El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se mostró en desacuerdo con la decisión del presidente Alberto Fernández de cerrar por dos semanas las escuelas para frenar la segunda ola de contagios de COVID-19.
A las 12, el jefe de gobierno y parte de su gabinete darán una conferencia de prensa para expresar la voluntad de sostener las clases presenciales, aunque en principio no buscarán ir en contra del decreto presidencial. Pese al enojo de Rodríguez Larreta, no se revelará contra las nuevas restricciones. Según supo Infobae, los funcionarios porteños se enteraron del cierre escolar en el mismo momento que el Presidente lo anunció. Hubo fuerte malestar y una reunión de Gabinete de urgencia para decidir los pasos a seguir.
Pocas horas antes, en una sesión del Consejo Federal, el propio ministro de Educación de la Nación les había pedido a los ministros provinciales que sostuvieran las escuelas abiertas pese al avance de la segunda ola de coronavirus. El anuncio presidencial llamó la atención de propios y ajenos.
El gobierno porteño se respaldará en en la baja incidencia de contagios que registraron en los dos primeros de clases. En comparación con el primer mes, en el que solo se había contagiado el 0,17% de los docentes y alumnos, entre el 17 de marzo y el 12 de abril se infectó el 0,71% de la comunidad educativa, en línea con la curva ascendente en la Ciudad. No obstante, de los casos que se aislaron preventivamente por contacto estrecho dentro de una misma burbuja, dio positivo luego solo el 0,012%.
Según los datos oficiales, en el segundo mes, los casos acumulados de COVID-19 positivos fueron 5.006, lo cual representa el 0,71% del total de los 700.518 docentes, alumnos y auxiliares que asisten a las escuelas. Por los casos sospechosos y positivos, debieron aislar preventivamente a 945 burbujas, un 2,1% de los 45.056 grupos totales. En el primer mes se habían apartado tan solo 494 burbujas.
El anuncio de Alberto Fernández llega en medio de una presión creciente de los gremios. De hecho, en la Ciudad el miércoles dos sindicatos -Ute y Ademys- hicieron un paro docente pidiendo que se suspendan en forma provisoria las clases.
A diferencia de CABA, el gobernador Axel Kicillof ya anticipó a través de las redes sociales que acatará todas las restricciones que hoy dispuso el Presidente: “Estamos transitando un momento muy delicado de la pandemia. La Provincia de Buenos Aires adhiere y acompaña las medidas adoptadas por nuestro Presidente. La prioridad es cuidar y proteger a los y las bonaerenses”, tuiteó.
Durante el mensaje que el Presidente brindó desde la Quinta de Olivos, le envió un mensaje a los mandatarios provinciales que, según entiende, deberían haber tomado medidas restrictivas más allá del DNU de la semana pasada y no lo hicieron. “El resto de las jurisdicciones puede adherir a las medidas que estoy tomando hoy”, indicó Fernández.
En esa línea, lanzó un dardo más duro dirigido a los gobernadores e intendentes. “Espero que entiendan que me tienen que acompañar en este momento difícil”, sostuvo. En el Gobierno había cierto enojo con los mandatarios, especialmente con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, porque consideraron que no estaban aplicando los controles necesarios para que las medidas se cumplan.
El mandatario pidió que “los gobiernos provinciales y municipales fiscalicen las decisiones que tomamos y hagan cumplir las decisiones” y aseguró que “el contagio no está en las fábricas, no está centralmente en los negocios que con distancia social pueden atender a los clientes”. En ese sentido, agregó: “El problema central está en las reuniones sociales donde la gente se distiende y en ese momento de distracción, de esparcimiento, es mucho más fácil contraer el virus”.
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