La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, volvió a cuestionar el cierre de las escuelas en el Área Metropolitana de Buenos Aires y manifestó que mantiene esperanzas de que la Justicia revierta en lo inmediato la decisión adoptada por el gobierno nacional ante el avance de la segunda ola de coronavirus.
“La Justicia ayer dijo que tenemos competencia para reclamar, a pesar de que se decía que no teníamos la autonomía suficiente, con lo cual ahora la Corte tiene el tema de fondo y debe resolver sobre una cautelar, que es un recurso que supone una decisión de urgencia: tiene que suspender la aplicación de la medida hasta que se resuelva la cuestión de fondo”, dijo Acuña en una entrevista con CNN Radio.
Y expresó: “Esperamos que esto suceda durante el fin de semana. No quiero resignarme a que no haya oportunidad. Se puede garantizar la baja de la movilización sin descontar la presencialidad de los grupos que son prioritarios. A mí, sobre todo como mamá, además de como ministra, me encantaría poder darle a las familias la información que les permita organizarse para el lunes”.
El deseo de la funcionaria igualmente está lejos de ser realidad. La Corte Suprema de Justicia de la Nación no dispuso la habilitación de días y horas hábiles para tratar el caso. De momento, tal como lo decidió el Ejecutivo nacional, desde el lunes los alumnos tendrán clases virtuales.
De todos modos, Acuña prometió que seguirán adelante con su reclamo: “No vamos a dejar de insistir en la discusión con los actores nacionales, tanto con el Presidente como con el ministro de Educación y también con el de Transporte, porque uno de los argumentos más fuertes que dio el Presidente fue que el problema no es la escuela sino la movilización en torno a ella, que eso es lo que genera contagios. Pero no tienen bien los datos de contagiosidad y de transporte”.
Durante la charla, la titular de la cartera de Educación reiteró su sorpresa al enterarse del cierre de escuelas: “El mismo miércoles estuvimos reunidos cuatro horas. Acordamos entre los 24 ministros, el ministro Trotta, los sindicatos que estaban presentes y los equipos del ministerio de Educación que las escuelas era lo último que se cerraba. Era un consenso que habíamos alcanzado oficialismo, oposición, los sindicatos, las familias, los estudiantes. Y a las pocas horas el Presidente salió a decir otra cosa. Está claro que no fue una decisión consensuada con su equipo ministerial. De mínimo fue improvisada e inconsulta”.
Al ser consultada sobre las consecuencias de no dictar clases en las aulas, la ministra subrayó “el enorme daño generado en términos de aprendizaje, de factores socioemocionales, de igualdad de oportunidades”. Dijo que debido a las circunstancias que se atravesaron, en 2020 aumentó un 25% la cantidad de chicos que estaban en condiciones de repitencia o en riesgo de abandono con respecto al 2019.
También sostuvo que a todo eso se le suma una cuestión de organización. ”El año pasado cuando se suspendió la presencialidad nadie salía de sus casas. Ahora, los únicos que no van a salir de sus casas el lunes son los chicos, ¿Cómo van a hacer las familias para que no se queden solos?”, se preguntó.
Es por eso que pidió: “Apelamos a que los jueces entiendan que es una cuestión de derechos de los niños. Las familias, los chicos, las escuelas se están haciendo oír. Saben que las escuelas no son un lugar de riesgo”.
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