuevas restricciones. La Ciudad de Buenos Aires optó por suspender totalmente las clases, tanto presenciales como virtuales, durante la semana próxima.
Consultada por la decisión de suspender también las clases virtuales, la ministra explicó: “La semana que viene no hay clases porque son tres días hábiles y estamos convencidos de que la presencialidad no puede ser reemplazada por la virtualidad. Esos tres días van a ser compensados con la presencialidad en el mes de diciembre”.
“No va a haber magia en 9 días, pero necesitamos que todos entendamos que tenemos que cambiar la rutina y que es una restricción que nos va a permitir retomar de a poco nuestras actividades. Esperamos ver un cambio de tendencia”, agregó Acuña.
El lunes 30 de mayo, una vez dejada atrás la semana de confinamiento, las autoridades prometieron el regreso de la actividad educativa tal como se desarrolla hasta hoy. Es decir, jardines maternales, educación especial, nivel inicial y primarias abiertas con asistencia diaria, y secundaria bajo un formato bimodal, que combina clases presenciales y remotas.
Según supo Infobae, la provincia de Buenos Aires analiza una medida similar respecto al receso de invierno. “En la Provincia, permanentemente trabajamos sobre distintos escenarios que permitan garantizar la educación y resguardar la salud de todos los bonaerenses. Estas posibilidades también las estamos analizando a partir de las definiciones epidemiológicas realizadas por las autoridades sanitarias nacionales y provinciales y de los acuerdos alcanzados por el Consejo Federal de Educación”.
La intención sería “ganar tiempo” en el momento más complicado de la pandemia. Interrumpir la actividad educativa por 14 días para profundizar la campaña de vacunación, que se espera que avance a mayor ritmo desde la próxima semana.